Poco a poco fue abriendo de nuevo los ojos, pero para su sorpresa, Jussie, ahora estaba frente a ella. Madilyn soltó un grito de susto y él tuvo que agarrarla del brazo y acercarla a él.—Tranquila.—¡Suéltame! —gritó intentando zafarse. Él sonrió y la soltó. —¡¿Por qué estás aquí?! ¿cómo has logrado entrar? ¿qué quieres? ¿No se supone que no ibas a estar aquí?—Ya me lo comentaron.La observó desde los pies a la cabeza. Se arrepintió en seguida de haber decidido quedarse allí a esperar a que ella saliera del cuarto de baño, porque ahora que la veía así medio desnuda se estaba sintiendo irremediablemente provocado, ella lo provocaba. Madilyn se sintió incómoda con su mirada sobre ella. Le palpitaba fuerte el corazón, se llevó las manos a la parte superior de la toalla agarrándolo.—Creo que mejor esperaré en el salón a que te cambies.—¡No! Lo que quiero es que te vayas de una vez y me dejes en paz.Él la mantuvo la mirada mientras se acercaba a ella.—No…no te me acerques así—dijo re
Estaban los seis sentados a la mesa especial que se les había preparado bajo las luces artificiales, fuera del edificio de cuatro plantas y 200 habitaciones. Marcos se aseguró de sentarse junto a Madilyn, Alan igualmente se sentaba en el mismo lado de la mesa. Shane, Aron y Lady se sentaron al otro lado.La mesa estaba hecha un gran bufete, Alan no encontraba el momento en que comenzar a comer. Repasaba la mesa pensando con qué plato comenzaría primero y qué cantidad debía comer de cada plato para no hartarse y poder así probar todo. No todos los días se tenía la oportunidad de disfrutar de algo igual.—¿Estamos esperando algo? —Preguntó Marcos al notar que los chicos no tenían intención de comenzar con la cena.—Hola por aquí— todos levantaron la vista para ver a Jussie que estaba acercándose un asiento para sentarse. Marcos lo miró lleno de sorpresa y de furia.—¡Jussie! ¡Mi amor! Estás aquí —exclamó Lady emocionada, sobre todo porque no le quedó de otra que sentarse junto a ella. M
Cuando Madilyn entró en su cuarto, intentó varias veces contactar con Jussie y saber si estaba bien. Desde que había abandonado la mesa no había dejado de preguntarse si todavía seguía afectado por lo ocurrido el día de su boda, sería lo más normal que así fuera, aunque él insistiera en que ya no le afectaba. A ella le molestaba el trato que él la estaba dando últimamente, pero por alguna razón que ella no se explicaba, se preocupaba por él. Su móvil debía de estar apagado porque no lo localizaba. Si tan solo conociera su cuarto, probablemente sus amigos lo supieran, pero no iba a preguntárselo a ellos, la habían engañado.Después de cambiarse, se metió en la cama pensando en las palabras de Marcos “Nos casaremos al final de este mes”, quedaba muy poco tiempo para finalizar el mes y ella no había conseguido completar la deuda. El dinero que le había dado Shane era más de lo que deberían haberla pagado, y aun así lo que le debía a Marcos era superior. Pagar los gatos médicos por leucem
Madilyn llegó primero a su casa a depositar sus cosas, darse una ducha y cambiarse de ropa. Dejó suelto su pelo rizado y salió fuera a tomar un taxi que la llevara al restaurante Black donde una vez estuvo con Jussie.Una vez que llegó, suspiró hondo antes de entrar en el gran edificio. Ya dentro la recibieron con toda la cortesía posible, si tan solo supieran que ella no tenía dinero suficiente para pagar sus servicios.Pidió una mesa en la cual se sentó. Se acercó uno de los camareros a saber qué necesitaba comer. Con la carta en mano, pidió bistec de verduras y un zumo. Para postre pidió un mousse de chocolate y vainilla.—Ah, y otra cosa—le detuvo al camarero que estaba a punto de irse— ¿Podrían llamarle al dueño del restaurante? —el chico la miró confuso—Díganle que hay una mujer a quien debe aquí esperándolo, por favor.—De acuerdo.Se alejó el joven y ella miró alrededor, empezaba a sentirse nerviosa y fuera de lugar. Estaba dispuesta a empezar algo con Jussie ¿pero el qué? Pro
—Deberías saber que ella siempre tiene el móvil apagado. —decía Shane pasando por delante de Marcos que estaba pegado a su celular intentando inútilmente contactar con Madilyn. Éste le miró de mala gana.—¿Tú cómo sabes eso? A penas os conocéis.Shane se encogió de hombros.—No necesito mucho tiempo para saber cómo es la gente. Pero hay algo que me inquieta ¿por qué dudas en la posibilidad de que se haya ido por algo importe? Sabes lo emocionada que estaba de encontrarse aquí.—Claro, hasta que llegó tu amigo— dijo fijándose en Jussie que se encontraba sentado en el bar siendo acompañado por Lady. Shane resopló.—En fin, creo que acabo de malgastar suficiente tiempo. Me largo.Caminó hasta encontrarse con Jussie quien depositó su vaso sobre la barra cuando lo alcanzó su amigo.—¿Y?—No sospecha de ti. —le susurró y miró a Lady que los observaba a distancia. —¿De verdad crees que conseguirás librarte de ella?—El primo de Madilyn ¿dónde está? —preguntó ignorando aquella pregunta.—Aro
Daban las diez de la noche cuando Jussie detuvo el auto en el patio frente a la casa. Se quedó dentro recordando y pensando, llevaba toda la tarde haciéndolo desde que había hablado con Alan y descubierto la verdad entre Madilyn y Marcos. ¿Cómo había sido capaz? ¿Cómo podía llamarle a un ser como aquel hermano? Tenía que pagarlo, no podía salirse con la suya. Pero ¿cómo le convencía a Madilyn de que aceptara su ayuda?Se bajó del auto y lo bloqueó. Se acercó a la entrada de la casa y llamó al timbre, unos segundos después se abrió la puerta y lo recibía la encargada del cuidado de su hogar.—Bienvenido, señor—lo saludó mientras él entraba en la casa, le dejaba su abrigo y echaba un vistazo alrededor.—Gracias, Catalina.—Está detrás, junto a la piscina— contestó ella a una pregunta que él no había formulado, pero que era evidente. —Es una chica muy callada, ni siquiera ha querido comer en toda la tarde.¿Chica callada? Pensó él con ironía, debería conocerla en sus mejores momentos.—G
La había desprendido de toda su ropa, las cuales ahora reposaban en el suelo mientras la besaba sobre la cama. Besaba su cuello, sus hombros, la comisura de sus pesos cubiertos todavía con el brasier y bajó hacia su vientre, ombligo y más abajo, consiguiendo hacerla gemir y arquearse. Regresó a sus labios y la besó con intensidad mientras se frotaba contra ella.—Haré que se te pase la idea de casarte con ese imbécil—dijo entre sus labios.—Entonces no pares.Pasó sus manos por detrás de su espalda y desabrochó el brasier dejando libres y a su merced sus pechos, sonrió con lujuria y no perdió tiempo en llevarse uno a su boca mientras masajeaba el otro con su mano.Llevó la mano entre sus bragas y sonrió gustoso de saber lo lista que estaba para él.—No sabía que me desearas tanto—introdujo sus dedos en su interior logrando que los gemidos de ella resultaran más sonoros. —Ahora te darás cuenta de que sí somos compatibles.Antes de que ella se diera cuenta, él la había desprendido de su
Madilyn se metió en la ducha y prendió el grifo. Evitó mojarse el pelo, no sabría cómo secárselo allí. El agua se derramó por todo su cuerpo. Se enjabonó, era el jabón que usaba Jussie, tenía un olor varonil y muy agradable.Pensaba en cuál sería su siguiente paso, se había acostado con Jussie y le había gustado ¿gustar? Eso le quedaba corto. Sin embargo, era el último día que estaría con él, tendría que regresar a su vida y a lo que le esperaba ¿ahora estaba lista? Le gustaba cómo la trataba él, no creía que fuera así de romántico, resultaba difícil separarse de él, no se lo ponía fácil.Se secó con la toalla y regresó a la habitación, había escogido uno de los vestidos que la habían entregado. Se lo puso y se acercó al espejo a mirarse y ver qué tal le quedaba. Era holgado, de un color verde oscuro, y con mangas largas, era perfecto para no llamar mucho la atención, quería que quedara en el olvido lo ocurrido anoche. Dejó el pelo en un moño con mechones sueltos y salvajes por su ros