Empacar en el corazónArthur estacionó el coche frente al edificio y me acompañó hasta la puerta del departamento. Por cortesía le invité a pasar mientras recogía las cosas que me llevaría a esa aventura, pero él no aceptó, dejándome en claro que su trabajo era el de resguardarme en todo momento, aunque sin involucrarse de manera directa, por lo que me aseguró que él estaría bien esperándome sentado en la banca del pasillo.No le presté mayor atención al asunto, pues una fuerza había nacido sobre mí y era esa la que me impulsaba a querer terminar cuanto antes para regresar y esperar al señor Cavill lo más pronto posible. No podía saber a ciencia cierta si aquello calificaba como un comportamiento obsesivo de mi parte, pero no era algo en lo que quería recalar por el momento, ya que tenía mucho por hacer si quería terminar en poco tiempo.El reloj marcaba las tres menos cuarto de la tarde cuando comencé a priorizar las cosas que llevaría conmigo, sobre todo aquellas pocas que tenían un
Entre amigasLa puerta de la habitación volvió a cerrarse para dejarnos a las dos encerradas a solas.― ¿Por qué lo invitaste? ―le pregunté de inmediato.― ¿Por qué lo preguntas? Es nuestro amigo, el merecía saber que estás a punto de embarcarte en una decisión de tal envergadura.―Lo sé, lo sé ―respondí dejándome caer pesadamente sobre el colchón de la que había sido mi cama hasta la noche anterior. Anita permanecía de pie cerca de la puerta―, pero es que sabes todo lo que está pasando y tenías que imaginar que él no se iba a tomar de buena manera la noticia de mi partida.Ana se acercó entonces, rodeando la cama para sentarse a mi lado para mirarme al hablar.―Emi, yo no tengo ni la menor idea de nada de esto que está ocurriendo y no sé si aún debes cumplir esa estúpida cláusula de confidencialidad.―Sí, aún debo.―Bueno, igual, yo no sé nada de todo esto, lo que sí sé es que si te mudas a la vuelta de la esquina o si te vas a la luna, tus amigos seguiremos siendo tus amigos. Puede
Brindis y despedidaAna me ayudó a terminar de empacar un par de cosas que habían quedado pendientes para de esa manera poder aprovechar el poco tiempo que nos quedaba a solas antes de ir a encontrarnos con Erick y Ethan, quienes nos estaban esperando en la cocina desde hacía ya un buen rato. Ana tomó en sus manos la bolsa donde había guardado las fotografías y algunos cuadernos de notas, entonces me miró y aprovecho para preguntarme un detalle que yo misma quería contarle.― ¿Cuándo podrás hacer algo por David?Suspiré tomando conmigo la mochila que llevaba al hombro y un par de cajas donde había empacado los enceres personales―No tienes idea de cuánto quisiera poder ayudarle hoy mismo y que su pesadilla llegara a su fin de inmediato… pero lamentablemente aún debo esperar unos cuantos días más para poder cobrar mi primera paga y entonces poder hacer algo.― ¿Cuánto tiempo tardará eso? ―me preguntó con curiosidad.―El contrato establece que no cobraría mi primera parte de lo que me c
Expectativas y realidadEl departamento de Ana era pequeño, pero en la parte del comedor tenía una puerta que daba a un pequeño balcón donde se podía disfrutar de una agradable vista de la ciudad desde ese quinto piso. Ethan caminaba adelante abriendo la puerta con absoluta cortesía en todo momento, dejándome lo bastante en claro que los hombres caballerosos no faltaban en mi vida. Yo caminé en silencio todo el trayecto intentando imaginar que podía ser lo que Ethan quería contarme, esperando en lo profundo de mi corazón, que no se atreviera a decir lo que tanto temía. Yo le apreciaba demasiado como para imaginarme en la posición de tener que arruinar sus expectativas.Ethan cerró la puerta y se dio vuelta para quedar frente a mí. Para ese momento la tarde ya estaba bastante madura, por lo que el sol había comenzado a enfilarse inevitablemente en su rumbo hacia el ocaso de matices dorados y brillantes. En mi mente no podía dejar de pensar en el señor Cavill esperándome en su mansión,
Marcando territorioEthan aún se removió adolorido en suelo del balcón cuando Ana y Erick entraron corriendo detrás de Arthur, quien había secundado a su jefe.― ¡¿Pero qué pasa aquí?! ―gritó Ana al descubrir a Ethan en el suelo― ¿Se ha vuelto loco?Arthur se paró firme entre su jefe y mis amigos, no con ninguna mala intención, aquello solo era parte de su protocolo para asegurar el respeto del espacio personal del jefe.― ¿Estás bien? ―me preguntó mirándome la cara para asegurarse de que no me hubiera pasado nada― ¿No te hizo nada ese tipo?―Estoy bien ―le respondí un poco apenada por ese derroche de genuina preocupación que había demostrado por mí. No me agradaba en lo absoluto que Ethan terminase dañado de esa manera, pues el puño poderoso del señor Cavill se había afincado en su quijada, dejándolo fuera de combate de inmediato. Lamentablemente, aquello había sido una consecuencia de sus pretensiones insanas y aunque a Ethan lo estimaba como un gran amigo, no podía de ninguna maner
Conversaciones pendientesAquella revelación realizada por el señor Cavill me dejaba con una impresión poderosa con el potencial de aupar aún más la confusión de mi corazón. De ninguna manera me iba a sentir atraída por la violencia ni tenía intenciones de normalizar lo que el señor Cavill le había hecho a Ethan. Para mí siempre sería fundamental encontrar una solución alejada de la violencia para poder resolver cualquiera que fuese el problema, pero también era cierto que esa demostración de preocupación del señor Cavill que bogaba por protegerme de una forma tan intensa, no podía quedarse sin ser considerado como una muestra de un intenso interés hacia mí.Por eso solamente asentí cuando él me dejó en claro que esperaba que yo cumpliera a cabalidad toda orden a partir de ese momento. No estaba de ánimos como para llevarle la contraria después de lo que había ocurrido, simplemente quería dejar los problemas atrás cuanto antes.― ¿Quién era ese tipo? ―me preguntó después de que en su
En la mansión del jefeEl señor Cavill me dejó en la escalera para que pudiera instalarme definitivamente en la que sería mi habitación mientras durase mi estadía en la mansión. Era impresionante que a pesar del tamaño de esa casa y de que siempre se encontraba impecable y reluciente, pareciera que no existía personal de servicio alguno en el lugar. El asunto era cuando menos llamativo, pero no era algo como para alarmarme, lo más importante de momento era hacerme a la idea de que esa sería mi casa, por lo menos hasta cumplir una semana del contrato para poder iniciar el proceso judicial necesario para hacerme con la custodia de mi hermano.Así llegué hasta la habitación que permanecía igual de impresionante que en la mañana. La cama por si sola era una invitación a perderme en la suavidad anunciada por aquel inmenso lecho cubierto de sabanas que parecían hechas de la seda más suave del mundo y almohadas que bien podían estar rellenas con plumas de unicornio. Me senté en una silla que
Las facetas de un hombre complejoEn aquella impresionante cocina de acabados delicados, de tonos azules, negros y cromados, el señor Cavill se movía como en su elemento. Los distintos mostradores servían como escenario para lo que parecía ser una coreografía perfectamente equilibrada e interpretada por el más capacitado de los artistas. Cuchillos y cucharas se convertían en sus manos en las herramientas del artista, que ante mi mirada atónita derrochaba una impresionante capacidad culinaria.Vegetales, especias y carnes desfilaban ante mis ojos en lo que era aquella misión de conseguir el sabor perfecto. Era tal la concentración de él en aquel entorno soñado, que tardó un poco en percatarse de que yo llevaba rato contemplándole desde la distancia.―Señorita Reyes ―me saludó con un movimiento de su cabeza cuando se percató de mi presencia mientras cortaba un poco de lechuga fresca―, no sabía que ya estaba aquí.―Acabo de bajar ―mentí con descaro.― ¡Perfecto! ―espetó él, volviendo a c