Algo mágicoAquello sencillamente podía ser descrito como una noche mágica para mí.Mis expectativas en el romance eran bastante pobres, teniendo en consideración lo que había sido la mala fortuna que había tenido en el resto de áreas de mi vida. Realmente mi adolescencia y juventud temprana transcurrieron en lo que había sido una prisión en el estricto sentido de la palabra, así que no había tenido ni la menor oportunidad de experimentar un mínimo de lo que se esperaría que una chica de esa edad viviera con los chicos de su propia edad. Las películas románticas que había podido ver en la televisión después de salir del internado me mostraban una versión del romance y del amor que nunca creí que siquiera pudiese experimentar y aunque Ethan en incontables ocasiones estuvo empeñado en insinuarme lo que eran sus innegables intenciones de invitarme a vivir un romance real, la verdad es que nunca me sentí lo suficientemente cómoda con ello como para atreverme a darle la oportunidad de inte
Como dos viejos amigosEl recuerdo de aquel testamento descubierto en las profundidades de sus dominios prohibidos y de aquella acta de nacimiento que encerraba en sus letras el potencial para levantar sospechas inusitadas, vino a mi mente mientras charlábamos de manera desenfadad durante la cena. Claro que me intrigaba el asunto y que me llenaba de ganas incontenibles de poder expresarle mis dudas respecto a todo eso, pero de solo pensar que podía con ello arruinar la perfecta dinámica que se había instalado en ese momento me quedé petrificada y preferí desechar la idea. La conversación fluyó como nunca antes. Ahora más que nunca me terminaba de convencer de que el señor Cavill había experimentado una especie de trasformación en sus determinaciones. Era incuestionable el cambio que había experimentado desde que en la tarde lográramos superar ese par de encontronazos que nos encerró en aquel entresijo donde al final triunfó la tensión de atracción que acercaba de manera ineludible la
Preguntas y respuestas― ¿Su color favorito?―El verde.― ¿Su edad exacta?―Veintinueve años.― ¿Tiene amigos?―No.― ¿Mascota?―No.― ¿Hermanos?―No.― ¿Comida favorita?―La hecha en casa, preferiblemente preparada por mí.― ¿Le gusta leer?―Es una de mis pasiones.― ¿Su libro o escritor favorito?―El nombre de la rosa es mi libro favorito y Umberto Eco es mi autor predilecto.― ¿Su peor temor?―Enamorarme.Yo había decidido comenzar de a poco y aumentar paulatinamente la intensidad de las preguntas hasta encontrar la manera idónea de entrar a los temas fundamentales de mis dudas y conflictos respecto a su enrevesado comportamiento, que era lo que principalmente me ocasionaba el conflicto de manera absolutamente radical; sin embargo, las respuestas del señor Cavill desembocaron de manera inevitable en una encrucijada donde me resulto imposible ignorar.― ¿Por qué le tiene miedo a enamorarse?―Por qué así me criaron.La respuesta del señor Cavill me dejó pasmada y sin mucho margen par
Pasado dolorosoEl margen de distancia que el señor Cavill se empeñó en poner entre nosotros de nueva cuenta fue un golpe duro para el ánimo que comenzaba a surgir apoderándose de mi corazón. Ahora de golpe volvía a enfrentarme con la espalda del señor Cavill como única respuesta al millón de dudas que me surgían después de aquellas respuestas escuetas que él me brindó como contestación. Me encontraba de nuevo ofuscada por la situación sobrevenida de manera inesperada, sin saber que había ocasionado de manera exacta esa reacción tan intensa en él. Ahora podía tener certeza de que su corazón estaba siendo empujado por las mismas fuerzas que a mí me quemaban desde las entrañas y me hacían sentirme llevada de manera inevitable hacia comportamientos que muchas veces ni yo misma podía explicarme; sin embargo, las reacciones del señor Cavill eran diferentes a lo que mi alma me pedía, pues mientras yo anhelaba correr a sus brazos, el señor Cavill por su parte parecía anhelar
El herederoLa revelación del señor Cavill me dejó impactada y sin palabras, pero sobre todo confundida al no haber tenido la oportunidad de prepararme para una revelación como aquella. La cuestión sencillamente me sobrepasaba de una forma que no podía procesar con la suficiente rapidez como para estar capacitada para proveer de una respuesta elocuente, mientras que los ojos de él permanecían fijos sobre los míos como invitándome a compartir esas dudas que cada vez más invadían mi alma. El momento era sumergido cada vez más en esa tensión de apremio insoportable.―No entiendo ―fue lo único coherente que mis labios fueron capaces de pronunciar sin correr el riesgo de decir una barrabasada en medio de una situación tan altamente delicada y compleja.El señor Cavill volvió a sonreír de esa forma tan particular que en vez de ser una muestra de relajación o humor, era en realidad una extensión de ese furor dañino que se apoderaba de su alma al tener que rememorar lo que sin dudas eran para
Amor sanador Aquel abrazó traspaso los límites materiales del cuerpo y del ser, logrando alcanzar de manera incuestionable los recónditos rincones de lo que eran las viejas heridas que permanecían supurando en la vida de ambos. El señor Cavill y yo quedamos expuestos entonces como dos niños que abriendo sus corazones delante del otro no logran encontrar otro consuelo mejor que el fundirse en un abrazo sanador y de vida. No eran heridas iguales, cada uno de nosotros había vivido experiencias diferentes e incluso contrarias, pero de manera casi mágica podíamos descubrir en el otro la fuerza necesaria y suficiente para emerger de nuestras propias cenizas como campeones victoriosos que lograron encontrar una luz de victoria en un mundo de oscuras derrotas.El señor Cavill no dijo nada, pero sus lágrimas fueron más que elocuentes para dejarme saber que aquello estaba significando para él un momento de sanidad. Su rostro se hundió entre mi hombro
Hacer el amor le dicen. Yo solo me convertí en una carta de amor que quedaba en las manos del más prolífico poeta, que con sus pinceladas mágicas lograba arrancar de mi cuero los más hermosos versos en forma de suspiros y gemidos que eran pronunciados por mi garganta enamorada. Las manos del señor Cavill habían logrado incursionar hasta conseguir que los broches de mi vestido cayesen rendidos ante sus artes aduladoras. Sobre un diván de tela suave y cojines confortables, el señor Cavill me había dejado recostada mientras él permanecía erguido sobre mí, mientras mi corazón palpitaba desbocado como un galope de corcel que teme perder la oportunidad de su vida. Mi torso quedo al descubierto cuando sus ojos no daban ninguna duda para entender que lo que veía era para él una manifestación última del amor más puro y sosegado. Entonces, como si fuese la primera vez que ambos descubriésemos nuestra íntima desnudez, el señor Cavill se regodeó al momento de liberar mis senos de aquel ajustado s
Consumación ¿De verdad se podía amar a una persona apenas después de cinco días? La forma en que le veía sufrir de manera sentida mientras me penetraba con pasión me dejaba en claro que sí, no porque la entrega en la cama significase algo respecto al amor, pero si cuando aquellos ojos dejaban a la vista el brillo de vida y e ilusión que solo yo podía interpretar. Era un lenguaje mudo que entre él y yo adquirir un significado poderoso, que trascendía las palabras, los sentidos e iba mucho más allá, más allá de las verdades y las mentiras y que llegaba a comunicarnos donde solo el lenguaje esencial podía tener un mínimo de significancia.Su cuerpo entero se convirtió para mí en una canción de amor, una declaración irrevocable del más puro y sincero sentido de entrega y abnegación, que me embestía con pasión renovada y un deseo recién descubierto. Con esa apenas podíamos contar con una mano las veces que habíamos intimado, pero a pesar de eso habíamos pasado a un próximo nivel, donde lo