Hola a todos, lamento mucho haber estado tanto tiempo ausente, pero verán, me enfermé de dengue y además mi examen del título universitario está a la vuelta de la esquina, pido perdón. Espero que este cap sea de su agrado y muy pronto me estabilizare para continuar publicando. Cuídense.
Cuando aquel hombre la tomó de su chaqueta la arrastró hasta afuera del local mientras Starla gritaba que la dejaran en paz. La joven lanzó golpeas al aire y finalmente la sacaron del lugar aventándola a la calle. Su trasero le dolió al rebotar en aquel duro lugar.—¡Malditos! — Intentó levantarse, pero al apoyar su muñeca notó que se la había torcido. Odió sentirse débil en ese entonces.—¡Señorita Evan! — Kerrie se giró a ver al dueño de la voz encontrándose con el detective Travis. El corrió hasta el tipo que estaba frente a ella y le atestó un golpe en la cara. Ella se quedó con los ojos bien abiertos al ver que el tipo quedó inconsciente.—¿Estás bien? — La ayudó a levantarse y la joven asintió.—Starla está adentro, ayudala por favor. — El chico asintió y corrió hacia dentro, pronto sacó al otro hombre del local y lo dejó en el suelo. Ambos estaban quejándose del dolor mientras Ciel sacudía el polvo en sus manos. Ella estaba impresionada y agradecida.Unos minutos más tarde, una
Kerrie temblaba mientras veía al suelo. Sentía su cabeza dando vueltas y sus ojos inflamados. Jamás había sentido tanto miedo en su vida. Muy pocas veces había tenido una visión tan vivida como esa. Por un momento había creído que aquel dolor que la rodeaba era de verdad. Ver a la gente en llamas, fue una pesadilla. Sin embargo, no entendía porque escuchó un lamento y luego la presencia malévola sonriente.—Toma. — Hudson le dio una botella de jugo que ella aceptó. Le dio un sorbo y luego resopló. Tenía muchas cosas en la cabeza y no entendía nada en lo absoluto.—¿Te encuentras bien? — Preguntó. Ella por fin lo miró. Hudson tragó duro al ver los ojos rojos de la chica. Cuando entró al teatro escuchó algunos ruidos y lo primero que pensó fue en el fantasma. Se llevó una sorpresa al ver a Kerrie en medio del escenario mirando a la nada con horror en sus ojos. Corrió a ella y cuando la joven salió de su trance, verla llorar, fue algo que lo hizo sentir raro.—Ya estoy mejor gracias. — S
Jamás se había sentido tan avergonzada como lo hacía ahora. ¿En qué momento Hudson había entrado en la sala de cine? Se preguntó cuanto había escuchado de su triste monologo, lo único que le faltaba era que el muchacho le tuviera lástima, más de la que ya le tenía. Y si, le molestaba pensar eso, porque suficiente tenía con que sus viejos amigos supieran lo patética que era, al menos quería guardar un poco su orgullo. Sin embargo, ahora parecía más lejana esa idea y seguro Hudson se burlaba de ella en silencio. No podía controlar siquiera su vida emocional y eso si era bastante malo.—Ah… es bueno saludarte. Feliz noche. — Sin más salió huyendo de ahí. Pensaba en lo ridícula que había actuado, pero no era momento y de regresar a averiguar qué tanto había escuchado, aunque seguro había escuchado todo su llanto.—¡Carrie! — La joven se detuvo al escuchar la voz de Hudson. Se quedó en medio del pasillo camino a las gradas que la llevarían a la salida del cine. El castaño corrió hasta ella
—¿Estás bien? — Hudson se encontraba sacudiendo su ropa mientras la joven le ofrecía un vaso de té.—Estoy bien ¿y tú? — La miró detalladamente mientras ella se sentaba a su lado. La policía estaba ahí hablando con la gente que estuvo presente. Entre ellos se encontraba Patrick y Ciel, pero la joven no los había visto aún.—Estoy bien. — Suspiró abrazándose a sí misma. En ese momento sintió un leve dolor en su hombro. Supuso que se hizo daño al lanzarse al suelo junto con Hudson. El castaño notó la incomodidad en el rostro de la joven y se sintió culpable.—Kerrie…—¡Kerrie! — Patrick apareció interrumpiendo la conversación. La pelinegra parpadeó varias veces. —¿Te encuentras bien? ¿Qué sucedió? — Ella se encargó de explicarle con detalle todo lo que había sucedido.—Así que es obvio, el perpetrador iba en contra de ti Hudson. — El castaño asintió, claro que era así. Sin embargo, no entendía por qué contra él. Bueno, era obvio que tuviera haters en contra de su persona, pero n a ese n
La semana de exámenes estaba cerca, además del trabajo de la entrevista. Kerrie había preparado sus preguntas con antelación y ahora necesitaba recordarle a Hudson que él debía ayudarla. Cuando su clase terminó Dante iba junto a ella mientras salían de su última clase de la semana. Ambos tenían planeado estudiar en el nuevo cuarto de Hazel por lo que primero se encaminaron hacia la cafetería para ir por unas porciones de fruta y luego irían a los complejos de departamentos.—Aún sigo sin creer que Hazel tenga su apartamento aquí. ¿Sabes lo difícil que es quedarte en los departamentos de la Universidad?—¿Demasiado? — Dante sonrió ante la respuesta de la chica.—Sí, exacto. Hazel debe de ser una privilegiada.—Lo que ella se propone, lo consigue. Además, tiene sus razones. — Ambos sabían cuáles eran esas razones, pero no tenían ganas de hablar de ellas. Kerrie dio un pequeño brinco en las gradas y Dante no pudo evitar dejar de sonreír. Ella le parecía demasiado tierna.—¿Qué planeas ha
La lluvia caía frente a la ventana de la habitación. Sus hermanos se encontraban rodeándola con sus bracitos mientras estaban completamente dormidos. La joven les dio un pequeño vistazo notando lo cansados que estaban. Después de todo hoy se habían despertado temprano para limpiar el apartamento, luego fueron por las compras de la semana e hicieron sus deberes, justo para poder descansar en la tarde y tener libre el domingo. Sin embargo, ella no podía descansar. La imagen de Hudson siendo asesinado la mortificó. Hudson se dio cuenta que algo andaba mal, pero ella decidió responderle que estaba cansada. Se disculpó y salió huyendo de ahí directo a su casa. No pudo dormir. Sabía que no podía esconderle ese tipo de cosas a Hudson, pero tenía sus dudas. No era común que ella viera cosas que no habían sucedido.No entendía por qué ahora las cosas resultaron de esa forma. Debía seguir investigando. Así que se movió lentamente y luego acomodó a sus hermanos con almohadas para que continuaran
Hudson apareció a unos metros mostrando una sonrisa. El muchacho tenía una peluca negra que hacía resalta el color de sus ojos, además usaba unas gafas que seguro no tenían nada de graduación, unos jeans rotos, una camisa blanca y una de cuadros que rodeaba su cintura. Se veía increíblemente atractivo.La joven entreabrió los labios y el chico se acercó tomando su rostro entre sus manos. La joven abrió los ojos de par en par.—¿Estás bien? — Tenía que reaccionar.—Hud… digo Michael, viniste.—Por supuesto, no te podía dejar sola. — Sonrió. La joven intentó guardarse su gran confusión al ver una sincera sonrisa en su rostro o lo que ella creía que era una sonrisa sincera. En verdad, era muy buen actor. No podía negarlo.—Chicos. — Se giró finalmente haciendo que él bajara las manos. —Este es mi novio Michael Hopes. — Lucy rodó los ojos y suspiró dándose por vencida. Al menos no seguiría fastidiando el ambiente. Hazel se levantó y se acercó a ver al muchacho.—Te me haces conocido. — Ke
El viernes para ir a South Village había llegado, Kerrie sentía preocupación por dejar a sus hermanos solos. Sin embargo, Luther fue muy amable al conocer a los niños en días anteriores. Kerrie le agradeció bastante su atención.—En serio agradezco que cuides a mis hermanos.—No te preocupes, recibiré un buen bono.—¿Perdón?—Que ellos son un dúo mono. — Kerrie lo miró con extrañeza, pero luego sonrió. Los niños jugaban junto con la sobrina de Luther y parecían ajenos a la situación. Todos estaban en el apartamento de Hudson, para sorpresa de Kerrie y el pelinegro, el muchacho había estipulado que los niños y Luther se quedarían en su apartamento, para mejor seguridad.El castaño salió de su habitación arrastrando su maleta y la ubicó al lado de la de Kerrie.—¿Qué tanto llevas ahí? — Luther lo miró con cierta confusión. Incluso Kerrie parecía preocupada al ver la enrome maleta, ella apenas llevaba una mochila grande. En teoría estarían de vuelta el domingo por la mañana.—Lo necesari