Capítulo 8: Ecos de la DudaAurora se encerró en su habitación tras el encuentro en el salón, su respiración agitada y sus pensamientos desbocados. Cerró la puerta de un empujón y apoyó la espalda contra ella, intentando calmar el torbellino que la consumía. Su pecho subía y bajaba con un ritmo irregular, y aunque intentaba convencer a su mente de que lo que había visto no debía afectarle, su cuerpo decía otra cosa.El deseo que nace del desconciertoSe dejó caer sobre la cama, las sábanas frescas acariciando su piel. Cerró los ojos, pero no podía apartar la imagen de Lucienne y Damien. Sus movimientos sincronizados, el roce de sus pieles, las manos de Damien explorando con firmeza la espalda desnuda de Lucienne. El vestido rojo ceñido de la mujer no había hecho más que resaltar cada curva de su figura perfecta. Su piel parecía de porcelana, tan tersa y suave que Aurora casi podía imaginar cómo se sentiría bajo sus propios dedos.Damien, por otro lado, era el epítome de la fuerza cont
Capítulo 9: Confesiones y Preparativos Aurora pasó la noche inquieta, girando en la cama mientras las imágenes del día anterior se repetían en su mente. Cada vez que cerraba los ojos, veía las manos de Lucienne deslizándose por el pecho de Damien, las líneas de sus músculos tensándose bajo su toque. Esa imagen, acompañada por el ardor de su propia reacción, no la dejaba en paz. Al amanecer, un golpe suave en la puerta la sacó de su ensueño.Cuando abrió, Klaus estaba allí, imperturbable como siempre.—El desayuno está listo, señorita. El maestro Damien solicita su presencia en el comedor principal.Aurora asintió y cerró la puerta lentamente. Se vistió con lo primero que encontró, una falda marrón que se ajustaba a sus caderas con suavidad y una blusa beige que delineaba discretamente la curva de sus senos. Antes de salir, se miró en el espejo. Sus labios estaban ligeramente hinchados por haberlos mordido toda la noche, y el rubor en sus mejillas no parecía desvanecerse. "¿Por qué me
Capítulo 10: Fuego Bajo la SuperficieAurora regresó a su habitación tras el intenso entrenamiento del día anterior, pero esa noche el cansancio no fue suficiente para calmar la tormenta que se desataba dentro de ella. Cada recuerdo del día, cada roce, cada mirada de Damien, seguía repitiéndose en su mente como un fuego que no podía apagar. Su cuerpo aún temblaba, no solo por el esfuerzo físico, sino por la tensión que se acumulaba cada vez que él estaba cerca.Al amanecer, el ya familiar golpe en la puerta de Klaus la despertó.—El maestro Damien la espera en el comedor para el desayuno —dijo con su tono grave y profesional.Aurora tomó aire y se levantó con determinación. Esa vez eligió un conjunto más funcional, pero que sin duda marcaba su figura: unos leggings negros que delineaban perfectamente sus caderas y muslos, y un top deportivo gris que abrazaba la curva de sus senos y dejaba su vientre ligeramente al descubierto. Encima, una chaqueta ligera que no se molestó en cerrar. C
Capítulo 11: Fracturas en el SilencioAurora despertó al día siguiente con un cuerpo adolorido y una mente agitada. El entrenamiento con Damien había dejado marcas, pero no solo en su cuerpo. Había algo en sus interacciones que le seguía pesando, algo que no podía apartar de su mente. Se vistió rápidamente con los mismos leggings negros y el brasier deportivo del día anterior, preparándose para otra sesión intensa, aunque esta vez se prometió a sí misma mantener las emociones bajo control.El golpe en la puerta no tardó en llegar. Klaus, puntual como siempre, la esperaba para acompañarla al desayuno. Aurora asintió y lo siguió en silencio, ya acostumbrada al interminable laberinto de pasillos de la mansión.El desayuno y tensiones no resueltasLa mesa del comedor estaba dispuesta como siempre, con una variedad de opciones que harían palidecer a cualquier banquete. Aurora tomó asiento sin siquiera mirar a Damien, quien ya estaba en su lugar, vestido con un traje gris oscuro que parecía
Capítulo 12: Llamas y SecretosLa mansión parecía más silenciosa esa noche, como si incluso los muros estuvieran expectantes de lo que estaba por suceder. Aurora estaba en su habitación, intentando descansar después de lo que había sido el día más agotador de su vida. La luz dorada que había emanado de ella durante el entrenamiento seguía grabada en su mente. Damien había dicho que era solo el comienzo, pero ¿el comienzo de qué?Cada vez que cerraba los ojos, veía su mirada. Había algo en su tono, en la forma en que se dirigía a ella, que no era solo autoridad o protección. Había algo más profundo, algo que la hacía cuestionarse si todo lo que sentía era solo confusión… o si había algo creciendo entre ellos que ninguno estaba dispuesto a admitir.Un despertar abruptoUn golpe fuerte en la puerta la sacó de su ensueño. Aurora se levantó de un salto, su cuerpo todavía adolorido. Abrió la puerta para encontrarse con Klaus, cuya expresión grave la puso en alerta de inmediato.—El maestro
Capítulo 13: En las Sombras de Mi PropósitoDamien observaba a Aurora desde las sombras de la sala de entrenamiento, como lo había hecho tantas veces antes. Había algo en ella que lo desconcertaba, algo que lo obligaba a permanecer cerca incluso cuando sabía que debería mantenerse al margen. Ella no es como las demás, pensó, cruzándose de brazos mientras estudiaba su postura insegura.Aurora estaba de pie frente al altar, su mirada fija en las llamas perpetuas que danzaban como si quisieran alcanzarla. Elias la instruía con paciencia, pero Damien veía más allá de las palabras de su antiguo amigo. Sabía que esto no era solo un entrenamiento. Era una prueba. Y no solo para ella.Reflexiones sobre el pasadoLa imagen de Aurora en ese altar evocaba recuerdos que Damien había enterrado hacía siglos. Había visto a otros como ella: fuertes, prometedores, destinados a grandes cosas… y todos habían caído. El peso de sus decisiones, las traiciones y los sacrificios lo habían convertido en lo qu
Capítulo 14: El Legado ArdienteAurora permanecía en el corazón del templo, sintiendo cómo las vibraciones del lugar resonaban en lo más profundo de su ser. Las paredes de piedra blanca, adornadas con runas antiguas, parecían pulsar al ritmo de su respiración. Elias, con su cabello plateado iluminado por las llamas perpetuas que rodeaban el altar central, observaba con una mezcla de calma y expectativa. Damien, por su parte, permanecía en la penumbra, observándola desde las sombras, siempre vigilante.—Aurora —dijo Elias, su voz firme—. Este templo fue creado por los antiguos para contener poderes que el mundo no estaba listo para enfrentar. Aquí, tu magia no solo será más intensa, sino también más peligrosa. Necesitas aprender a dominarla.Aurora asintió, consciente de que cada palabra era una advertencia. La energía del lugar la envolvía como un manto, y aunque sentía el calor de las llamas a su alrededor, no la quemaban. En lugar de eso, parecían comunicarse con ella, como si la re
Capítulo 15: El Precio del ControlEl calor del altar todavía ardía en la piel de Aurora mientras intentaba procesar lo que había sucedido. Había dominado el fuego del templo, pero a un costo: estaba agotada, física y mentalmente. Damien y Elias la habían dejado descansar, pero sabía que la conversación que ambos tendrían no sería tranquila. Las palabras de Elias seguían repitiéndose en su mente: “El fuego del templo no solo prueba tu control, sino también tu voluntad.”Aurora se dejó caer en la cama, observando el techo decorado con grabados mágicos que parecían moverse lentamente, como si respondieran a la energía del templo. Cerró los ojos por un momento, pero no pudo evitar que la preocupación invadiera sus pensamientos. ¿Qué más espera de mí este lugar? se preguntó.Una noche inquietaEl eco de voces en el pasillo despertó a Aurora en medio de la noche. Reconoció de inmediato el tono autoritario de Damien y la voz más controlada de Elias. Se levantó de la cama, ajustándose la tún