Capítulo 41: El Eco del PasadoEl campo de batalla se extendía frente a Aurora como un océano caótico de sombras y fuego. Las llamas que Kael había conjurado para mantener a raya a la Orden se desvanecían poco a poco, mientras los gritos y el choque de espadas llenaban el aire. A su alrededor, los guerreros luchaban con desesperación, conscientes de que esta no era una batalla cualquiera, sino una pelea por su supervivencia.Aurora emergió del santuario, su cuerpo envuelto en un resplandor dorado que no podía controlar del todo. Las palabras de Freya y Elias resonaban aún en su mente: “Tu magia no es solo poder, es memoria. Es el vínculo con quienes te precedieron. Para dominarla, primero debes entender de dónde viene.”Pero no había tiempo para entender. No había tiempo para cuestionarse. Aurora levantó una mano, sintiendo el calor de su poder recorriendo su piel, y liberó una ráfaga de energía que hizo retroceder a un grupo de atacantes que se dirigían hacia Damien. El vampiro giró
Capítulo 1: La Marca del DestinoEl amanecer despuntaba tímidamente sobre los suburbios de Blackwood Hills, un pequeño y olvidado pueblo donde el tiempo parecía avanzar más lento que en cualquier otro lugar. Aurora Blackthorn siempre había sentido que no pertenecía allí, aunque nunca había podido explicarlo. En el día de su vigésimo primer cumpleaños, esa sensación se hizo más fuerte, casi como una punzada persistente en su pecho.El aire estaba cargado con un extraño aroma a tierra mojada, aunque no había llovido. Aurora se despertó con el sonido de los grillos todavía resonando afuera. El sol apenas asomaba por las cortinas de su pequeño cuarto, y una sensación de vacío inexplicable se aferraba a su corazón. Siempre le gustaba levantarse temprano, pero hoy algo era diferente. No era el zumbido de los pájaros, ni el crujir de las tablas bajo sus pies. Era algo más profundo, algo que no podía ignorar.Aurora se detuvo frente al espejo que colgaba en su habitación, un viejo marco de ma
La noche había caído sobre Blackwood Hills con una intensidad que Aurora nunca había sentido antes. Las sombras se alargaban como si tuvieran vida propia, y el aire estaba cargado de un peso extraño, casi sofocante. Mientras caminaba de regreso a casa después de lo que solo podía describir como el día más extraño de su vida, sus pensamientos giraban sin cesar alrededor del hombre que había encontrado en el bosque.“Mi magia está despertando. Y no tienes idea de lo que acabas de desatar.”Las palabras del extraño seguían resonando en su mente. Aurora sabía que no estaba loca; había visto la luz dorada, había sentido el calor abrasador en su cicatriz y había presenciado cómo él, con una fuerza sobrehumana, destrozaba a esas criaturas. Pero lo que más la inquietaba no era lo que había visto, sino lo que había sentido: una conexión inexplicable con aquel hombre.La conversación en casaAl llegar a casa, Helen estaba esperándola en la sala de estar, su rostro reflejaba un alivio evidente a
Capítulo 3: Un Pacto en la OscuridadAurora respiraba con dificultad, aún de rodillas en el suelo de la sala destrozada. Las palabras de Damien resonaban en su mente, pero el caos en su entorno hacía imposible que pudiera concentrarse. La habitación, que antes era un refugio familiar, ahora parecía un campo de batalla: cristales rotos, muebles volcados y marcas quemadas en las paredes. Helen, apoyada contra la pared, observaba a Damien con una mezcla de miedo y reconocimiento.Damien se levantó y extendió una mano hacia Aurora. Su imponente figura parecía absorber toda la luz de la habitación, y sus ojos rojos brillaban como brasas en la penumbra. Aurora dudó, pero algo en su presencia la hacía sentir segura, incluso cuando cada parte de su lógica le gritaba que huyera.—No tengo todo el día, Aurora —dijo Damien con un tono que bordeaba la impaciencia—. Si seguimos aquí, otros vendrán. Y créeme, no todos serán tan fáciles de derrotar como esa criatura.Aurora levantó la vista hacia él
Capítulo 4: La Oscuridad LlamaLa noche se había convertido en un abismo de tensión insoportable. Aurora permanecía inmóvil detrás de Damien, sus sentidos en alerta máxima. El aire estaba cargado de una energía que hacía que cada respiración se sintiera como un esfuerzo titánico. El sonido de los golpes en la puerta resonaba en sus oídos como un martillo implacable, y cada golpe parecía desgarrar los pocos restos de normalidad que le quedaban.—No importa lo que pase, no salgas de detrás de mí —dijo Damien, su tono bajo y autoritario, con una calma que contrastaba con el caos que se avecinaba.Aurora asintió, su garganta demasiado seca para formar palabras. Sus manos temblaban, todavía cargadas con la sensación del poder que había desatado horas antes. Aún no entendía cómo lo había hecho ni qué significaba realmente, pero una cosa estaba clara: había cruzado un umbral del que no había retorno.Damien caminó hacia la puerta con una lentitud calculada, como si estuviera evaluando cada s
Capítulo 5: El Refugio del InmortalEl amanecer comenzó a teñir el horizonte de tonos anaranjados y dorados mientras Damien conducía a Aurora por un camino sinuoso y empedrado. Habían dejado atrás el bosque hacía horas, pero Aurora apenas lo notaba. Su mente seguía atrapada en la imagen de Helen, inmóvil en el suelo, la luz de su vida apagada para siempre. Cada vez que cerraba los ojos, veía la daga oscura atravesando el pecho de la mujer que la había criado, el rostro de Evangeline y su sonrisa cruel grabados en su memoria.Damien, por su parte, permanecía en silencio. Su postura al volante era rígida, sus ojos rojos, ahora apagados, fijos en la carretera como si cada curva fuera un enemigo que debía vencer. Aurora no tenía idea de cómo habían conseguido un coche en medio del bosque, ni adónde la llevaba. Pero no preguntó. No podía. El peso de su pérdida y la incertidumbre sobre lo que venía la mantenían paralizada.Finalmente, el paisaje cambió. La carretera se abrió hacia una colin
Capítulo 6: Lágrimas en el SilencioAurora había esperado ser conducida a un lugar frío e impersonal, pero nada podría haberla preparado para la habitación donde Damien—o Alec, como Klaus acababa de referirse a él—le indicó que se alojaría. Este último detalle no pasó desapercibido para ella, pero la confusión tuvo que esperar, pues lo que tenía frente a sus ojos era completamente inesperado.La habitación de AuroraEl cuarto era enorme, más grande que cualquier espacio que Aurora hubiera ocupado en su vida. Una cama con dosel se alzaba en el centro, con cortinas de terciopelo oscuro que caían pesadamente a los lados. La colcha era de un rojo profundo, y los cojines negros y dorados contrastaban con la madera oscura del mobiliario. Una chimenea de piedra, ahora apagada, ocupaba una de las paredes, con dos sillones frente a ella, cubiertos en cuero suave. Las ventanas estaban enmarcadas con pesadas cortinas, y un candelabro de hierro colgaba del techo, lanzando un suave resplandor que
Capítulo 7: Sombras de Deseo Aurora bajó las escaleras con pasos inseguros, cada tablón crujiente bajo sus pies parecía anunciar su presencia. Llevaba el mismo vestido sencillo que había encontrado en el armario: una prenda de algodón azul claro, con mangas cortas y un diseño modesto que reflejaba su origen rural. Aunque el vestidor estaba lleno de opciones elegantes, ninguna parecía encajar con la imagen que tenía de sí misma. No pertenecía a ese mundo, y ese pensamiento era como un peso constante sobre sus hombros.Cuando cruzó el vestíbulo, un sonido flotó hacia ella: una risa suave y seductora que se deslizaba como terciopelo por el aire. Al acercarse al salón principal, la risa se transformó en susurros, palabras que parecían cargadas de una electricidad que hizo que la piel de Aurora se erizara. Se detuvo en el umbral, incapaz de ignorar la escena que se desarrollaba frente a ella.El impacto de LucienneDamien estaba sentado en un sofá de terciopelo negro, su postura relajada