Capítulo 39: La Promesa del FuegoLa noche había caído, envolviendo el santuario en un manto de sombras. Sin embargo, en su corazón, el lugar estaba más vivo que nunca. Los hechiceros y guerreros que habían jurado lealtad a Damien y Aurora se movían por los pasillos, preparándose para lo que parecía inevitable: la batalla contra la Orden. Las velas iluminaban los rostros de los presentes, reflejando tanto la determinación como el temor en sus miradas.Aurora, todavía con las manos temblorosas después del intenso entrenamiento del día, observaba el caos organizado desde una de las ventanas del salón principal. Había una sensación de urgencia en el aire, como si cada segundo que pasaba los acercara más al abismo.Damien entró al salón en ese momento, con su porte imponente y su mirada fija en ella. Vestía un abrigo largo que se ajustaba a su figura, y su postura irradiaba una autoridad incuestionable. A pesar de las amenazas externas, era imposible ignorar la calma controlada que emanab
Capítulo 40: Amanecer de SombrasEl primer rayo del amanecer rozó las torres del santuario, bañándolo en un tenue resplandor dorado que no hacía más que subrayar la amenaza que se cernía sobre ellos. Cada rincón del lugar estaba impregnado de una sensación de tensión contenida, como si los muros mismos aguardaran el impacto de lo inevitable.Aurora se preparó en su habitación, con la mirada fija en el espejo frente a ella. Vestía una túnica ligera de tonos oscuros que le había entregado Freya, diseñada para facilitar la canalización de su magia durante el ritual. Su cabello, recogido en una sencilla trenza, caía sobre su hombro mientras ajustaba las correas de las botas. A pesar de la calma que intentaba proyectar, su interior era un torbellino de emociones: miedo, determinación, y una chispa de algo que no podía definir, pero que sabía estaba relacionado con Damien.Un golpe suave en la puerta interrumpió sus pensamientos. Al girar la cabeza, encontró a Freya en el umbral, sosteniend
Capítulo 41: El Eco del PasadoEl campo de batalla se extendía frente a Aurora como un océano caótico de sombras y fuego. Las llamas que Kael había conjurado para mantener a raya a la Orden se desvanecían poco a poco, mientras los gritos y el choque de espadas llenaban el aire. A su alrededor, los guerreros luchaban con desesperación, conscientes de que esta no era una batalla cualquiera, sino una pelea por su supervivencia.Aurora emergió del santuario, su cuerpo envuelto en un resplandor dorado que no podía controlar del todo. Las palabras de Freya y Elias resonaban aún en su mente: “Tu magia no es solo poder, es memoria. Es el vínculo con quienes te precedieron. Para dominarla, primero debes entender de dónde viene.”Pero no había tiempo para entender. No había tiempo para cuestionarse. Aurora levantó una mano, sintiendo el calor de su poder recorriendo su piel, y liberó una ráfaga de energía que hizo retroceder a un grupo de atacantes que se dirigían hacia Damien. El vampiro giró
Capítulo 42: La Fractura del AlmaLa luz dorada que había llenado el santuario comenzaba a disiparse, dejando un silencio inquietante en su lugar. Aurora estaba de pie, sus piernas temblaban por el esfuerzo, pero su mirada permanecía fija en el espacio vacío donde Evangeline había estado momentos antes. No podía ignorar la sensación de que, aunque la batalla había terminado, el verdadero peligro aún acechaba.Damien, cubierto de sangre y con su respiración pesada, se acercó lentamente, su figura imponente destacándose entre los escombros. Sus ojos rojos brillaban con una intensidad que mezclaba preocupación y algo más profundo: admiración. Se detuvo frente a Aurora y levantó una mano, acariciando suavemente su mejilla.—Fuiste increíble —dijo en voz baja, como si temiera romper el frágil momento que los rodeaba.Aurora lo miró, tratando de ignorar el calor que subió por su cuello ante su toque. —No lo hice sola. No podría haberlo hecho sin ti.Damien esbozó una leve sonrisa, pero en s
Capítulo 43: El Eco de la MagiaEl santuario estaba en silencio, pero el aire estaba cargado de una energía que hacía que cada rincón vibrara con una fuerza latente. Aurora estaba en los jardines, perdida en sus pensamientos. La reciente batalla y la pérdida de Kael habían dejado una huella en ella, no solo por lo que significaba para su causa, sino por lo que él había representado como mentor y guía.Mientras caminaba entre los árboles, el recuerdo de Kael se materializó en su mente. Sus palabras, su sacrificio y su presencia la perseguían. Se detuvo cerca de una fuente, el agua reflejando la luz de la luna, y cerró los ojos.—Aurora —una voz resonó a su espalda, profunda y familiar.Se giró rápidamente, y allí estaba Kael. Su figura no era física, sino etérea, como si su esencia se hubiera quedado atrapada entre dos mundos. Sus ojos brillaban con una calidez que Aurora reconocía de inmediato.—Kael… —murmuró, sus palabras cargadas de incredulidad y emoción—. ¿Es esto real?Kael esbo
Capítulo 44: El Reencuentro del DeseoLa fortaleza estaba en calma, pero no por paz, sino por la extenuación que seguía a una larga batalla. Aurora caminaba por los pasillos oscuros, sus pasos resonando en la piedra mientras trataba de ahuyentar los recuerdos de la última pelea. Su cuerpo estaba agotado, pero su mente se negaba a descansar. Pensaba en todo lo que habían enfrentado juntos y en lo poco que había tenido de Damien en las últimas semanas. La constante presión de las amenazas había dejado poco espacio para cualquier cosa que no fuera lucha.Sin embargo, esta noche era diferente. La Orden estaba en retirada, al menos por ahora, y Aurora podía sentir la promesa de unas pocas horas de respiro. Giró hacia el ala privada de la fortaleza, donde sabía que Damien estaría. Cuando llegó a la puerta de su habitación, dudó por un instante antes de levantar la mano y golpear suavemente.—Entra —su voz, baja y ronca, la hizo estremecerse incluso a través de la puerta.Aurora entró y lo e
Capítulo 45: Refugio Compartido La habitación permanecía sumida en una suave penumbra, iluminada solo por los primeros rayos de sol que se filtraban tímidamente a través de las cortinas de terciopelo oscuro. Aurora despertó con una sensación extraña: no era inquietud ni miedo, sino algo más cálido, como un eco de los momentos que había compartido con Damien la noche anterior. Se giró en la cama, esperando encontrarlo junto a ella, pero solo halló el hueco vacío en el colchón y el leve calor residual que él había dejado atrás. Suspiró, pasando una mano por su cabello alborotado. Su cabello castaño oscuro caía en suaves ondas sobre sus hombros, enredado tras una noche de sueños agitados. Los mechones más cortos enmarcaban su rostro, aún algo sonrojado por los pensamientos de lo sucedido. Sin prisa, se levantó de la cama y dejó que sus pies descalzos tocaran el suelo frío. Su vestido, el que había llevado puesto durante las últimas horas del día anterior, yacía en una silla cercana. N
Capítulo 46: El Filo del AbismoLa noche era densa, y el aire en el santuario estaba impregnado de una tensión casi tangible, como si las paredes mismas estuvieran conteniendo una verdad que nadie quería enfrentar. Aurora no lograba descansar; llevaba horas mirando el techo de su habitación, con su mente atrapada entre dudas y fragmentos de recuerdos que no lograba encajar. Sentía que el mundo a su alrededor giraba demasiado rápido y que en cualquier momento podría caer.Un ruido en la puerta la sacó de sus pensamientos. Antes de que pudiera levantarse, Damien ya estaba entrando, su silueta imponente enmarcada por la tenue luz de las antorchas en el pasillo. Él no solía entrar así, sin anunciarse, pero algo en su mirada la hizo enderezarse al instante.—Damien, ¿qué sucede? —preguntó, con la voz apenas firme.—Necesito que vengas conmigo ahora —respondió él, su tono bajo pero autoritario. La urgencia en su voz era suficiente para hacerle olvidar cualquier pregunta.Aurora se levantó,