Capitulo 4.

Duncan

Por fin, ha dejado sus reticencias, ha dejado de lado sus prejuicios y se ha dejado llevar. Deseaba tanto hacerla mía, hacerla vibrar entre mis brazos, es tan bonita, tan dulce y tan inteligente que desconzco como nadie ha luchado por ella.

Agradezco haber aceptado esa estúpida apuesta, sino hubiera sido por ella, nunca la habría conocido y lo más probable es que ya estuviera muerto por no ser responsable y hacer tantas estupideces. Lo único que me pesa es no poder volver a ver a mi madre y a mi hermana. Si me vieran ahora no me reconocerían.

Quien sabe quizás me convierta hasta en padre! Maldigo mi suerte, cuando por fin consigo que se deje llevar, siento una bofetada en mi cara, cuando ella me dice lo de la protección.

Cuando me fui, no tenía pareja por lo que no llevaba encima ningún condón y cuando me quede solo tampoco me dio por pillar ninguna caja, para que iba a necesitarlos...

En medio del calentón, ya me veía terminando la faena solo, pero ella dijo algo que me nublo la razón, quería seguir no creía posible quedar embarazada o eso le había dicho su doctora.

De eso han pasado dos meses, en los que no hemos dejado de expresar nuestro amor. Nunca fui tan fogoso pero ella despierta mis sentidos y necesito poseerla noche y día.

Viene del huerto, trae tomates, pimientos y unas lechugas.. dentro de poco podremos coger las patatas, con todo lo que nos da la tierra podremos pasar el invierno bien.

Pero esto no es lo mejor, hay una cerda embarazada, tenemos una vaca y un ternero y hemos hecho una incubadora para varios huevos de las gallinas y los patos.

Hace días que Meg no se encuentra bien, siempre anda con el estómago revuelto, una idea cruza por mi cabeza. Me recuerda a mamá cuando estaba embarazada de Gabriela.

Haber de qué manera le puedo decir que quizás pueda estar embarazada? Ahora qué lo pienso tampoco me ha rechazado en ninguno de mis requerimientos. No ha tenido la regla desde que comparte intimidad conmigo.

Bueno quizás estoy precipitándome y pensando en cosas que ni siquiera puedan llegar a pasar, no sé ni siquiera me había parado a pensar en la posibilidad de ser padre? tengo veinte años y hasta hace unos meses pensaba que quizás en un futuro, si encontraba a la mujer adecuada, tenía una estabilidad y eso... Entonces quizás. Pero si trajeramos un niño al mundo que tipo de padres seríamos...

Traer un niño al mundo, es una responsabilidad, lo estaríamos condenando a una vida de soledad, nosotros algún día lo dejaríamos, eso sería muy egoísta por nuestra parte.

No puedo seguir con esta incertidumbre, esto me está matando.

- Meg, ven tenemos que hablar.

- Que pasa te has puesto muy serio derrepente.

- Es algo serio, Meg no crees que podrías estar embarazada?

Ella cambia su sonrisa por una cara de preocupación, se sienta en la silla y tapa la cara con sus manos.

- No lo se, si que es verdad que el periodo nunca se me ha retrasado tanto, pero no puedo creerme que pueda ser verdad.

Vamos al pueblo, está a unos veinte kilómetros, allí pasaremos a una farmacia y buscaremos una prueba de embarazo.

Cogemos la moto, todavía faltan unas horas para que anochezca, llegamos al pueblo, este me produce una sensación extraña, el silencio la naturaleza invadiendo la calzada, dentro de poco la naturaleza recupera lo que por derecho era suyo.

Gracias al cielo encontramos los test, cojo varios modelos y busco también vitaminas prenatales, recuerdo que mamá las tomaba, si al final resulta que es negativo. Con no usarlas valdrá.

Estamos montando a la moto, empiezo a escuchar voces, esto no puede ser verdad, actuó por instinto bajo rápido de la moto agarro fuerte a Meg y nos tiro al suelo entre unos matorrales.

Los escucho discutir, me asomo un poco y veo como uno de ellos tiene encañonado a un hombre de mediana edad, lo que veo después me deja la sangre helada. Suena un disparo y el hombre cae al suelo. Sus ojos están fijos en nosotros, su mirada vacía se clava en mi alma.

- Uno menos para comer. Dice el hombre que sostiene el arma.

Meg está apunto de colapsar, tapo su boca con mi mano y la acerco a mi pecho.

No se el tiempo que llevamos aquí escondidos, hace tiempo que no escuchamos voces y hace un rato que escuchamos los ruidos de los motores de unos coches.

Está empezando a anochecer, con cuidado me levanto ayudo a Megan a levantarse, cojo la moto y salimos disparados hacia casa.

El camino lo hago en el menor tiempo posible, quiero volver a la seguridad de mi granja, donde yo soy el que controlo las cosas y las situaciones.

Ahora se que no somos los únicos habitantes sobre la Tierra, pero eso no es lo peor de todo. Ellos no son buenos se lo que harían conmigo y puedo imaginar lo que le harían a Megan.

No lo puedo permitir, lo primero en mi vida es ella y si hubiera un bebé también. Ellos serían mi prioridad.

Esto ha supuesto un antes y un después en mi vida, tengo que proteger a Meg, instalar seguridad, no quiero que nadie nos pueda llegar a descubrir jamás.

Llegó acelerado a casa, guardo la moto en el granero, estoy paranoico se que es imposible que nos hayan seguido, la granja está a varios kilómetros de la carretera, hay que coger dos caminos diferentes para poder llegar hasta aquí.

Aún así no puedo evitar preocuparme. Cojo tablones y clavos. Sello todas las ventanas delanteras, tapio la puerta también. De ahora en adelante usaremos solo la trasera, tiene que parecer que la casa no esta habitada.

Entró a casa, me encuentro a Meg en el sofá, está en posición fetal, llora y tiembla. La levanto y la agarro fuertemente.

- Nadie te hará daño, no sabrán ni que existimos, seguro que ellos ya están muy lejos, confía en mí yo te protegeré.

- Y si hay más como ellos? Dice compungida.

- No te preocupes por eso, no permitiré que nadie te pueda hacer daño.

Mañana volveré al pueblo, vi una pequeña armería, espero encontrar armas, nunca me gustaron pero después de lo de esta tarde, necesito estar preparado.

Apenas hemos cenado, Meg tiene pesadillas no deja de gritar y de sollozar, dice que tiene la mirada vacía del pobre hombre grabada en su mente.

Tardaremos en olvidar lo sucedido.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP