Capitulo 5.

Megan

Nunca en toda mi vida puede haber imaginado siquiera que ver la muerte de una persona en directo, justo a escasos metros de mi y que ese hecho pudiera afectarme tanto.

El miedo que sentí, la impotencia.. en vez de darme fuerzas me dejaron paralizada, sumida en un estado de shock.

La mirada vacía de ese hombre, como su vida se fue en pocos segundos.

En algún momento de estos meses llegue a pensar que quizás no fuéramos los últimos habitantes sobre la Tierra, quizás también hubiera algún rezagado, o algunos que de verdad quisieron pasar sus últimos días aquí, pero en mi mente nunca surgió la idea de que esas personas si es que las había pudieran ser malas y crueles.

Lo mataron a sangre fría y eso que lo conocían que harían con una persona que no si quiera han visto antes...

Y si fueran presos? Antes de partir las arcas hacia el universo se creó una polémica, porque llevarse a los seres mas crueles y sanguinarios con ellos? Lo mejor era dejarlos a su suerte. Hubo mucha disparidad de opiniones sobre el tema.

Algunos argumentaban que como seres humanos tenían derechos, otros decían que esos derechos los perdieron en el momento que cruzaron la línea... No recuerdo cómo terminó todo, en esa época tenía mucho trabajo, catalogada todos los libros que deberían ir en el arca. Por lo tanto no se qué llegó a pasar con ellos.

No tengo la cabeza ahora mismo para centrarme en pensamientos tan complejos como pueden ser la ética y la moral.

Solo se que no estamos solos y tenenos que protegernos y proteger lo que hemos conseguido en todo es tiempo.

Me levanto de la cama, por lo que veo Duncan hace rato que se levantó, cojo el reloj de cuerda de mi abuelo, es una reliquia familiar ha pasado de generación en generación y puedo ver cómo apenas son las siete de la mañana.

Me levanto voy al baño pero antes de hacer mis necesidades, recuerdo que aún no hay ningún rastro de que el periodo vaya a venir.

Vuelvo a subir mi ropa y me dirijo a la sala, encima de la mesa están los test, cojo el primero que veo. Lo miro de camino al baño. Una raya negativo, dos rayas positivo.

Lo saco de la caja y leo las instrucciones, es sencillo hacer pis sobre el extremo poner de nuevo la tapa y dejarlo cinco minutos sobre una superficie plana. Es sencillo por lo que veo.

Momentos después dejo el test sobre el lavabo, estoy nerviosa un cosquilleo se instala en mi estómago. Cuánto tiempo ha pasado? Miró de nuevo el reloj, un minuto, pues se acaba de convertir en el minuto más largo de toda la historia.

Me asomo con miedo, apenas ha pasado tiempo debe de seguir todo igual.

Veo como se ha marcado la primera raya, recuerdo que esa raya se debe marcar, es la raya de control, en la otra ventana se ve una tenue sombra, no no puede ser.. estoy imaginando, me siento en el baño a esperar.

- Qué haces Meg? Dice Duncan desde el dintel de la puerta.

Ahora mismo, no tengo palabras así que hago lo único que se me ocurre le señaló el test que hay sobre el lavabo, el se acerca y lo observa.

- Qué significa? Ya lo has mirado.

- No aún no, deben faltar al menos dos minutos.

- Y qué es lo que debe salir? Pregunta confuso.

- Una raya es negativo, dos rayas es positivo.

Coge el test es sus manos, lo mira detenidamente, me levanto y le regaño.

- No se tiene que tocar aún no ha pasado el tiempo que indicaba el prospecto.

- Meg, creo que eso da igual, ya está el resultado dice enseñándome el test.

Positivo! Cómo puede haber pasado, la doctora siempre dijo que si algún día quería tener hijos tendría que ser con la ayuda de un especialista, el test debe de estar mal, no puede ser otra cosa.

- Seguro que lo has tocado antes y por eso salió otra raya. Le digo enfadada.

- Da igual cuanto te enfades, yo no hice nada las rayas ya estaban marcadas. Dice Ducan saliendo del baño.

No, no puede ser.. tiene que haber otra explicación, trato de pensar en algo, simplemente no puedo estar embarazada y menos ahora.

- Toma hazte los test que desees, el resultado será el mismo. Por más que trates de buscar excusas.

Las lágrimas comienzan a brotar, una sensación de miedo me embarga, llevo mis manos a mi vientre inconsciente. Duncan se acerca a mí y me abraza.

- Se que tienes miedo, yo también lo tengo, pero estaré aquí para cuidarlos y protegerlos, lo haremos bien. Dice para después dejar un beso sobre mi cabello. - Y ahora vamos tienes que empezar con las vitaminas y desayunar.

Seco mis lágrimas y avanzó hacia la cocina, ha preparado unos huevos y panceta, también hay leche. Miró la leche con desconfianza y si daña a mi bebé? Ducan parece leer mis pensamientos.

- Tomala me tomé la molestia de hervirla antes, por si acaso..

Hoy es el primer día que no siento nauseas nada más levantarme, supongo que será por la impresión de la nueva noticia. Acabo con todo en poco tiempo, no pensaba que tuviera tanta hambre. Ducan me mira y me decida una sonrisa.

- Hoy si quieres tomate el día libre, yo me encargaré de todo.

- No estoy enferma, todavía puedo ayudar, me levanto y comienzo a recoger la mesa. Termino y me dirijo a recoger los huevos y alimentar a las gallinas y a los patos.

Me acerco a las incubadoras, no puedo evitar dar un grito de alegría. Ducan llega corriendo y asustado a mi lado.

- Qué pasa? Estas bien? He oído que gritabas. Dice preocupado.

- Mira, le señaló la incubadora, dos de los huevos han empezado a romperse. Miró a Ducan y le sonrió con felicidad, el me devuelve la sonrisa y acerca sus labios a los míos dejando un dulce beso.

los días y las semanas pasaron, llegando las primeras nieves.

- Esta nevando de nuevo, creo que estaremos semanas aislados, espero que el techo soporte el peso de la nieve, lo he reforzado espero que con eso sea suficiente.

- Seguro que lo soporta, ayudame a levantarme no quiero que se queme el pan que tengo en el horno.

- Mmm... huele casi también como tú, pero dudo que su sabor se pueda igualar al tuyo. Dice Ducan sacandome el rubor.

- Anda bobo, estoy horrible, hace semanas que no me veo los pies, parezco una ballena.

- Estás preciosa, para mí eres la mujer más sexy del mundo.

- Claro soy la única. Digo con sarcasmo.

- Eso no lo sabes preciosa, ahora mira el pan y después voy a darte un masaje, primero de pies y luego iré subiendo poco a poco por todo tu cuerpo...

Al menos su deseo no ha disminuido, al principio estaba reacio a hacerlo pero le expliqué que se puede hacer, hay que ser un poco menos fogosos, pero no va a dañar al bebé.

Últimamente me cuesta mucho moverme, estoy enorme pero enorme de verdad, no creo que coma tanto pero mi vientre no dice lo mismo, calculo que aún falta algo más de un mes para que nazca.

Ducan se encargó de todo, trajo ropa del pueblo, pañales, cremas, todo lo que pudiéramos necesitar, también hizo una cuna, nunca pensé que fuera tan buen carpintero.

Siento un dolor muy agudo en la parte baja de mi vientre, me siento y parece que el dolor desaparece.  Pero no dura demasiado tiempo el dolor está ahí de nuevo.

- Qué te pasa Meg? Te encuentras bien?

- No, Ducan, creo que el bebé quiere nacer. No quiere esperar más.

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