Christian Anderson.Me cuesta mucho concentrarme y quiero pensar que es porque estoy teniendo problemas para organizarme con la agenda y la forma en que Tracy llevaba el trabajo; que no tiene nada que ver con Andrea y la forma tan pausada en que todo está sucediendo entre nosotros.No sé cuántas veces en lo que va de día me perdí en mi cabeza solo viéndola. No tengo idea si ella lo notó o no, espero que no. Porque, aunque ahora estamos aparentemente bien, eso no dejaría de lado lo que estoy intentando demostrarle.Que puedo ser profesional, que puedo contenerme y que a pesar de todo el tiempo pasado y los errores cometidos, puedo ganarme su confianza una vez más. ¿Con otros fines? Ya quisiera poder tener esa oportunidad, pero al verla me doy cuenta que no será tan sencillo. Y que es probablemente, a estas alturas, algo imposible de conseguir.Pero eso no quita que yo vea sus ojos y no me zambulla en ese verde brillante que con tanto amor me miraban antes y ahora, hay más que recelo al
Andrea Rowe.Decir que me siento como la m****a, no es suficiente. No soy capaz de describir exactamente qué me pasa, de qué tipo son estos pensamientos que tengo y la razón de que mi pecho se sienta apretado.Tengo una constante tensión en el estómago y puedo sentir el pulso en mi garganta. ¿Qué carajos me está pasando? Me obligo a detener mis pies de su repetitivo rebote. Estoy molesta, agobiada, decepcionada y lo más significativo, arrepentida.Pero sigo sin saber el motivo detrás del arrepentimiento. ¿Por discutir con Rangel?, ¿por hacerlo delante de Christian y darle una especie de poder sobre mí si así lo quisiera?, ¿por verme otra vez en esa parte de una historia en la que mi convicción de avanzar se ve interrumpida por un ambiente tenso y tóxico?Rangel es un hombre maduro, hecho y derecho, pero acaba de quedar como el peor adolescente de todos. ¿En serio me puso a elegir?Me jode, me molesta mucho, que cada vez que decido dar un paso adelante algo me haga dudar, pero más me j
Christian Anderson.Cuando las puertas se cierran tal parece que me desplomo, la sensación es exactamente esa en la que piensas que has perdido hasta el habla. Todo el tiempo estuve pensando en la mejor manera para hacerle saber a Andrea que ahora somos vecinos. Todos mis intentos resultaron infructuosos y ya me estaba frustrando, creyendo que de alguna manera me estaban evitando una decepción. Pero después de valorarlo todo el camino de regreso, no pude tomar otra decisión. Debía decirle. Hace años atrás una omisión nos trajo hasta aquí, hasta este momento en que somos desconocidos, aunque llevamos mil cuestiones a cuestas. No puedo regresarnos a ese punto, ahora que tengo la posibilidad de hacer las cosas bien. ¿Qué iba a hacer para evitar que lo supiera?, ¿irme como si me fuera a casa y luego regresar y pasármela escondido? Demasiados dramas innecesarios. Entro a mi apartamento y mi primer impulso es ir a la terraza, pero me contengo. Quizás ella esté en su balcón, pensando en
Andrea Rowe.Las puertas del ascensor se cierran conmigo dentro. Me quedo en el mismo lugar intentando asimilar lo que Christian acaba de decirme.¿Que él vive en el piso superior?, ¿el que marcó a propósito para darme la noticia?La caja metálica se detiene en mi piso un segundo después. Se abren las puertas y si me obligo a salir, es porque de cerrarse otra vez, creo que entraría en pánico. Avanzo por el pasillo hasta mi puerta como si estuviera arrastrando mi pies, como si algo pesado estuviera atado a mis tobillos y no me dejara avanzar.Entro a mi apartamento, nuevo y precioso, pero ahora no veo lo mismo. Ahora solo puedo pensar que en el piso superior está él, que somos vecinos y que bendita, o maldita, la suerte que nos pone en el camino del otro después de tanto tiempo evitándonos.Dejo mis cosas del trabajo sobre el sofá y voy directo al balcón, pero cuando abro las puertas dobles, lo pienso dos veces. ¿Y si está asomado en su terraza? Se que encima de mí hay un balcón, deb
Christian Anderson.Todo dentro de mí se retuerce al verla, al sentir su mirada. Fracasé en mi intención de no asomarme al balcón, de no mirar en su dirección. Pero cómo poder resistirme si desde siempre Andrea ha sido capaz de mover todas mis decisiones. Por supuesto, hoy no es la excepción. No puedo darle a entender que seré un vecino molesto o entonces, no lograré nada. Solo por eso me obligo a no sonreír, a no hacer nada que pueda hacer tambalear lo poco que mantenemos en pie.Pero no fui capaz de contenerme solo por un motivo: la conversación con mi madre me hizo entender muchas cosas y el impulso siempre será moverme hacia ella. La primera y más importante de todas, que necesitaba soltar cada uno de las culpas que cargo sobre mis hombros, todos esos esqueletos de resentimientos que ahora, después de entender motivos, se sentía tonto decirlos.Hablar con mamá me mostró que no todo está perdido. Porque si soy justo, conmigo y sobre todo, con Andrea, yo no puedo aspirar a conqui
Andrea Rowe.Si pudiera desaparecer ahora mismo, no dudaría en hacerlo. Ya el ambiente es demasiado raro por sí solo, y comenzaba a mejorar entre los dos, para que todo empeore después de esta situación.Christian está de espaldas y aunque finge que se mantiene tranquilo, sus hombros están tensos.Lo entiendo. Los míos también.Acepto la llamada porque extender el momento es tortura. Y antes de hablar siquiera, un mínimo saludo, escucho el suspiro de alivio de Rangel.—Andie, por favor, escúchame —pide, desesperado, creyendo quizás que voy a darle solo unos segundos de gracia—. Sé que ayer metí la pata, que fallé en demostrarte lo que te prometí. Solo...solo me molestó que él estuviera ahí, haciendo sombra, cuando sé lo que ustedes tuvieron y la forma en que todavía te afecta. De verdad pensé que sería capaz de ignorar eso, pero algo me dice que no debo ser indiferente al motivo que puede alejarte de mí.Escucho su discurso apresurado y todo lo que dice, me provoca una emoción diferen
Christian Anderson.Salgo del bufete luego de asegurarme que Andrea se fue. No pretendo quedarme más tiempo, porque ya suficiente tuvimos hoy todo el día metidos en la bóveda, pero tampoco quiero que lleguemos juntos al edificio; lo hago para evitar más espacios cerrados.Mi fuerza de voluntad nunca ha sido tan poderosa y no quiero llevarla al límite. Ya de por sí, es demasiado complicado contenerme cuando la tengo cerca, cuando sin quererlo ella reacciona a mí. Lo que existe entre Andrea y yo es algo metafísico. Algo tan complejo de entender, porque es difícil explicar con palabras cómo se siente. No se puede describir, solo debe sentirse. Sus miradas, sus sonidos, su toque...cualquier cosa que incluya a Andrea cerca de mí, será como una onda. Una que me hace activar mis sentidos, entender y combinarse con los suyos, para luego chisporrotear como cables de alta tensión. Yo le prometí no insistir, no buscar...y eso significa que tengo que controlarme. Mientras esté frente a mí, n
Christian Anderson. Entro a mi apartamento con una sonrisa de oreja a oreja. No puedo deshacerla por más que lo intente. Siento que todo dentro de mí se sacude por ella y soy incapaz de detenerlo. Ver a Andrea en las escaleras me sorprendió y me hizo reír a partes iguales. No creo que lo haya hecho a propósito, conociéndola, de seguro venía pensando en musarañas. Lo que sí me afectó saber fue lo de su fobia. Pensé que de cierta forma eso había mejorado.Voy directo a la parte de la lavandería para buscar con qué limpiar el desastre que se armó en las escaleras. Lo limpio todo sin dejar de pensar en lo que puedo hacer ahora.En su cara era evidente que necesitaba al menos un trago de vino para relajarse, pero según escuché antes de que se fuera, no tiene ninguna reserva. No sé si se debo hacerle un regalo, por lo menos para acompañar el libro de bienvenida. Yo tengo una buena reserva, entre regalos de clientes y que me gusta coleccionar mi propia cava, ocupé todo un armario para gua