POV: Christian.
En cuanto mi madre menciona su nombre, me quedo en shock. Nunca creí que Stacey se atreviera a regresar a este lugar después de todo lo que pasó, de todo lo que provocó. No culpo a mi madre de nada, porque ella no está al tanto. En aquel entonces, hace como cuatro años, mi hermano y yo llegamos a un acuerdo, a pesar de que no quería verlo delante de mí. Lo pasado, pasado quedaba y nadie sabría nunca lo sucedido. Pero el olvido no incluía nuestra relación. Esa sí se rompió.
La traición, la mayoría de las veces, viene de donde menos lo esperas. El concepto es bastante claro. Pues, a mí me pasó. Y todavía, a estas alturas, guardo el rencor que sentí por aquellos días oscuros y decepcionantes.
Mis reglas llegaron después. Y contrario a lo que se pueda interpretar, no vinieron por ella; por esa mujer
POV: Andrea.»Mis demonios son muchos, pero no son eternos. No, cuando encontré una razón más que suficiente para seguir adelante. No voy a obligarte, Andrea, es hora de que seas tú la que decida. Estaré esperándote mañana, con mis explicaciones. Las que sé que necesitas comprender. Lo que hagas, lo que decidas, lo respetaré.Releo el mensaje, creo, por décima vez. Un sentimiento extraño se expande en mi pecho; y no soy capaz de definir cuál es. ¿Alivio? ¿Curiosidad? ¿Rabia?Siempre, de alguna manera, él termina condicionando mis decisiones. Ahora lo deja en mis manos, pero pone la carnada. Es obvio que quiero escuchar sus explicaciones, las últimas semanas esos supuestos motivos me han dejado a mí en el medio de todo su desorden emocional. Pero, ¿es lo correcto? ¿Aceptar su invitación
POV: Christian.Miro mi teléfono una vez más, esperando un milagro.Ya han pasado horas desde que Andrea recibió el mensaje, pero no me responde. Quiero pensar que estoy bien con eso, porque precisamente le aseguré comprensión de mi parte, pero no lo estoy.Quiero ir con ella, explicarle todo de una vez. Poner en palabras lo que me ha afectado tanto tiempo y de lo que nunca me he atrevido a hablar. Hablar de las razones por las que me convertí en un hijo de puta egoísta, que solo vela por sí mismo y mete en el mismo saco a todos, por el resentimiento que lleva incrustado en el pecho.Pero no puedo. Si pretendo dejar a un lado mi actitud egoísta, la primera prueba será aguantar hasta que sea ella la que me pida motivos. Ya yo dejé la pelota en su tejado, ahora basta esperar a que Andrea se decida.Y por eso mismo es que no he logrado tranquilizarme en todo este tiempo. Me a
POV: Andrea.No dije nada gracioso, pero él se ríe. Y como es de esperarse, usa esa sonrisa que tanto me desordena.No solo le basta ser sexy, estar bueno y mantener su estilo de bad boy; necesita gritarlo al mundo con toda la indiferencia que es capaz de aparentar. O tal vez no, lo más seguro es que él sepa lo que provoca y lo use a su favor.Justo como está haciendo ahora conmigo.Que, contrario a la reacción que tendría una persona normal, yo, de pendeja que soy, no puedo negar que la comisura de mi boca intenta seguirle el rumbo, pero me aguanto por los pelos. El muy imbécil sabe el efecto que tiene sobre mí, cuando usa ese gesto entre provocador e inocente, la endemoniada muestra de su supuesta ingenuidad.Y la verdad es que, después de todo, hubiera querido ser yo la que le diera el componte, precisamente por actitudes como esta que ahora presenta. Tan seguro de sí m
POV: Andrea.¿Se puede amar u odiar a una persona al mismo tiempo? ¿Se puede olvidar realmente el daño que alguien te hace, así haya sido sin “intenciones”?Mientras Christian me observa, a la espera de una reacción después de sus palabras, yo no sé qué pensar. Me debato entre la emoción que siento por el significado de esa sencilla frase y los recuerdos de estos días sintiéndome como si estuviera todo el tiempo sobre una montaña rusa de emociones.Quiero creerle. Quiero pensar que soy la típica protagonista de novelas que logra cambiar al bad boy que va por la vida sin importarle nadie. Quiero confiar en él.Entonces, ¿por qué no lo hago?No puedo disimular el hecho de que me cuesta hacerlo, porque aun sabiendo que me enamoré de él, no estoy dispuesta a aceptarlo con tanta facilidad.—No te
POV: Christian. La corriente que me recorre me hace sonreír. Y mientras la llevo tomada de la mano, puedo sentir como mis nervios se expanden por mi cuerpo. Llevarla a mi lugar secreto era algo que no había considerado hasta ahora, pero una vez decidido, creo que será lo mejor. El yo más joven, que desahogaba sus frustraciones en ese lugar, no es el chico que hoy regresa acompañado de la única mujer que lo ha hecho reflexionar. —¿A dónde vamos? —La voz de Andrea se escucha entusiasmada y cuando me giro para verla, el brillo de sus ojos me recibe. —A un lugar que hace años no visito. —Lo dejo ahí por el momento, porque no pretendo pensar mucho en la última vez que estuve aquí. —¿Me vas a secuestrar? Que conste que le mandé un mensaje a mi hermano… Su extraña forma de destensar el ambiente alivia los fantasmas que van regresando. Y de mencionar a su maldito hermano, vuelvo a sentir el dolor sordo del puñetazo de antes. Supongo que me hay
POV: Andrea. «¡Ay, por Dios!». De solo mirar la escalera mi cuerpo tiembla por completo, pero cierro mis manos en puños y trato de mantenerme tranquila. Para Chris es importante este lugar, puedo notarlo. Y si me trajo hasta aquí con la intención de compartirlo conmigo, yo no seré la que ponga pegas. ¿Le tengo miedo a las alturas? No, eso es poco. Pánico sería una palabra más exacta. Pero me aguantaré los nervios y soportaré las cosquillas en mis pies. Puedo suponer que valdrá la pena cada segundo. Llego a las escaleras y rodeo el metal oxidado con una de mis manos. Tomo una respiración profunda, antes de dibujar una sonrisa y girar la cabeza hacia atrás, para buscar a Chris. Lo veo todavía en el mismo lugar, observándome como si no comprendiera del todo lo que sucede. Y verlo así, hace que mi corazón palpite más fuerte, porque lo que transmiten sus ojos en estos momentos es más de lo que todavía estoy dispuesta a aceptar. —¿Va
POV: Christian.Estaba claro desde un principio que mi promesa era algo de lo que me estaba arrepintiendo. Pero, aunque no hubiera sido así, igual la estaría besando. Porque lo que ella acaba de demostrarme, no tiene comparación. Y no existe otra forma en la que deba hacer esto.La beso para que se tranquilice, para que sepa que estoy con ella y que conmigo, nada le sucederá. La beso porque ansío su sabor y necesito decirle que ahora mismo, soy el hombre más feliz de todos. Por ella. Solo por ella.Mis rodillas arden por aguantar todo mi peso, pero no quiero parar. Quiero besarla hasta quedarme sin aliento y aún después de eso, continuar cerca de sus labios; para morderlos como quiero, para volver a tomarlos en cuanto me recupere.Su cuerpo, antes tenso por todo lo que estaba sintiendo, poco a poco cede; se relaja. Y un pinchazo de orgullo me cala el pecho cuando sé que es gracias a mí,
POV: Andrea.Verlo tan sentimental, me afecta. Como mismo lo hace el hecho de que se refiera a nuestra extraña relación de forma tan…especial.Desde aquella primera noche en que Connor hizo acto de presencia en nuestras vidas, imaginé que algo de peso los había llevado a distanciarse, al punto de odiarse. Pero jamás pensé que la traición de su hermano fuera esa; mucho menos teniendo en cuenta que Chris lo adoraba.Y por esa misma razón todo duele mucho más. Porque se supone que el golpe bajo no debe venir de tan cerca. Y aunque él no fue muy concreto con lo que sucedió en realidad, puedo entender que algo pasó entre Stacey y Connor. Algo que él descubrió y lo rompió.Ahora, mientras lo miro a los ojos y pienso en sus últimas palabras, siento un cosquilleo en mi estómago. Puedo imaginar lo que significa para él abrirse de esta forma, luego de cubrir sus sentimientos por tantos años; de negarse a sentir algo más que no fuera atracción sexual.—¿Entiendes ahora, Andrea? —susurra, con dif