–Te he contado en lo que temía convertirme y por qué, pero ni siquiera sé qué ocurriría... No sé si podría cambiar mi manera de hacer las cosas. Y dudo que fuese a gustarte si lo hiciera. Es demsiado arriesgado... –Yo tampoco sé si me gustaría, pero tienes que darme la oportunidad de conocerte, y de paso date la oportunidad de ser tú mismo, sin importar nada ni ocultar nada, ya me haz contado tu vida, esposo y aun estoy aquí... Así que te pido que te des la oportunidad de conocernos tal y como somos, sin falsas pretensiones, mascaras o restricciones. Solo siendo Nikos y Leandra dos personas tratando de construir un futuro juntos Nikos levantó la mano y deslizó los dedos por su pelo. Leandra apoyo su rostro en la mano calida de su esposo mientras sus manos las apoyaba en el pecho de Nikos. Se quedaron mirándose el uno al otro y sonrieron. Nikos nunca pensó que en su vida podría tener algo así, ese tipo de relación era un sueño una utopía para el pero aquí estaba al alcance de su ma
–Muéstramelo, Leandra –le dijo–. Muéstrame lo que deseas. Muéstrame lo que eres ... –Tú primero –dijo ella con la barbilla levantada, y con un tono de desafio–. Siento que he estado dando mucho últimamente, he permitido que me ataras y me tuvieras a tu merced, eso dice mucho ¿ no es así?. Mientras que tú no des mucho durante nuestros encuentros, así que ahora es tu turno. Me toca a mí tenerte a mi merced . Así que desnúdate, esposo mio. Nikos comenzó a desabrocharse la camisa muy lentamente sin apartar los ojos de su mujer, tratando de leer sus expresiones, después los pantalones, y finalmente se quedó desnudo ante ella. Temblando, no de miedo sino de excitación. Estaba a su merced y no se arrepentía de ello, ver cómo el deseo despertaba en los ojos de su mujer , valia la pena resivir sus ordenes. Leandra se aproximó lentamente, con fuego en los ojos, Nikos era hermoso, estiró el brazo, puso la mano sobre su torso desnudo y clavó las uñas en su piel, de manera muy suave para ir
Leandra le dedicó una sonrisa sensual, era toda una seductora, nunca se habia sentido con tanto poder. Y sentía por ella lo que un hombre debería sentir por una mujer. Pero, debajo de eso, había un calor que no podía explicar. Un calor que siempre había estado ahí, que había ido creciendo desde que la había conocido. Ese calor, sumado al deseo, creaba un fuego tan ardiente que pensaba que los consumiría a ambos. Y entonces recordó los caramelos.–Túmbate sobre la cama –le dijo.–Creí que era yo la que daba las órdenes.–No. Acabamos de librarnos de las normas.–¿Qué estás planeando?–Tendrás que averiguarlo. Pero no lo conseguirás si no obedeces.–¿Mis consecuencias?–Podrías llamarlo así, aunque tamben podemos decir que es ...Leandra se subió a la cama mientras él se daba la vuelta para sacar la bolsa de caramelos del bolsillo de su chaqueta. Cuando se volvió, ella estaba tumbada boca arriba, incorporada sobre los codos. Se había quitado los zapatos, el vestido y la ropa interior. T
Leandra estaba asombrada. Devastada, en realidad. Su mundo había quedado del revés tras el encuentro con su esposo. No existía una oscuridad fría en su interior. Estaba lleno de fuego negro y ardiente. Peligroso, destructivo y asombroso.Nunca se cansaría de él, de lo que sentía cuando desencadenaba su pasión sobre ella. Le gustaba que fuese enérgico, poco civilizado cuando le hacía el amor. Lo que no le gustaba era que se fuese de la habitación mientras su mundo yacía hecho pedazos a sus pies. Se levantó, se puso su camisa y se la abotonó mientras se dirigía hacia el salón.–Oye –le dijo–. ¿A qué diablos ha venido eso? A no ser que hayas ido a porun vaso de agua, en cuyo caso yo también quiero uno.Nikos estaba dando vueltas de un lado a otro como un tigre enjaulado, yseguía completamente desnudo.–¿Qué sucede? Dime lo que estás pensando. Porque estábamoshaciendo el amor y conociéndonos mejor, y de pronto te has ido.–¿Estás bien? –le preguntó él.–Sí. Un poco temblorosa, pero sup
–Sí, bueno, supongo que es importante. Me alegra haber sido la primera después de tanto tiempo. Me alegra que tú hayas sido el primero para mí, no se si para ti eso te importate pero te puedo asegurar que para mi si... me alegra conocerte, aunque tratar contigo en ocaciones sea dificil porque, ahora que te conozco, ahora que sé lo que fuiste y lo que eres... ahora te quiero por quien eres en realidad no por la imagen que le proyectas a otros ese es un espejismo, pero ante mi esta el verdadero tu. –Has dicho que... –Que antes no te quería, si Nikos haz escuchado bien, quería la idea que tenía de ti, pero no a ti. No amaba tu caos. Ese caos que te hace tan único. –No deberías amar mi caos. Soy... –Un monstruo, sí, ya me lo has dicho. Pero no te creo cuando me demuestras que el monstruo que dices ser no ha hecho nada para herirme físicamente. Un monstruo que ha pasado todos estos años respetando a mi familia. Un monstruo que desmanteló uno de los negocios más criminales que opera
Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla. Se sentó en el sofá y se cubrió la boca con la mano. Una segunda lágrima siguió a la primera. Y después otra. Por mucho que quisiera no podía contener el llanto. –¿Leandra? Soltó un sollozo y se llevó la otra mano también a la boca, como si así fuese a impedir derrumbarse por completo. –Lea... –repitió él. Ella negó. –Me niego a que me manipules –añadió –. Si crees que las lágrimas van a hacerme cambiar de opinión... –¡Tengo más orgullo que todo eso! - se limpió las lágrimas que corría por su rostro tratando de borrar todo rastro de ellas. –Es evidente que no. –¿Te estoy haciendo sentir incómodo? Si fueras un hombre de verdad, sabrías que esto es normal. Esto es lo que la gente hace cuando le rompen el corazón. Esto es lo que la gente siente cuando no corresponden su amor. Siento que te moleste, porque para mí esto no es divertido. ¿ Crees que me gusta sentirme de esta forma? Te puedo asegurar que no es así ... –Tal vez po
El dolor de cabeza estaba matando a Nikos, no sabia cuanto tiempo llevaba en el hotel. Miro la habitación, el desorden que había y calculo que llevaba dos o tres dias allí, sabia que no podia estar asi por mas tiempo, todo lo que habia hecho era tomar y la bebida no le habia dado ninguna solución ni escape de lo que estaba pasando. El único culpable de todo lo que pudiera estar pasando fuera de esas puertas era el. Como cobarde que era por no enfrentar sus sentimientos. Sabía como se había estado comportando la prensa, los titulares que había pasado desde que supieron que se habia casado con Leandra y no Reanna. Dios lo que estaria escribiendo la prensa, temia que mirar su telefono, decidio primero tomar una ducha, gracias a Dios había tenido la brillante idea de tomar la pequeña bolsa que tenía lo básico para pasar unos días fuera. Siempre había sido precavido por si tenía que salir de urgencias y tenía esa bolsa lista, sabía que tendría que pedir a sus asistente le trajera uno de s
– Hola Nikos , ha pasado un tiempo. Nikos nos sabia como actuar, ni en sus mas locos sueños penso en que se volverian a encontra y mucho menos que ella le tratara con tanta amabilidad. Carla le hizo un gesto para que se sentara mientras ella ocupaba una de las sillas. - Me sorprendio mucho cuando recibí la llamada del señor Koars, solo nos reunimos de manera muy breve una vez y fue ya hace tantos años. Luego tu esposa Leandra estuvo aqui y converso con mi esposo y conmigo, asi que por sugerencia de el hoy nos estamos reuniendo. Creo que es hora de que conversemos, en aquella epoca hablamos muy poco y luego te fuistes, no tuve tiempo para agradecerte por lo que hicistes esa noche. – Carla, ¿ Como puedes estar hablando tan traquila conmigo? Agradecerme, Si casi estuve a punto de...Mejor me voy... – Nikos no te atrevas a salir por la puerta, te seguire ya es hora de que dejes de huir. Me costo mucho trabajo superar todo lo que ocurrio en esa epoca, pero no deje que mi pasado se i