A pesar de que no hablaba, Sara entendía a Carmen y la ayudaba, con solo mirarla ya la calmaba. Sara se convirtió en su compañera y en su confidente. Pasaban todas las mañanas y noches juntas. Dormían incluso las dos la mayoría de las veces. Sara le escribía poemas, la dibujaba y la ayudaba a dormir, era tan noble, tan buena… Carmen no habría podido superarlo sin Sara.
Una tarde de invierno, Carmen se encontraba en la casa familiar con Eloísa y con Tony, su padre.
Hacía dos días que la pequeña había cumplido los seis años.
Carmen, en aquella época, se unió mucho a su padre, comenzó a pensar que podía ser posible que hubiera cambiado y quisiera hacer el bien y estar con su familia, sobre todo con su nieta, la viva imagen de Meri, su mujer.
Cuando salía de dar las clases de yoga siempre se acercaba a ver a Tony y pasaban horas charlando y riendo.
Se propuso perdonarlo por todas las cosas malas que hizo cuando eran pequeñas, parecía
SARA y CARMENPoco pudieron hacer Elvira y Narciso. Carmen, después de sanar los cortes, fue traslada al psiquiátrico San Agustín.El doctor Sarra aseguró a su hermana y a su prometido que Carmen estaría atendida las veinticuatro horas del día, que podrían visitarla siempre que quisieran y que si en algún momento ella quisiera marcharse tendría toda su aprobación.Roberto conocía a Carmen de toda la vida desde que era pequeñita y le entraban pequeñas depresiones. No quería salir de casa, se encerraba en sí misma, lloraba... Roberto pudo ayudarla en ese tema y cuando se hizo adolescente ya estaba mucho más animada, gracias a la medicación.—Quedaros tranquilos, Carmen es prácticamente de la familia y me ocuparé de ella personalmente.—Roberto, estoy tan preocupada y triste. Ella es todo para mí, es mi hija y de hace unos años acá, ya ha tenido varios episodios de ansiedad, estrés, perder la memoria..., y no quiero que vaya a peor, no quiero perderla, e
LA PRIMERA VEZ«Siempre fui un niño reservado, no sabía relacionarme con otras personas y menos si eran niñas.Mis padres nunca me dieron cariño, crecí rodeado de gritos, palizas diarias, salidas nocturnas de la cama para observar cómo mi padre se orinaba encima de mi madre.Recuerdo sus palizas una a una, con ese cinturón viejo de cuero. Empezó a pegarme cuando yo solo tenía cinco años porque llegué de la guardería y me había orinado encima.Me dio tal paliza que desde ese día jamás volví a hacérmelo encima, por miedo.Él las justificaba para que en un futuro me convirtiera en un hombre de provecho, que no me dejara pisotear por nadie.Pero en lo que me convirtió fue en un monstruo, en un depredador latente dentro de mí.Ese hombre era el diablo, aún pienso en él y se me eriza la piel. La única persona a la que he tenido miedo en toda mi vida.¿El psicópata nace o se hace? En mi caso puedo asegurar que fui creado a base de años y añ
OSCURO SECRETOCuando a Carmen de pequeña le diagnosticaron trastorno de identidad disociativo, antes conocido como desorden de personalidad múltiple, un trastorno disociativo que se caracteriza por la existencia de dos o más identidades en una sola persona, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas personalidades toman el control del comportamiento del individuo de forma rutinaria y están asociados también con un grado de pérdida de memoria. A esta pérdida de memoria se la conoce con frecuencia como «tiempo perdido o lapsus temporal». Se le asocia con el trastorno límite de personalidad, trastorno por estrés postraumático, la depresión, autolesiones o ansiedad.Meri optó por no contar nada a sus hijas, ya tenían bastante con salir adelante sin ningún tipo de ayuda.Carmen sufría un duelo consigo misma. De pequeña no le daba importancia, cuando sentía ganas de atacar o hacer daño, se refugiaba en sus mundos imaginar
PABLO Y LUCÍAEsa misma mañana, mientras las hermanas estaban dispuestas a todo por proteger a su pequeña, Pablo y Lucía se encontraban en una de las playas más conocidas de Ceuta: «La Ribera».Habían hallado en el mar el cuerpo de un hombre. Bueno, una parte de él.El cuerpo estaba mutilado. En la orilla flotaba un torso sin cabeza, sin una pierna y sin las manos.Iba a ser bastante complicado identificar el cuerpo, era de un hombre, por la piel y estructura, de un hombre de mediana edad.La mujer que encontró el cuerpo estaba aún estupefacta sentada en uno de los bancos de la playa.Solía salir todas las mañanas cuando aún no había salido el sol, a pasear a sus dos perros por la playa, cuando uno de ellos corrió de repente al mar y comenzó a tirar del cuerpo a la orilla.No se percató de lo que era hasta que lo tuvo bastante cerca, en ese momento casi se desmayó, pero sacó fuerzas y llamó a la policía. Y ahí se encontraban todos en la pl
ROBERTODe todas las internas, sin duda su favorita era Sara, siempre en silencio, tan vulnerable, tan fácil de manejar..., la única a la que no tenía que drogar para poder disfrutar de su cuerpo.Con el resto de las pacientes era más complicado, tenía que aumentarles la dosis y entrar cuando estaban prácticamente inconscientes.Pero Sara era especial, se dejaba querer y a Roberto le encantaba la sensación de participación.En algunas ocasiones se había intentado defender, pero bastaba con una bofetada y se mantenía quieta, dócil y servicial.Una auténtica trastornada, sin duda, esas eran las que más les gustaban.A sus favoritas o a las que sin querer despertaba en el momento de pasión e intentaban defenderse o contarlo a los familiares, las encerraba en el pabellón de arriba, el de alta seguridad. Así jamás nadie podría creerlas.Casi estuvo a punto una noche de encerrar a Carmen en el pabellón de alta seguridad.Entró a su habitac
EL MENSAJEPablo colocó cada miembro en su sitio junto al cadáver, en la cabeza estaba escrita la letra A y en el muslo VOLVERÁS.Fue sencillo descifrar el mensaje.«NUNCA JAMÁS VOLVERÁS A TOCARLAS».—Sin duda, nuestro asesino es un justiciero y de lo más original — bromeó Pablo.—Ya te he dicho que no me gustan esas bromitas, Pablo. Por fin tenemos una conexión. San Agustín. Coge las llaves, vamos de excursión.Estaban en la entrada principal del centro San Agustín, sentadas en unos de esos sillones de cuero negro, bastante cómodos esperando a que las avisaran para ver a Roberto.Una llamada telefónica lo cambió todo. Su secretaria se puso la mano en la boca y giraba la cabeza de derecha a izquierda mientras escuchaba atentamente al interlocutor.Elvira se puso en pie, fue hacia el mostrador.Carmen seguía un poco aturdida y distraída; no se percató de la situación.Y Débora ya sabía lo que había pasado antes de que se l
LA CONVERSACIÓNDespués de pasar toda la tarde juntas dando paseos con el coche, Carmen recogió a Elo de inglés y se marcharon a casa.Allí la esperaba Narciso en el sofá.—Elo, ve a tu cuarto y cuando acabes los deberes podrás jugar y ver los dibujos. —Narciso indicó a la pequeña que fuera a su habitación.—Narciso, yo…—No digas nada, Carmen, soy yo el que tiene que dar explicaciones y comportarme como tu futuro marido y como el hombre del que te enamoraste. No puedo creer que haya sido tan egoísta e inmaduro. El problema lo he tenido siempre en mis narices, no he hecho caso a tus llamadas de atención, a tus llantos, a tus inseguridades, a tus cambios de humor y formas de actuar. Siempre pensando en mí primero, intentando competir contigo a ver cuál de los dos es el mejor. Cuando lo que tenía que haber hecho es escucharte y apoyarte, eres la mujer de mi vida, la madre de mi hija, mi compañera, nos conocemos desde hace veinte años y no he sabido esta
PABLO Y LUCÍA—Ni una sola huella, nada. —Lucía se quitó los guantes, terminó de examinar el cadáver.—Volvamos al centro e interroguemos de nuevo a las pacientes.—¿Por qué solo a las mujeres?—Está claro, Lucía: «Jamás volverás a tocarlas», creo que la muerte de Roberto nos deja más pistas de lo que pensamos. Tú tenías razón con tu intuición de ir al psiquiátrico, nuestro asesino proviene de allí, el centro es el foco. El asesino lleva un año matando, tenemos que saber qué mujeres estuvieron ingresadas allí hace uno o dos años.—¿Me estás diciendo que puede que sea una mujer la asesina?—Te estoy diciendo que, o es una mujer sola, cosa que dudo, o nuestra asesina recibe ayuda. Vamos a registrar también la casa de Roberto. Hemos estado tan ocupados buscando a una tal Carmen que no hemos hecho correctamente la investigación, ahora tenemos una pista, Lucía, vamos por buen camino.Después de unas cinco horas de interminables interrogatorios