Carmen abrió los ojos, no podía moverse. Las piernas y los brazos estaban anclados a la cama, no le respondían.
Giró la cabeza y encontró a Narciso y a Elo tumbados a su lado.
Estaban de espaldas a ella.
Giró la cabeza hacia el otro lado y estaba el mar, la cama flotaba hacia la deriva.
Comenzó a asustarse, volvió a mirar hacia su prometido y esta vez estaban los dos de frente a ella. Ambos muertos, cubiertos de sangre, llenos de puñaladas.
Quiso gritar, pero no podía, sintió un dolor enorme en el pecho y al mirar, la sangre salía de ella abundantemente.
El mar se volvió rojo, se hundían, el agua los arrastraba al fondo…
—¡ !
Carmen se despertó de un salto gritando y moviendo su cuerpo agitadamente. Narciso la agarraba, pero no podía contenerla.
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ÁNGEL—Sí, lo he encontrado, está muerto. Murió hace siete meses en un ajuste de cuentas. Por lo visto, a raíz del suicidio de su hermana y con todo lo que habían pasado de pequeños, Ángel no llevaba una vida tranquila. Tras la muerte de Sara regresó a Lastres y siguió con su vida. Traficaba con drogas y se metía en asuntos muy turbios. El pasado febrero lo encontraron con un tiro en la cabeza en su apartamento. Vivía con su novia en un apartamento en las afueras y cuando ella llegó del trabajo, el cuerpo de Ángel estaba tirado en el suelo boca abajo, sumergido en un charco de sangre. La novia ha podido corroborar que, durante estos dos años, Ángel no viajó a Ceuta ni una sola vez.—¡Maldita sea, Pablo! Creía que ya lo teníamos.—Bueno, mañana seguiremos, ahora es el momento de olvidarlo todo.Llevo toda la tarde pensando en ti, Lucía. Este caso me tiene trastornado. Un asesino, un violador, secretos, mentiras... Estoy cansado mentalmente, agotado, y como t
ESCENA DEL CRIMENPablo y Lucía llegaron al edificio abandonado sobre las tres de la tarde.Mía seguía ahí tirada cubierta de sangre, el colchón estaba también lleno de sangre. Registraron la zona. Un lugar bastante nauseabundo, lleno de vómitos, cristales rotos, velas, orinas y heces.En las paredes, todas medio destruidas, estaba escrito en sangre «CARMEN, AHÍ TIENES MI REGALO».Registraron toda la planta minuciosamente y encontraron algo metálico que sobresalía de la trampilla del ascensor, estaba envuelto en una bolsa. Al abrirla encontraron un cuchillo.Comenzaron a meter las pruebas en las bolsas..., cuchillo, cervezas, los cristales..., hicieron fotos y se llevaron a Mía.A las dos horas ya tenían todo lo necesario para detener por asesinato a Bruno Amaya, alias el Kini, sobre todo por sus huellas en el arma homicida.Y justo a la siguiente hora, la noticia ya se extendió por todos los medios de comunicación a nivel nacional e inter
LO HAN ATRAPADOLas tres hermanas estaban metidas en la cama de Carmen viendo las noticias y las tres lloraban, no de pena, sino de inmensa felicidad. Por fin habían atrapado al hijo de puta que se aprovechó durante más de un año de la fragilidad de Carmen.—Puto estúpido, delatarse él solito —comentó Deb—. De todos modos, lo hubiésemos cazado nosotros en una de nuestras trampas en las que Carmen saldría a la calle a reunirse con él y ¡zasca! Lo cazaríamos. — Sonrió.—El caso es que sé quién es este tipo, chicas —comentó Carmen—. Este tío vino de visita unas cuantas veces al centro a ver a una de las chicas.—Pues seguro que ahí te conoció, cariño, y en algún momento supo tu lado oscuro y se obsesionó. —Elvira acariciaba el pelo de su hermanita.—Pero lo extraño de todo esto es que en mis seis meses en el centro no tuve ningún brote. Todas las noches me quedaba dormida y no salía de la habitación. ¿Cómo pudo ver él ese lado mío?—A lo mejor lo t
ESTÚPIDOPablo vivía ya prácticamente en el apartamento de Lucía.Estaban dormidos en su cama cuando sonó el teléfono de Pablo.—¿Quién?..., sí..., ese sí..., ¡no jodas!..., ¿dónde?..., vamos para allá ahora mismo. Hadita lo ha encontrado, el muy estúpido no se ha movido de aquí y ha estado escondido en casa de un colega suyo y, para colmo, no es que se lo esté tomando muy en serio, pues sale cada dos por tres a comprar, a tomar el aire... hay que ser gilipollas. Ya es nuestro.—¡Genial! Vamos a por ese gilipollas.Llegaron sobre las seis y media de la tarde a la casa, todo estaba tranquilo. Era una casita de planta baja a pie de calle, las luces estaban encendidas. Esperaron una hora dentro del coche por si alguno de ellos salía de la casa.Sobre las siete y cuarto, un hombre alto, bastante gordo, se dirigió a la casa; tenía llaves, así que entró directamente. Al abrir la puerta, Lucía y Pablo pudieron ver unas tres figuras más sentadas en el s
BODAEsperaron para celebrar la boda en verano, cuando Débora estuviera de vacaciones y así estar toda la familia junta.Primero se dieron el «sí quiero» en el ayuntamiento. Solo la familia y amigos de Narciso y Elvira, Enrique, Junior, Débora y su nueva novia, Escarlet, de Noruega.Todo muy informal, como Carmen quería.Después, todos se fueron a comer a un bonito restaurante a pie de playa.La velada fue maravillosa, un día inolvidable.Elo estaba radiante, con vestido verde de flores que le había regalado Elvira.Las tres hermanas iban vestidas de blanco. Unos bellos vestidos ibicencos elegidos por Carmen.Comieron, rieron y bailaron hasta la caída de la noche.—Ojalá mamá estuviera aquí, no es lo mismo sin ella. —Elvira caminaba cogida de una mano de Carmen y la otra de Débora.—Hay tantas cosas que se ha perdido, estoy segura de que con ella también habría sido diferente todo lo malo ocurrido el año pasado. — Carmen
VOY A MATARLAS«Me han arruinado la vida, lo he perdido todo, mi hija no me habla y se ha avergüenza de mí.Mi exmujer siente repugnancia, hace años que no me habla. Ni siquiera tuve las pelotas suficientes de matarme y acabar con esta pesadilla.Estoy harto, cansado de ir dando tumbos de una ciudad a otra sin encontrar trabajo por culpa de esas zorras.Se acabó. Ahora me toca a mí vengarme de ellas, voy a destruirlas, acabaré con ellas».Manuel estaba sentado en su coche, estacionado en el aparcamiento donde trabajaba Elvira.Esa tarde no pudo atacarla, a pesar de tenerlo todo preparado en su coche. Elvira iba acompañada de Julia, su secretaria, y ambas se marcharon en su coche.Tenía todo el tiempo del mundo para esperar y mañana no se le escaparía.Al día siguiente, Débora estaba en la playa con Escarlet cuando recibió un mensaje muy extraño:«Volverás a ser mía muy pronto, tus hermanas ya no podrán protegerte».Manuel
ME CASODébora salió de la ducha con su albornoz y se fue a la cocina a desayunar. Escarlet aprovechó y se volvió a la cama.Toni se sentó con ella en la mesa.—Bueno, como veo que tus hermanas no quieren saber nada de mí… —Ni tú de ellas —interrumpió Débora.—Bueno, no vengo a discutir, solo a decirte, y para que tú se lo digas a ellas, que me voy a casar con Hanna.El vaso de café de Débora cayó al suelo.—Y una mierda te vas a casar tú con esa.—Os guste o no, esta mujer me ha devuelto la ilusión y somos muy felices y queremos demostrar ese amor casándonos.—¿Mujer? Querrás decir niñata saca cuartos, porque todos sabemos que está contigo solo por el dinero. Ese dinero que siempre tenías para ti y tus cosas y que ahora al cobrar desaparece como por arte de magia.»Verás, papá, a mí me importa una mierda lo que hagas con el dinero, pero no vas a meter a esa zorra en la casa de nuestra madre.»¿No te vas a cansar jamás de
ÁNGELCuando recibí la llamada de Sara pidiéndome que fuera a casa inmediatamente o el cabrón de mi padre la mataría, no dudé ni un segundo.Al entrar, la imagen me daba bastante asco, la pobre de mi hermana tirada en el suelo debido a una puñalada de mi padre, llegué justo a tiempo de detenerlo dándole un golpe con mi escopeta. Mi madre ahí parada en las escaleras, borracha perdida, sin hacer nada solo ponerse las manos en la cabeza, me produjo serias arcadas, así que sin titubear le metí un tiro y cayó por las escaleras, luego volví hacia el cuerpo gordo y viejo de mi padre y lo senté en su butaca favorita, lo amarré, esperé que despertara y le metí un tiro en la sien.Le dije a Sara que llamara a la policía y que contara que él la atacó, mató a mamá y luego se suicidó. Yo llegaría con la policía y nunca sabrían nada. Por desgracia, esas fueron las últimas palabras que pronunciaría mi adorada hermana, pero por fin acabarían los abusos sexuales para ella también