Emily.
Dos meses, creo que es poco tiempo, ¿no? Sin embargo, cuando recordé la euforia en las palabras de Aroa hace unas horas atrás, al describir a la novia de su hermano mayor, consigo preocuparme realmente.
Mi preocupación, analizando bien, parte de varios puntos; pero la más significativa es que no solo son los meses escasos, —para mí— en el cual llevan saliendo la tal Dafne y Alex. Es más bien de qué, en ningún momento de nuestras pocas conversaciones, —debo confesarlo—, él, no me ha dicho nada en lo absoluto.
Y no es que él tenga que rendirme pleitesía de su vida, porque yo soy la mínima persona que puede exigirle. Es más bien nuestra confianza tan absoluta, que está noticia me ha caído como una patada en el hígado.
<Emily.Justo cuando veo que Alex comienza a mover sus pies para abrir la oficina, trato de continuar mi camino, pero para mi mala suerte él fue tan rápido que, en cuestión de segundos, ya está frente a mí.—Emily… —pronuncia confundido. Y… ok, ha dicho mi nombre completo.—Lo siento, vengo a ver a mi hermana —me excuso, a la vez que mi voz tiembla.—Hola… —la voz de la desconocida quita mi mirada de Alexander para dirigirla hacia ella. Entonces ella coloca sus manos en la boca sorprendida, y aparentementemuy emocionada—. ¡No me digas que ella es Emi!¿Qué? ¿Emi? ¿Y a esta que le picó?—Cariño… —le dice Luciano tomándole por la cintura.«¡P
Capítulo 7Emily.Rápidamente llego a la oficina de Alex. Y aunque el cuerpo no deja de temblarme, ignoro las sensaciones y las señales que envía mi cuerpo en signo de alerta.—¿Puedo entrar? —pregunto asomándome a la puerta entreabierta de la oficina de Alex. Mi amigo se levanta sin dejar la seriedad indescifrable en su
Emily.Paso las imágenes que tengo por editar con monotonía, sin verlas siquiera, solo con la mirada fija en el PC, pero con la mente en otra parte —en el recuerdo de la oficina de Alex—. Un estremecimiento eriza toda la piel de mi cuerpo y algunos relámpagos iluminan la oficina. Es un hecho que ha oscurecido repentinamente y que deben ser más de las seis de la tarde, a pesar de ello, no quiero irme a casa. Emily.¿Cómo podía describir mi estado ahora?, ¿Nervios quizás? ¿Emoción?—¡Mi hermano! —Andrés se levanta al ver a Alex en el comedor acompañado de mi madre, y le dio un abrazo apabullante a mi amigo, a quien se le ha formado una sonrisa al corresponderle el gesto.—¡Es una bendición tenerte aquí! —ahora es mi padre quien se levanta para saludar.A mí, de cualquier forma, también me tocará saludar en algún momento, ¡Pero no sé cómo hacerlo!Para comenzar ya estoy hecha una mierda de nervios, y no quiero que nadie se dé cuenta de mi reacción, en especial mi amigo.—Llegaste… En el momento justo —logro decir—. Mamá, hizo…¿Pero qué carajos me pasa? Se me ha olvidado Capítulo 9
Emily.Suelto una risa,—nada natural—,una como por cumplir, como para hacer algo en esta situación que se ha creado tan incómoda. Tan sin saber qué hacer,tan descontrolada.—OK… Estoy esperando ahora tu respuesta —digo colocando mis dedos como si estuviese a punto de escribir.Alex toma un suspiro para luego pasar la mano por su cara.—Sin duda alguna, mi otra familia, ellos fueron un apoyo moral, emocional y físico. La familia Baker —dice—. Debo destacar que en ella se encuentra también mi mejor amiga. En ella encontré un soporte necesario para mi vida, uno muy, muy fuerte…Mis ojos viajan rápidamente hacia él, quien ahora mira nuevamente hacia lo lejos del lago, meditando dentro de sí.—Alex… Tienes que saber que todo lo que escriba aq
Emily.Justo en este momento, es ella, con la que menos quiero hablar, y a pesar de mi ánimo, me las arreglo. Creo que todos hemos fingido en una llamada.—¡Dafne! —digo con emoción fingida—. ¿A qué se debe la sorpresa?Las risillas de la mujer al otro lado del auricular intentan sacarme de la cordura, pero, aun así, tomo una aspiración paciente mientras coloco
Emily.Mi amigo se me acerca lentamente hasta que logro tocar la pared con mi espalda.—¿Qué haces? —pregunto muy nerviosa.—Yo debería preguntarte... ¿Qué es lo que te pasa a ti?— ¿A-aaa a mí? ¿Por qué? ¿Qué hice?—Estás comportándote... Muy extraña. Has estado nerviosa toda la cena, parece como si algo estuviera sucediéndote. ¿Dime qué está pasando?Alex me conoce muy bien, bastante bien como para no poder ocultarle que ahora mismo estoy aterrada. No sé qué hacer, ni cómo reaccionar ante todo el manojo de emociones que se encienden ahora cuando él está presente. Lo que siento por este hombre se me está saliendo de las manos.—He tenido un día difícil... En el trabajo —digo
Emily.Entro en el auto buscando la dirección que Alex me dio, mientras mis manos tiemblan, el GPS marca quince minutos para llegar, y yo me encamino hacia allá, tratando de dar largos respiros para acompañar mi arritmia cardíaca.Mi ceño se frunce levemente cuando estoy llegando al lugar, parece una casa privada, porque cuando estoy frente a ella, de forma automática, las puertas de seguridad se abren mecánicamente. Manejo despacio detallando todo. Es prácticamente una subida no muy inclinad