En un principio no sabía si estaba bien o no decirle a Matt sobre la presencia de su hermano en la cafetería, de no ser por Kimberly, el chico ni se hubiera enterado. Estuvo bastante furioso por unos días, según él, le había dado un buen discurso a Max pero estaba segura de que él ni siquiera lo escucharía.
Los días pasaban volando y al parecer no me cansaba de las bromas de Matt, me gustaba el hecho de que cada vez que charláramos me hiciera reír, en algunas ocasiones me recordaba lo mucho que le encantaba, nunca pude controlar esos sonrojos repentinos, así como disfrutaba acomodar mi cabello suelto cuando andaba despeinado, yo tomé una nueva costumbre. Siempre que nos veíamos jugaba con su cabello largo todo el tiempo, a Matt le encantaban esas caricias suaves.
Max se apareció un par de veces más intentando conquistarme, le había dicho que perd&iacut
Caminaba junto a mi carrito lleno de cosas por los pasillos del supermercado, Kim se había quedado con Carlos y no quería imaginar lo que estaban haciendo. Tomé algunas cosas salteadas que faltaban en la casa, mi carrito chocó con el de alguien más.—Lo siento—me disculpé pero luego me arrepentí. Frente a mí estaba Teresa.Por lo menos prefería verla a ella que a Max.— ¡Susan! Hola—sonrió con entusiasmo—Vaya, segunda vez que nos encontramos.—Sí, así parece—recordé lo que Matt había dicho. Ella trabajaba con él, ¿Acaso también seducía al hermano del ex prometido de su mejor amiga? ¿Acaso ella recordaba que éramos buenas amigas?— ¿Muchas bocas que alimentar?Su carrito estaba más lleno que el mío, ella nunca comía de más, s
Cuando Kimberly llegó me encontraba durmiendo en mi habitación, al menos eso me dijo, no quería contarle lo que había pasado con Max. Si se enteraba que había estado a solas conmigo por unos minutos se enojaría demasiado, Matt me envió algunos mensajes preocupado de que no le escribiera, en otro momento me habría causado ternura pero ahora sólo quería estar sola.El trabajo en la cafetería era muy agitado ese día, lloviznaba en la ciudad lo cual causaba más alboroto y clientela. Por la tarde, como siempre, el chico de ojos café asistió pero no quería que lo atendiera, quería hablar conmigo.—Estoy trabajando ahora.—Esperaré, no importa.—Matt...—Voy a esperar, Susan—su voz fue segura y su rostro estuvo serio. Sin decir más seguí con lo mío.Cuando el turno hab&iacut
No sabía si la conversación con Matt había sido buena o mala pero después de eso, pasaron más días sin verlo ni saber de él. ¿Por qué me preocupaba? Estaba haciendo lo correcto, el pobre se había enamorado de la persona equivocada. Kimberly no tocó el tema, al contrario, estuvo en silencio lo cual es extraño en ella, mi cabeza iba a explotar. Me despertaba en las madrugadas pensando.Miraba mi celular por horas dispuesta a enviarle un mensaje pero de nuevo me reprochaba, lo guardaba en mi bolsillo y continuaba mi día.El sábado había llegado, terminaba de arreglarme para ir a casa de Teresa. Mi cuerpo hacía cada movimiento automático, mi mente estaba entre los hermanos Miller. ¿Realmente estaba haciendo lo correcto?Esperé un taxi, al subir le di la dirección. Le escribí a Teresa para que supiera que iba en camino, la
El silencio era cómodo, no había tensión en el aire, las lágrimas se habían secado en mis mejillas, miraba los autos que pasaban frente a nosotros sin moverme, era increíble como su sola presencia había calmado mi llanto. Temía que con cualquier palabra volviera a llorar frente a él. Suspiré cerrando mis ojos unos minutos, me incliné hacia adelante apoyando mi frente de la guantera, sentí su mirada en mí.—Lo siento—mi voz fue apenas audible pero él pudo escucharla. Acarició mi cabello unos segundos—Por todo.—Sussie—sonreí de lado al escucharlo llamarme así—Oye, mírame—me enderecé en el asiento, tomó mi rostro con cuidado, hacer contacto con sus ojos café me hicieron sentir un leve calor en mis mejillas—Eres hermosa, no me canso de pensarlo una y otra vez, quizás es la
Parte de la mañana lo pasé jugando con Duke, limpié sus necesidades y le serví un poco de comida. No quería regresar al departamento, había dejado algunos mensajes a Kim. Cuando me encontraba sin nada que hacer recordaba lo sucedido de anoche, sonreía como idiota, cerraba mis ojos jugando con los recuerdos.Matt había sido tan dulce y cuidadoso, sus manos por mi cuerpo, su cabello despeinado por el cual enredaba mis dedos sintiéndome tan increíble, sus labios que tenían el poder de hechizarme tan tontamente, recordaba el camino de besos que había dejado por todo mi cuello y parte de mi pecho, mordí mi labio sonrojándome.Así que eso se sentía, quizás exageraba con mis reacciones pero había sido la primera vez que me entregaba a la persona que quería y no, Max nunca fue la indicada, sólo era una forma del destino para decirme que lo
El trabajo en la cafetería parecía no gustarme tanto ahora, cuando me encontraba trabajando ansiaba estar con Matt. En un principio sentí temor de volver a ese sentimiento que tanto conocía, luego me obligaba a recordar que no era el mismo hombre, podían ser iguales físicamente pero en el interior ambos eran muy diferentes. La madre de Kimberly al notar mi alegría y buen humor no dudó en preguntarme. Aquella mujer siempre había sido buena conmigo, le conté un poco pero no tanto como a su hija.Se alegró por mí esperando que esta vez las cosas fueran desde el corazón.Pensaba una y otra vez en la forma de explicarle a mis padres, sabía que mamá estaría algo preocupada por mí, papá no estaría contento con la idea. Ambos podían ser muy sobreprotectores y entendía perfectamente que no quería que su hija saliera herida de
El pavimento se encontraba resbaladizo por el agua de la lluvia, seguramente había llovido toda la noche. Kim me había escrito cuando llegué al parque, Carlos le había pedido que se quedara a desayunar, era más que obvio, ambos sentían algo y mientras más lo negara ella más notable se hará.Matt había desayunado conmigo, disfrutaba cuando intentaba explicarme algunos trucos, tenerlo cerca ya se estaba volviendo una costumbre. Escondí mis manos en el abrigo acercándome a la chica de cabellos rubios, al estar cerca no pude decir palabra alguna, Teresa me abrazó con fuerza sollozando. No pude evitar preocuparme un poco.—Soy una tonta, Susan—susurró sin soltarme.Mis brazos se encontraban inmóviles, no sabía cómo consolarla.—Tranquila.—Necesitaba hablar con alguien, perdón que te haya molestado tan tem
Desperté a la mañana siguiente, el sol entraba por la ventana, a través de las cortinas. Bostecé un poco encontrando la otra cama vacía, tomé mi celular encendiéndolo. Eran las 10:00 de la mañana, decidí escribirle a Matt explicándole porque no le había avisado anoche de mi llegada. Al bajar a la cocina después de lavar mi rostro y cepillar mis dientes, escuché risas que provenían del comedor, mamá limpiaba algunos platos mientras que Kim reía con un hombre de cabello oscuro y ojos verdosos.—Buenos días—interrumpí las risas.—Buenos días, cariño—sonrió mi madre al verme. Papá se levantó, sin dudarlo fui hasta él abrazándolo fuertemente. Había extrañado mucho sus abrazos, los había extrañado en general a ambos.—Mamá dijo que