—Señorita Vázquez, soy Félix, el chofer del señor Navarro. Me envió a recogerla.
Asentí, y subí al lujoso auto. Al rato llegamos a un edificio, muy moderno, de 12 pisos. Estaba completamente revestido de vidrio y acero. En el lobby había un inmenso mostrador con dos rubias imponentes; un cartel gigante, que manifestaba lujo, anunciaba que estabas en “Navarro Inc.” Félix me acercó una credencial y me indicó que fuera al último piso. Apoyé la tarjeta en un scanner y los molinetes me dieron acceso a los ascensores. Marqué el 12. Sonaba música clásica de fondo. Las puertas del ascensor se abrieron a una sala enorme con espaciosos y cómodos sillones. Pocos pasos más adelante se hallaba una señorita muy elegante, rubia y con lentes impecables, sentada frente un escritorio de caoba. Supuse enseguida que sería la secretaria de D
El martes comenzó tranquilo. Saqué a Xander al paseo de rutina y al volver recogí la correspondencia; varias facturas, propagandas y un sobre blanco ribeteado en dorado. Lo abrí curiosa y me encontré una hermosa tarjeta de estilo francés.Señorita Alexandra Miller y acompañanteTenemos el enorme agrado de invitarla a nuestra boda.La misma se celebrará el día 9 de febrero de 2013 a las 18:00hs.,En la Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo.Rogamos su presencia.Andrés Miller & Fátima Cabrera.¡Mi hermano mayor iba a casarse! Menudo lío tendría para zafarme de ésta. Ya me las vería con eso luego. Me metí de lleno a planificar cómo sería la nueva colección, diagramando las etapas y momentos que quería retratar. Un mens
Acomodamos nuestra ropa, volvió a tocar un botón y el ascensor arrancó nuevamente. Apenas se abrió la puerta me tomó por la cintura y me guió por la gran casa.—¿Quieres una visita guiada?—Me encantaría.Tomó mi mano y yo me paralicé; él lo noto y me dio un leve tirón.—¿No te gusta mucho el contacto humano más allá del sexo no?—Lo siento, mi reacción es completamente involuntaria.Él asintió, pero no me soltó. En el primer arco a la izquierda se abría una enorme sala donde cabrían fácilmente, unas quince o veinte personas. Las paredes eran de un tono gris claro y el piso, de madera oscura, se repetía. Unas hermosas cortinas color pastel con distintas y suaves tonalidades de verde, caían sobre los grandes ventanales y una lujosa chime
El ladrido de Xander me despertó de golpe. Estaba asustada. Había tenido una pesadilla horrible.—¡Arriba dormilona! ¿Qué diablos te ha pasado en el trasero? —la voz de Tomy tenía cierta preocupación. Traté de mirarme, pero no podía; me toqué y ardía como mil demonios. Pero la sensación me recordó de qué se trataba.—No me veo ¿Qué tal está? —pregunté.—Bueno… se ve que el adonis te mantuvo entretenida.Le saqué la lengua y me levanté. Miré mi trasero en el espejo de pie y vi muchas pintitas rojas en ambas nalgas. Sonreí encantada; me gustaban las marcas cuando no eran permanentes, y, además, éstas eran un recordatorio viviente de la gran sesión de ayer. Me metí al baño para asearme.—¿Te ha llegad
El resto de la semana fue demasiado buena. Me encontré con Dante todas las noches. Cenábamos, reíamos, nos contábamos nuestras vidas, y dormíamos juntos; algo bastante impensado para mí hasta entonces. Pero en sus brazos dormía mejor que nunca; no me despertaba ni tenía pesadillas.El viernes por la noche salí a cenar con mis amigos. Fuimos a lo de Paco y la pasamos bomba, como siempre, pero de repente me encontré pensando que me hubiera gustado mucho que Dante hubiera estado también allí.El sábado desperté temprano. Mi cama estaba vacía y tuve una mala noche. No habían dado las 7 am. Cuando decidí levantarme y ocuparme en algo productivo. Me dediqué a la limpieza del piso, bañé a Xander, cosa que no le gustó pero que necesitaba mucho, fuimos a la lavandería y luego, en vez del café habitual c
—¡Desnúdate Lexy! —dijo Mariano con un tono demandante y severo. Lentamente me quité la ropa hasta quedar completamente desnuda ante cuatro ojos que me miraban como leones que estuvieran por comerse una presa deliciosa. La sensación de indefensión volvió con más fuerza, junto con el deseo, que inundó cada célula de mi ser. Quería que tomaran todo de mí. Lo que ellos quisieran. ¡Lo necesitaba!Mariano giró su dedo en el aire y yo, di la vuelta en redondo. De fondo sonaba Slo-Mo-Tion de Marilyn Manson; el ambiente era muy propicio. Se acercó a mí e intentó besarme, pero lo detuve.—Mis besos son solo para Dante, lo siento —mi adonis sonrió de oreja a oreja y Mariano asintió. Volvió a acercarse, tomó un mechón de mi pelo y lo acercó a su nariz.—Hueles a
A las 8:00am sonó la alarma y me estiré por encima de Dante, para apagarla. Él, me sintió y me apretó contra su cuerpo. Nos quedamos unos minutos así, hasta que volvió a dormirse y entonces me levanté y me metí rápidamente en la ducha. Tomé unos jeans, una camiseta de cuello tortuga, un sweater de lana y las botas de caña alta sin tacón. Los días ya estaban muy fríos en Madrid. Me sequé el cabello y me maquillé, apenas un poco de delineador y rímel en los ojos y brillo en los labios. Saqué a Xander por su paseo, dimos una vuelta a la manzana y regresamos. Tomé mi chaqueta, una bufanda y el bolso, dejé una nota a Dante para cuando despertara y no me encontrara.Dan he ido a buscar a Ari. Ya sabes que estás en tu casa. Si tienes que salir mientras no estoy, dejo las llaves de repuesto sobre la mesa, al lad
Cuando volvimos, mi adonis y yo, sacamos a pasear a Xander por la playa.—Me encanta que estés aquí —dijo Dante, abrazándome—. Nunca había traído a nadie.—¿En serio?—Sí. Eres la primera mujer que me conoce de verdad, y que conoce a mi familia.Eso fue como una daga en mi corazón. Él me abría las puertas de su vida y yo no estaba siendo sincera. Tenía que decirle la verdad… pero ¿cómo?—Y yo te lo agradezco —respondí mirándolo a los ojos—. Tu familia es encantadora y me alegro mucho de estar aquí contigo.—¿Por qué te has alejado de tu familia, nena?—Es una larga historia. Cuando volvamos a Madrid te contaré… pero somos muy diferentes.—Tu hermana y Mariano parecen llevarse muy bien.—&i
El resto de los días allí, fueron maravillosos. Paseamos, conocimos San Javier, hicimos compras, vimos un partido de futbol de los chicos con algunos conocidos del lugar y por supuesto, grité de felicidad cuando el equipo de Dante ganó 5-1, con tres goles de mi adonis, que jugaba de 10. La noche vieja llegó y otra vez María y yo nos pasamos el día cocinando: paté de mariscos, canapés de salmón, queso con lima y líos de carne para las entradas; lomo a la sidra con manzana y cerdo mechado con higos secos y almendras de primer plato. En la mesa dulce se repitió el turrón de alicante, el mazapán, tronco navideño y corona navideña.Dante había dejado un conjunto de ropa interior rojo de encaje sobre la cama. Tras el baño me lo puse y elegí un vestido rojo tubo, estilo años 50, que me encantaba y había encontrado en una