Ver a su amiga con la esperanza de que en algún momento llegara el rescate de la policía, le dio a Alessia un poco más de calma y alegría.El doctor le había indicado que fuera de nuevo para controles dentro de apenas una semana más. Esto era por un lado, porque era la fecha en que tendría listos algunos otros análisis de vitaminas y hormonas que demoraban más tiempo, para realizar adecuadamente la dosificación de sus suplementos, las recetas y prescripciones que ella necesitaba para estar más saludable, y recuperar el ánimo y el apetito. Además, el médico prefería verla más seguido, con el objeto de asegurarse que estuviera bien y monitorearla semanalmente, aunque no fuera habitual en un embarazo saludable. La realidad era que el pobre hombre se sentía algo culpable por haber cedido a las amenazas de Valentino, violando el secreto entre médico y paciente.Aunque no había tenido opción, ya que tenía también su propia familia y no la pondría en riesgo.Pero, al saber que así la joven
El plan de Alessia, al ceder ante la voluntad de Valentino y mostrarse mejor de ánimo, comenzó a funcionar al poco tiempo.Empezaban a lograr una convivencia más tranquila, que, si bien todavía no podría ser perfecta, al menos estaba libre de miradas de rencor o de reproche.Su vientre crecía con la lentitud propia de las primeras semanas, con el transcurso de cada día, y la conexión con su pequeño retoño comenzó a aumentar también a medida que Ale se sentía feliz y en paz en medio de su encierro.Las náuseas matinales se volvieron menos frecuentes y la esperanza de una mejora comenzó a crecer en el pecho de Alessia.Luego de esa singular primera noche que durmieron abrazados, por un impulso de ella, se siguieron otras más, en las que Alessia se mostraba más cariñosa y cercana y eso había motivado a Valentino a tomar la decisión de dar un nuevo paso que colaboraría en su acercamiento.No deseaba aflojar demasiado las reglas estrictas que le había impuesto a la joven, ya que el embaraz
Valentino había sobrevivido en su mundo de violencia y de conflicto, gracias a una personalidad fría y, por supuesto, cruel.Era la única manera de permanecer en la mafia, y, más aún, de convertirse en su líder.Podría existir, desde afuera, una imagen idealizada de este universo complejo y de esta red donde se tejían los destinos de muchas personas.Pero no era un mundo agradable y feliz.Sin embargo, cuando conoció a Alessia, sintió que para él había una esperanza, un camino diferente, una luz en su futuro.A pesar de esa fe, todo se complicó casi de inmediato, por designios del destino. Era la hija de ex miembros de la organización, luego la usaron para hacerle daño, y cuando por fin parecía que podrían ser felices juntos, ella descubrió que le había ocultado información importante. Una información cuya certeza se le escapaba.Un hombre diferente a él, habría sabido cómo resolver todo de una manera menos dramática. Pero él era Valentino Amato, "Hades", y en su vida no había grises
Alessia lo observó con expresión vacía.Estaba perdida en sus pensamientos, nublada. No le respondió.Él sabía perfectamente la respuesta y las palabras no querían salir de ella.Estaba demasiado abrumada y hundida en esa noche de su alma, con el corazón pesado, casi detenido. El pobre médico, espantado por la desesperación, le explicaba al señor Amato que él no iba a hacer nada, ni permitir que ella hiciera nada en ese estado de salud mental, que ella estaba inestable, que no la maltratara por esto, y que debería hacer una interconsulta con un psiquiatra para ayudar a la joven, que se encontraba profundamente deprimida.Valentino ni lo miró. Sólo se limitó a tomar a Alessia en brazos y llevarla de nuevo a casa.No había creído que todo podía llegar tan lejos.Frente a él, la Alessia testaruda y combativa, que le respondía a todo, no era visible en lo absoluto.Si aún existía, estaba encapsulada detrás de esa tristeza agobiante que lo ocupaba todo.Y era por si culpa.Porque Valenti
El interior de Valentino era como un laberinto donde cientos de conflictos convergían a la vez. No era sencillo estar en su lugar, pero aún así vivir de ese modo era lo que sabía hacer mejor.Y, para qué mentirse, con frecuencia lo disfrutaba.Era un hombre que había vivido demasiado en poco tiempo, que se había endurecido indefectiblemente a través de la experiencia.Había aprendido a defenderse, a moverse en el fango del crimen organizado, a asesinar a sangre fría, con sus manos si no había otra arma disponible, y a intimidar tan sólo con el acero de sus ojos.Valentino había forjado con cuidado y sin pausa su reputación de dios del infierno.Era ese miedo al inapelable "Hades" el que proporcionaba seguridad a los suyos, el que, poco a poco, lo iba transformando en un ser intocable.O casi intocable.Porque aún para él, el submundo puede ser demasiado peligroso.Tenía dones únicos que había sabido aprovechar muy bien: una altura y un físico trabajado e imponente, la capacidad de des
Cuando Valentino llegó en persona a la ciudad en que vivía Franco Antolini, con una prueba decisiva en su poder, para finalmente obtener sus respuestas para Alessia, y con los días contados, el panorama frente a él no podía ser peor.Temió que el tiempo que le había pedido a ella no sería suficiente para resolverlo todo, y volvería a decepcionarla.Porque, aprovechando la debilidad del líder de "Lobo Blanco" la facción dirigida por Antolini, la organización rival a sus hombres, se disponía a terminar lo que habían iniciado semanas atrás: liquidarlos a todos y convertirse en el brazo más poderoso de la mafia en la región, a pesar de haber sido inferiores durante años.Se disponían a realizar un ataque coordinado, apagando cualquier oposición a su supremacía.Pero ellos, en su ignorancia del panorama a su alrededor, no habían contado con la presencia del imponente "Hades" y las fuerzas más disciplinadas y letales de "Terra Inferno". Valentino, con gran cantidad de sus mejores hombres,
En la casa del señor Amato, el tiempo pasó lento y lleno de ansiedad. Alessia intentaba contener su impaciencia, pero era difícil mantenerse distraída y ocupada en el encierro en que estaba.Sería diferente si pudiera pasear, si Celina la visitara, si su mente se dispersara menos y pudiera leer o estudiar. Quiso aprender a tejer con algunas revistas, pero era imposible con el nerviosismo que tenía.Valentino le había hecho una promesa.Y, con todos sus defectos, él nunca incumplía una promesa.Ponía toda su fe en que todo saldría bien, y que cada dolor que había sufrido no era en vano, que todo tenía una explicación y el hombre que amaba siempre había estado allí, detrás de esa coraza de rabia que le permitía seguir vivo.Que fuera un líder mafioso, seguía siendo un problema, el dolor de perderlo en algún enfrentamiento sería demasiado. Su vida de peligros y de sangre era mucho para ella.Pero… si de verdad sus padres habían sido parte de ese mundo, que se los había llevado, tal vez
A la mañana siguiente, el desayuno fue un encuentro bastante singular, entre las preguntas de Santino, las miradas de Valentino a su hijo, y la conversación entre Alessia y su padre.-¿Es tu papá, Ale?-Sí, Santino.-Entonces es mi abuelito…Ale sonrió, mientras Carlo la miraba sin entender nada.-No… ya sabes que no soy tu mamá…El niño sonrió.-Pero lo serás… ¿Verdad?Allí es cuando las miradas de Valentino recorrían los rostros de ambos mientras contenía una sonrisa.-Mejor desayuna tranquilo, Santi.-¿Y por qué tu papá no vivía contigo?Ella suspiró.-Porque hubo un problema que nos separó muchos años, y creí que no estaba vivo. Tu papá lo encontró…-¿De verdad? Es que mi papá es ovni… ofni… ompimpot…Alessia no logró contener la risa.-¿Omnipotente? Santino asintió.-Eso…-¿De dónde sacas siempre esas palabras tan complicadas, Santi?-De la escuela, mami… Mi papá es el mejor… ¿O no?Ella miró a Valentino, que la observaba con ese fuego azul que la invadía por completo hasta derr