Los buenos tiempos hacían maravillas en la vida de ambos, a pesar de las dudas de Alessia.Pasaban tiempo juntos, se conocían mejor, y de un modo diferente a ese mes idílico en el que la pasión los había dominado.Ella comprendía cada vez más sus matices y cambios de personalidad, a veces repentinos.Era como si varios seres habitaran un mismo cuerpo y Valentino pudiera intercambiarlos a voluntad.Podía ser el temible Hades.Podía ser el padre responsable y permisivo de Santino. Podía ser el hombre que la amaba más que a su vida.Y ella iba descubriendo cómo se combinaban, cómo detectarlos en el brillo de sus ojos misteriosos.Él también aprendía más sobre ella y la fortaleza que por años le habían dado su orgullo e independencia. De no ser por ese orgullo, una joven sola, sin familia, hermosa y con pocas perspectivas de futuro, podría haber caído en una oscuridad y un mundo del que sería difícil salir.Sin esa tozuda dignidad, nunca la habría conocido.En esa independencia indomabl
Las semanas siguientes, a pesar de que transcurrieron con notable calma, fueron decisivas en todo sentido para quienes habitaban la mansión Amato.Valentino se fue recuperando físicamente con cierta velocidad, gracias a la presteza y habilidad con la que Alessia había actuado, y junto con él, se recuperó también parte de la fuerza de su poder en contra de los enemigos que lo habían emboscado.Sus contrincantes habían pagado un alto precio por tratar de asesinarlo a sangre fría dentro de sus propios dominios y sus fuerzas, por lo tanto, habían disminuido considerablemente. Debido a este proceder, no le resultó difícil al señor Amato derrotarlos, poco a poco, con precisión quirúrgica, tomando a todos por sorpresa gracias a su propio error: habían dispersado, para crear el caos, el rumor de que Hades había muerto, y muchos lo creyeron real, amigos y enemigos.Y se confiaron.Para cuando se dieron cuenta que el dios del infierno había sobrevivido, fue tarde para ellos.No tuvo piedad con
Llegaron al hospital como una exhalación.Los nervios de Valentino estaban a flor de piel, al punto que su expresión era temible.Tanto, como para que nadie se atreviera a hablarle mientras caminaba nerviosamente por el pasillo de la sala de espera, listo para irrumpir abruptamente en la habitación de dónde ya lo habían echado un par de veces, en la que Alessia daba a luz, un poco antes de la fecha prevista.Eso lo estaba enloqueciendo.A causa de lo singular que había sido su embarazo, el médico y su equipo habían estado ocupados monitoreando a la pequeña, intentando retrasar el parto.Pero la hija de Valentino y Alessia era tan imprevisible como lo era su singular padre, y su nacimiento al fin era inminente.Por eso, cuando el señor Amato aferró al doctor de las solapas de su guardapolvo, amenazando con incinerar el lugar hasta los cimientos si algo malo les ocurría a su mujer e hija… el padre primerizo se había ganado un boleto sin retorno… al pasillo.A pesar de su terquedad, no s
Rodeada de tanto afecto y con el apoyo de las personas más importantes de su vida, Alessia se fue recuperando del parto con bastante rapidez, algo que, tras lo difícil que había sido su embarazo, ella agradecía, y entonces comenzó un nuevo camino que hace semanas le habría parecido imposible: organizar los detalles de su boda con el hombre que amaba, el señor de la mafia.A pesar de la idea que tenía ella de hacer algo pequeño e íntimo, Valentino poseía planes por completo diferentes, ya que pensaba que su mujer se merecía la fiesta de una verdadera y poderosa reina, así que, aunque la ceremonia sería en la seguridad inexpugnable de la mansión Amato, el evento que preparaban era impresionante, y él estaba atento a los detalles. Quería demostrarle su amor, aunque para Alessia no era necesario que lo hiciera de ese modo.Para él esta era una de las tantas formas de pedir perdón por hacerla sufrir con sus amenazas.Y quería que el mundo viera cuánto la respetaba y adoraba.El jardín hab
Durante varias semanas, Valentino había estado dedicado a su familia, iniciando junto a la mujer que lo enloquecía de amor, una nueva vida.Una vida que no había esperado tener, pero que al fin estaba a su alcance.El destino había cruzado sus caminos de un modo singular y misterioso.Primero estuvo ocupado vigilándola desde que la conoció, instantáneamente atraído pero sin saber cómo avanzar, luego usó su tiempo reteniéndola en contra de su voluntad en la mansión, y luego tuvo que invertir recursos para reconquistarla.Eso tomaba días, dinero, y tenía además un precio tácito que él había estado dispuesto a pagar a la mafia, sin dudarlo. Valentino estaba seguro de que había cultivado suficientes lazos y adquirido el poder necesario para protegerse y proteger a su familia.Y, aunque su reputación lo precedía y mucha gente lo respetaba y por supuesto que lo temía, su trabajo no era precisamente de esos que se dejan a un lado por un tiempo, como si se tomara unas vacaciones.La mafia no
A pesar de todo lo que sus enemigos creían, Valentino en realidad no había perdido su tiempo en esos meses.Cada movimiento del jefe de la mafia tenía un objetivo calculado, y a veces incluso sin verdadera intención de que fuera así.Había estado ocupado creando un vínculo inquebrantable con su actual esposa, Alessia, un vínculo poderoso, y ella se había visto en la tarea de aprender bastante sobre la mafia, sus métodos, su funcionamiento y sus alcances, al principio, por supuesto, en contra de su voluntad. Pero luego fue cediendo tanto al amor, que decidió a conciencia asumir su rol, y comenzar a definir cómo viviría en ese sub mundo que la había marcado para siempre, aún antes de conocer a Valentino.Su historia era especial por muchas razones, incluso algunas bastante mágicas.En las historias de la mitología griega, justo unas de las más importantes de su cosmogonía y sus creencias, Hades había raptado a la joven y bella Perséfone, hija de Démeter, abriendo un pozo a sus pies y ar
Alessia se disponía a cruzar la puerta de entrada de la casa de su padre, seguida por sus guardaespaldas, para ir a esperar una respuesta en su vehículo, tal como lo había dicho. Sus guardias se acomodaban uno para abrir la puerta y otro detrás de ella, cuando la esposa de su padre se puso de pie, amenazadora y la increpó, exasperada por lo que ella consideraba una insolencia.Casi gritaba mientras le decía:-¡Estás loca! No eres más que una chiquilla arrogante que viene aquí a dárselas de reina, como ama y señora del crimen organizado, y no tienes ni idea de cómo funciona de verdad este mundo, apenas si lo conoces desde hace unos meses y siempre bajo la protección del señor Amato, tratándote de seguro como la princesita malcriada que eres... Si tu padre ha sobrevivido por tantos años en el negocio, y salido con vida del ataque en el que murió tu madre, ha sido porque es un hombre inteligente y ha sabido moverse de sitio cuando fue necesario, y si tuvo que alejarse de tí en el proce
Valentino estaba encerrado en su oficina, revisando sus posibilidades.Lo acompañaba un Francis silencioso.El señor Amato se veía algo desaliñado, con la camisa abierta en el pecho, con el cabello revuelto de tanto sujetarse la cabeza y con la mirada vidriosa por el cansancio y la falta de sueño. Estaba agotado, física y mentalmente, pensando una y otra vez en cómo coordinar las escasas fuerzas de choque que le quedaban disponibles. Evaluando cómo minimizar el daño para sus leales, aún si el mismo debía sacrificarse.Valentino no se había ido a su casa en varios días, no quería moverse hasta que resolviera la crisis que se había desatado entre sus manos, ni exponer su hogar a un posible ataque, pero sabía que todos estaban bien o, de lo contrario, se habría enterado enseguida, ya que había dado órdenes estrictas. Eric le habría informado que algo pasaba, aunque su flamante y orgullosa esposa no quisiera molestarlo en esos momentos cruciales para "Terra Inferno".No había llamado a