Algunos días antes del viaje de Alessia y su abuela, Valentino Amato estaba en su oficina, meditando y calculando cómo debía proceder a continuación.No deseaba quedarse sufriendo por la negativa de Alessia, porque estaba seguro de que no había sido más que un momento de pánico. Sabía que ella sentía cosas por él, lo veía en sus ojos, en sus gestos, lo olfateaba en su cuerpo dulce y sensual.Pero también tenía la habilidad de percibir el miedo de las personas que lo rodeaban, porque al fin y al cabo era muy importante para su trabajo y para sobrevivir en ese mundo en el que estaba metido inexorablemente.Y ella tenía miedo.Por otro lado, tenía claro que carecía de la habilidad de saber cómo desenvolverse con las mujeres, especialmente con las que amaba.Pese a su imagen de hombre fuerte, apuesto y seductor, llevaba muchos años solo. Sobre todo, muchos años sin enamorarse de nadie.Aunque no tenía muy claro cómo tenía que actuar desde que Alessia lo había rechazado de un modo tan in
En el salón del hotel, un silencio sepulcral se había creado, invadiendo cada rincón.Los hombres de Valentino ya tenían a los terroristas bajo control, y su imprudente jefe estaba ahora congelado por el terror bajo los ojos furiosos y temibles del señor Amato, afilados como cuchillos, mientras aún estaba sujetando con fuerza a Alessia, lo que era su sentencia de muerte. Y ahora lo sabía. Valentino dio un par de lentos pasos, y el hombre no se movió. No podía ni aunque quisiera. Casi no se escuchó la voz del señor Amato cuando siseó con ira contenida:-Suéltala.El jefe obedeció a duras penas, liberando a Alessia, que se alejó de inmediato y se paro junto a su salvador, sin decirle nada, a causa de la impresión, y con el pánico diluyéndose poco a poco.Los ojos desorbitados de ella miraban a Valentino con una mezcla de incredulidad… y de deseo. Por todos los dioses, ese hombre era un monumento a la masculinidad y era como si irradiara un aura de poder y de sensualidad. Además, el h
El suave beso de Valentino, abrió de golpe la compuerta de deseo que ambos habían contenido desde que se conocieron, y se fue liberando irrefrenable con un fuego que lo invadiría todo a su alrededor, desde el centro mismo de sus cuerpos.Alessia abrió sus labios al sentirlo, tan suave y apetecible, y él pudo entrar en su boca y explorar por segunda vez su sabor dulce, con placer, hasta que la intensidad del beso fue tal, que un gemido ahogado escapó de ella.Eso fue como una chispa en medio de un bosque seco, que activó de inmediato un mecanismo de lava en el interior de él, que recorrió con sus manos el delicado cuello y los hombros de ella, y rodó los dedos con cautela hasta dar con el cierre del vestido que descendía por su espalda. Lo bajó despacio, acompañando con lentos besos, esperando una palabra de ella que lo detuviera, pero ésta palabra nunca llegó, confirmando que ella también deseaba continuar.Alessia lo miraba con tibio anhelo en sus dorados y ambarinos ojos, mientras
A la mañana siguiente, al abrir los ojos, Alessia pudo ver que todo había sido real. A su lado, el hombre con el que soñaba, Valentino Amato, la miraba con una sonrisa luminosa en su rostro siempre tan serio.Cuando la vio abrir sus ojos de miel, no pudo resistir el impulso de acariciar su rostro y envolverla en un abrazo contra su pecho antes de decirle con voz suave:-Buenos días, Alessia.Estaba despierta pero parecía un sueño, uno de los más hermosos.Suspiró con un sentimiento de paz, y le respondió:-Buenos días, Valentino.-Ya he pedido el desayuno en la habitación y he verificado que tu abuela está bien. Por supuesto, si prefieres ir con ella…Ale le interrumpió con un tono de anhelo en su voz:-No… quiero quedarme contigo hoy… aquí…Seguian desnudos, y las palabras de Alessia hicieron que él se sintiera inmediatamente encendido.La besó en el cuello, despacio, llenándose de su aroma de flores, y atrapó un instante el lóbulo de su oreja con sus dientes, haciendo que ella gimi
Valentino entró al cuarto de baño para tomar una ducha rápida, mientras sonreía pensando en Alessia y en el placer recibido de su suave y tibia boca. Ambos se llevaban muy bien en la cama, como si sus cuerpos estuvieran predestinados.En el último mes junto a ella había sido más feliz que en toda su turbulenta vida.Deseaba aferrarse a estos momentos perfectos y olvidarse de todo lo demás. Olvidar pasado y presente como si él fuera otro hombre. Ella era un oasis en medio de toda esa locura.Tenía muchos problemas que resolver todavía y siempre habría enemigos que pudieran amenazarlos, porque aunque acabara con unos, siempre surgirían otros, así era el negocio. Pero Valentino se había esforzado cada día por convertirse en un hombre poderoso y prácticamente intocable.Eran pocos, e inconscientes, los que se habían atrevido a enfrentarlo.Su sola mención, inspiraba un reverencial temor.Con el tiempo, él había forjado un coordinado ejército fiel e indestructible, confiaba en cada uno
Valentino necesitaba que Alessia le hablara. Saber que ella estaba bien con la revelación reciente de su identidad y que se quedaría a su lado hasta tener todas las respuestas. Saber que juntos enfrentarían las sombras de su pasado y cómo éstas se vinculaban misteriosamente entre sí.Entrecruzadas por algún designio del incontrolable destino.Ella estaba terriblemente conmocionada, eso era evidente. Y él sentía la impotencia al no encontrar una solución inmediata.El silencio de ella era apabullante.De pronto, Alessia simplemente se puso de pie en silencio y con la mirada vacía. Aún estaba desnuda, luego de su sensual encuentro matinal, y ella aún podía percibir en sí misma, en su piel, en sus labios, el aroma y el sabor delicioso de Valentino. Eso la hizo sentirse sucia y vil. Porque, por supuesto, le había gustado acostarse con el líder mafioso que dirigía esa maldita organización. Lo había disfrutado en cada fragmento de su humanidad.Se miró el cuerpo con aprensión como si no
Valentino, desolado y sombrío, terminó de vestirse y se subió a su auto. A medida que avanzaba, de camino hacia el lugar de la reunión de esa mañana, el dolor que sentía en su pecho fue dejando paso a un sentimiento aún más duro y terrible para quienes se cruzaran con él: la furia incontenible.Poco a poco, se fue encendiendo un fuego arrasador en su interior, uno que se apagaba con una sola cosa.La sangre.No siempre había sido así, violento e implacable. Pero su mundo era complejo y demasiado difícil, no era un mundo para ser blando y comprensivo.Alessia había probado en carne propia sólo una pequeña fracción del peligro que representaba inmiscuirse en los asuntos de la mafia, meterse directa o indirectamente en ese mundo dónde ser suave implicaba la muerte certera.En cambio él… llevaba años sumergido en las tinieblas.Años que lo habían transformado en lo que era hoy.Y la luz que lo había acompañado el último mes, acababa de apagarse para Valentino.Eso no sería bueno para sus
Mientras tanto, Alessia y su abuela permanecían en un incómodo silencio sentadas frente a frente en la sala de la casa. La joven parecía decidida a no dejarlo pasar esta vez.Sin embargo, Carmela se negaba a hablar, rompiendo un secretismo de tantos años, y su nieta poco a poco perdía la escasa paciencia que tenía ese día.No podía creer que en un par de horas todo hubiera cambiado tanto.Un instante estaba en la cima del éxtasis sobre el cuerpo perfecto de Valentino y al siguiente estaba hundida en la desesperación de la soledad.Si renunciaría por fidelidad a sus padres y por su deber de hija, al amor de su vida, al menos merecía toda la verdad, todos los detalles que hubiera, toda la información que la anciana estaba ocultando.Porque en realidad deseaba profundamente creerle a Valentino, y porque estas escasas horas de distancia ya la estaban matando.Deseaba volver a sus brazos aunque fuera el ogro de la historia. Y eso era deprimente. -Abue, sé que tú sabes más de este asunto y