Nunca pensé ver algo así en mi vida, y en cierta manera sentí solo un poco de celos, estaban besando frente a mi a Milan, quien a su vez parecía muy sorprendido con la situación.
—¿Disculpa? —pregunto enfadada.
—Hola Milan, soy Samantha Lloerk —se presenta una chica alta, rubia, delgada, ojos azules, era muy guapa— soy la líder de porristas y tu novia.
—¿Qué? —preguntamos al unísono Milan y yo.
—Ah, hola Crystalle, espero que no te moleste, después de todo ya toda la escuela sabe que ustedes no andan, regresaste con Bastian, ¿no?, eso se comenta.
Jamás en la vida me habían besado de esa manera tan asquerosa y vulgar, intento soltarme cuando de pronto todos se quedan callados, se trataban de lasporristasy amigas deSamantha,Milanse acercó y jaló con brusquedad a la chica morena que me había metido la lengua en la boca.—¡Largo todas! —grita hecho una furia— ¡se acabó la fiesta!.—¡Hay vamosMilan, no es para tanto! —gritaSamanthacon su típica voz chillona.—He dicho que se vayan.—No, la fiesta seguirá, si no hubiera sido porCrys, la diversión estaría a tope.
Aquella voz era la deBastian, así que cuando me doy la media vuelta me topo con unBastiansonriente y muy atractivo, se había bañado y perfumado, olía a menta fresca, todo lo contrario a mí, que estaba desmaquillada, mal peinada, y con un pijama que por más que quisiera convencer a todos de que era el mejor o mi favorito, la verdad es que era el más cómodo y por ende el más desgastado, consistía en una especie de camisón largo que me llegaba por debajo de lasrodillas, de manga corta y nada escotado, así que me sentía fuera de lugar.—Me alegra que vinierasBastian, entra y toma asiento que la noche es larga, después de cenar veremos una película y...—Y no creo queBastianoEric
Aquella voz la conocía muy bien, al principio me tomó por sorpresa pero a los pocos segundos de que mi cerebro reaccionara después de unas cuantas horas estando dormida, me di cuenta de que se trataba de la pequeñaLauren, e inmediatamente me apresuré a prender la luz.—¿Lauren, qué haces aquí? —abro los ojos como platos.—Necesito que me ayudes, ahora, no te espero ni un solo minuto, acompañame—me ordena.—No entiendo que haces aquí, pero... —le echo unvistazoa mi reloj y me puedo dar cuenta de que son las 2:00am— es muy tarde y aún no entiendo qué haces aquí, y cómo entraste.
No sabía que responder, quedarme conBastiana solas en una habitación era como tener dos opciones, terminaríamos haciendo el amor, o pelearíamos y nos diríamos cosas muy hirientes, una parte demírecordaba las palabras deMilan, pero mi corazón me dictaba otra cosa y ya estaba cansada de huir.—Está bien —susurro.—Gracias.Bastianme dio el paso para que entrara a su habitación, cosa que hice sin dudar, al hacerlo sentí una ligera extrañeza y añoranza, era cálida y muy reconfortante,Bastianno prendió las luces, solo la luz de la luna que se filtraba por la habitación era lo que hacía que se distinguiera cada cosa.
—¡Bastian! —grito a todo pulmón.—Crys, despierta.Abro los ojos y me doy cuenta de que ya amaneció,Bastianestá a mi lado y me siento tranquila de que se tratara de unapesadillacruel, aunque en el fondo una parte de mí temía que fuera una especie de señal que me advierte lo mal que nos irá en nuestra nueva relación.—Lo siento, tuve unapesadillahorrible —digo al tiempo que observo comoBastianrecién levantado se ve muy sexy, despeinado, casi sin ropa, y entonces entendí como él significaba todo para mí, ese sueño me enseñó que yo moriría si algo malo le llegase a ocurrir.
Al salir pude observar comoMilanme inspeccionaba de pies a cabeza y debo admitir que aquel gesto tan infantil me puso de mal humor, no eramos nada y actuaba peor que un padre vigilando a su hija.—¿Dónde has estado? —me pregunta en tono molesto.—Lo siento guapo, pero anoche vine a ver aCrys, tuve unos problemas personales, ya sabes cosas de chicas, y no sabía a quién acudir —Tharalo abraza— así que tuve que venir conCrysy dimos un paseo, la traje a casa como puedes ver, solo que llegaremos tarde al la universidad si no nos damos prisa.—Pensé que estarías en otro sitio —Milanavienta un suspiro de alivio.
Plan A.Tuve que alejar a Manuel deCrys, lo amenacé con decirle al director que traficaba con drogas, al principio no quería acceder argumentando que él la amaba de verdad, error, yo soy el único que puede amarla.Sabotaje contra su nuevo pretendiente, a ella le gusta, incluso me atrevo a decir que me ha dicho que le parece un chico guapo, pero yo le quitaré esa idea absurda e idiota que tiene hacia él.Resultado: Victoria, gané,Crysya no quiere saber de él, le mentí diciendo que lo había visto besándose con unaporrista.PlanB.Escuché que Martín, un chico del grupo de fútbol va a declararle su amor a&nb
Milansuspira, se sentía mal y eso lo sabía perfectamente, no era bueno en ocultar sus sentimientos frente a mí, era algo extraño, lo conocía pero al mismo tiempo no sabía quien era, es como saber que las estrellas existen, pero no poder tocarlas, así eraMilan, un misterio sin final, un libro sin la última página, o un verso que se pierde entre las letras de un poema absurdo.—Cuando eramos niños y comenzábamos a ser más conscientes de lo que hacíamos, a la edad de cinco años, tal vez no lo recuerdes pero yo si, fue el primer día de clases, mi madre nos llevó junto con la tuya, y cuando te vi entrar con el uniforme de la estancia infantil me enamoré, ya sé que a esa edad es imposible pero te vi con tu cabello suelto y esa mirada audaz que siempre