Caí de rodillas y comencé a llorar al ver como Bastian se alejaba de mí, él estaba decidido a olvidarme por esa estupidez, ni siquiera parecía algo real, mi vida se había convertido en una continua pesadilla y parecía no tener final. Me quedé llorando un momento más, necesitaba desahogarme y en casa no quería hacerlo, ¿por qué todos me lastimaban?.
Después de unas tres horas en las que me quedé sentada en medio del bosque, llorando y tratando de desahogarme, sonó mi celular, al ver la pantalla pude observar que eran llamadas de Bastian, bloqueé y eliminé su número, ya no quería saber nada de él. Me levanté, salí de aquel bosque y sin saber muy bien a donde ir, me dirigí a una pequeña tienda donde vendían licor y otras-—No sé si estoy haciendo lo correcto Kira —Bastian respiraba nervioso mientras se sentaba frente a ella en aquella cafetería.—Era el deseo de ella Bastian, no la podemos defraudar, tu mismo has leído la carta y si te la dejé fue porque sé cuanto la amabas —Kira le dio un gran sorbo a su café—. ¿Estás dudando por esa chica Crystalle?.Bastian guardó silencio, amaba a Crys, pero Karin fue y sigue siendo muy importante para él, no la había dejado de amar ni un segundo, todavía pensaba en ella, pero por otra parte sabía que estaba muerta, ya nunca la volvería a ver, y tenía que seguir con su vida, lo que sentía por Crys era real, verdadero, y le dolió tener que terminarla de una manera tan cr
Al principioMilanse resistió a mis besos, pero yo fui más persistente hasta que logré que abriera su boca, y de inmediato mi lengua se introdujo, estaba cabreada y dolida, odiaba ser la pequeña muñeca de trapo que todos pisaban, no me importaban las consecuencias, solo podía escuchar lo que mi cuerpo y mis hormonas alborotadas al mil me pedían. Acaricié su cuello y me sorprendí al notar lo bien que me sentía haciendo eso.—Crys, para, tienes que parar —me dijoMilanentre jadeos.—No quiero —me estreché más contra su cuerpo.—Si sigues no podré detenerme —Milanintentó alejarme con sus manos pero yo lo jalédel cuel
Hace algunos ayeres cuando Milan y yo teníamos 12 años, en nuestro vecindario se mudó una familia, eran solo tres integrantes, dos padres y un chico, la familia Cooper, al principio nos parecía un poco extraño la llegada de vecinos con hijos, por lo regular llegaban personas mayores, o la mayoría ya vivía ahí, después de un tiempo observando de lejos el comportamiento de aquel muchacho, un día Milan se decidió por hablarle primero, y después de días yo hice lo mismo. Para después hacer una amistad con él, su nombre era Dylan Cooper, en algún momento de mi vida me gustó mucho, y para ser honesta nos besábamos cada que la ocasión nos lo permitía, nunca lo hacíamos cuando Milan estaba presente, era un pequeño secreto que teníamos Dylan y yo.
Guardé silencio unos instantes, tal vez Milan tenía razón, estaba tan enojada que me comporté como una egoísta al pensar solo en mis sentimientos, olvidando el sentir de Bastian, pero había algo que no me permitía dar mi brazo a torcer.—Tienes razón Milan, pero...¿no te parece qué en la actualidad es algo irreal cumplir ese tipo de cosas? —me puse de pie—. Me refiero a que no tiene porque hacerlo si no ama a aquella chica.—Mira Crys, solo te diré que si lo amas deja que haga las cosas como él piensa que van a ser correctas, tómate tu tiempo y deja que las cosas sigan su curso —Milan se levantó y comenzó a estirarse.—Puede ser —bajé
—¿Crees que soy guapa? —pregunté muy segura demí.—¿Bromeas? —Dylanme contestó con una sonrisa de oreja a oreja.—Hablo en serioCooper—fruncíel ceño.—Yo también, eres la niña más guapa que he conocido en toda mi vida —Dylanse acercó a mi y me besó—. Y estoy muy enamorado de ti.—No digas tonterías.—Es la verdad —Dylanme miró confundido—. ¿Quieres saber un secreto?.—Me gustan los secretos —sonre&ia
Dylanno me dijo nada, se puso de pie y rascándose la nuca volteó a verme y sonrió.—Aún me gustasCrys, cuandoMilanme contaba todo lo que pasaba con tu vida amorosa quería tomar el primer vuelo para venir a verte, e intentado salir con chicas pero siempre las comparaba contigo, con mi amor de infancia —Dylanestiró el brazo para queyo tomarasu mano, cosa que hice sin temor alguno—. No te he podido olvidar.—En estos momentos no puedo corresponder a tus sentimientosDylan, todavía no me repongo al cien de lo deTony, y aunque me cueste admitirlo, aún amo aBastian—bajé la mirada—. Si estás al tanto de mi vida sabrás a lo que me refiero.
Aún no estaba segura de la decisión que había tomado, pero algo si sabía, y es que tenía unas ganas inmensas de escapar de todos, me sentía ahogada, frustrada, incompleta sinBastian, no entendía que rumbo debía tomar.Dylany yo caminamos hasta el centro del pueblo, tenía la breve esperanza de encontrarnos conMilany Serena para no estar solos. Al cabo de diez minutos estábamos parados sin saber a donde ir ni que hacer.—Esto es increíble —Dylanobservaba alrededor, como si fuera un pequeño niño en busca de su próxima fechoría, en cierto modo me odiaba por verlo con tanto deseo—. Vayamos por algo de comer, se me antoja algo dulce.—No has cambiado eh —le sonreí 
Dylany yo nos dirigimos a mi casa, en todo el trayecto guardamos silencio, y al pasar por la casa deBastianno pude evitar echar unvistazorápido pero no había nadie afuera, todo se veía solitario. Al llegar pude observar queMilany Serena cuchicheaban y reían mientras sacaban algunas cosas de bolsas del súper, estaban en la cocina con la música puesta.—¡Vaya, no pensé que llagarían tan pronto! —Milanme sonreía— estamos preparando algo para cenar más tarde.—Es por la cena que está organizandoBastian, ¿cierto? —abrí el refrigerador y saqué untarrónde helado.—No sé de que