No podía creer lo que estaba pasando, de nuevo sentía como mi mundo se desvanecía, ¿acaso no podría estar bien en algún momento de mi vida?, ¿estaba destinada a ser infeliz a cada momento?, esas y más preguntas rondaban por mi mente, suficientes problemas tenía ya con Bastian y con Tony, para que ahora mi padre se convierta en uno más.
Me senté en el sillón de mi sala de estar tratando de asimilar todo, las palabras de mi padre fueron claras, pero mi fuerza por defender a mi madre era más grande, después de todo él había tenido la oportunidad de hacerla feliz y no lo hizo, ahora ella lo era y quería venir a arruinarlo todo.
Por otra parte estaba enojada con Bastian y con Tony, no sabí
—¿Qué demonios haces aquí? —pregunté cabreada.—Yo... —un silencio incómodo se colocó suavemente en mi habitación—. Te deseo, y sabes que, enestepreciso momento te haré mía, mi mujer.Milanse acercó rápidamente y me besó, su lengua era cálida, sabía a vodka, intenté zafarmepero me fue imposible, él era más fuerte que yo, creía que estaría con Serena, en la mañana se veía bien, ¿cómo le hizo para embriagarse tan rápido?.—Estás borracho.—Si, y te haré el amor ahora mismo —las palabras
Acto seguido cerró fuertemente la puerta y esa fue la única vez que me dirigió la palabra en esos días.Me sentía mal por mentirle a la única amiga que estaba teniendo en esos momentos pero con esfuerzo, logré mentirle y hacer que se marchara.Varias veces intenté ir a la casa deBastian, buscarlo y hablar las cosas pero al acercarme siempre estabaSaskiaen el patio tomando el sol, otras veces la pequeñaLaurenme decía que no estaba, hasta que decidí no seguir intentándolo.Pasada una semana entera sin que ninguno de los treshombrecitosme dirigiera la palabra, el lunes por la mañana decidí que ya no estaría encerrada en casa, esperé como siempre a que mi madre se fuera y me metí a la ducha, al terminar me arreglé, m
Ver aquella escena me destrozaba, pero inmediatamente Bastian se la quitó de encima y se alejó de ella, y como si mis piernas tuvieran vida propia, comencé a acercarme a ellos, antes de que lograra llegar, la chica le entregó un sobre a Bastian, quien lo tomó con mano temblorosa, al ver que yo estaba a unos cuantos metros de él, palideció y me miraba fijamente.-Crys -dijo con voz ronca.La chica al verme sonrió esperando que nos presentarán, pero como vio que Bastian no lo hacía, ella lo hizo por su propia cuenta.-¡Así que tu eres Crystalle Bellowk! -sonrió y me dio un abrazo-. Es un placer conocerte, me han hablado mucho de ti, soy Kira Svaltron.
Caí derodillasy comencé a llorar al ver comoBastianse alejaba demí, él estaba decidido a olvidarme por esaestupidez, ni siquiera parecía algo real, mi vida se había convertido en una continuapesadillay parecía no tener final. Me quedé llorando un momento más, necesitaba desahogarme y en casa no quería hacerlo, ¿por qué todos me lastimaban?.Después de unas tres horas en las que me quedé sentada en medio del bosque, llorando y tratando de desahogarme, sonó mi celular, al ver la pantalla pude observar que eran llamadas deBastian, bloqueé y eliminé su número, ya no quería saber nada de él. Me levanté, salí de aquel bosque y sin saber muy bien a donde ir, me dirigí a una pequeña tienda donde vendían licor y otras
-—No sé si estoy haciendo lo correcto Kira —Bastian respiraba nervioso mientras se sentaba frente a ella en aquella cafetería.—Era el deseo de ella Bastian, no la podemos defraudar, tu mismo has leído la carta y si te la dejé fue porque sé cuanto la amabas —Kira le dio un gran sorbo a su café—. ¿Estás dudando por esa chica Crystalle?.Bastian guardó silencio, amaba a Crys, pero Karin fue y sigue siendo muy importante para él, no la había dejado de amar ni un segundo, todavía pensaba en ella, pero por otra parte sabía que estaba muerta, ya nunca la volvería a ver, y tenía que seguir con su vida, lo que sentía por Crys era real, verdadero, y le dolió tener que terminarla de una manera tan cr
Al principioMilanse resistió a mis besos, pero yo fui más persistente hasta que logré que abriera su boca, y de inmediato mi lengua se introdujo, estaba cabreada y dolida, odiaba ser la pequeña muñeca de trapo que todos pisaban, no me importaban las consecuencias, solo podía escuchar lo que mi cuerpo y mis hormonas alborotadas al mil me pedían. Acaricié su cuello y me sorprendí al notar lo bien que me sentía haciendo eso.—Crys, para, tienes que parar —me dijoMilanentre jadeos.—No quiero —me estreché más contra su cuerpo.—Si sigues no podré detenerme —Milanintentó alejarme con sus manos pero yo lo jalédel cuel
Hace algunos ayeres cuando Milan y yo teníamos 12 años, en nuestro vecindario se mudó una familia, eran solo tres integrantes, dos padres y un chico, la familia Cooper, al principio nos parecía un poco extraño la llegada de vecinos con hijos, por lo regular llegaban personas mayores, o la mayoría ya vivía ahí, después de un tiempo observando de lejos el comportamiento de aquel muchacho, un día Milan se decidió por hablarle primero, y después de días yo hice lo mismo. Para después hacer una amistad con él, su nombre era Dylan Cooper, en algún momento de mi vida me gustó mucho, y para ser honesta nos besábamos cada que la ocasión nos lo permitía, nunca lo hacíamos cuando Milan estaba presente, era un pequeño secreto que teníamos Dylan y yo.
Guardé silencio unos instantes, tal vez Milan tenía razón, estaba tan enojada que me comporté como una egoísta al pensar solo en mis sentimientos, olvidando el sentir de Bastian, pero había algo que no me permitía dar mi brazo a torcer.—Tienes razón Milan, pero...¿no te parece qué en la actualidad es algo irreal cumplir ese tipo de cosas? —me puse de pie—. Me refiero a que no tiene porque hacerlo si no ama a aquella chica.—Mira Crys, solo te diré que si lo amas deja que haga las cosas como él piensa que van a ser correctas, tómate tu tiempo y deja que las cosas sigan su curso —Milan se levantó y comenzó a estirarse.—Puede ser —bajé