Capítulo 36

Cuando era niña, creía que la única persona en la que podía confiar era en Milan, mi mejor amigo, mi hermano de alma, siempre supe que estaríamos juntos, y ahora estaba encima de mí, besándome apasionadamente, ¿esto era real?, cuando reaccioné abrí los ojos como platos, y de inmediato intenté apartarlo de mí, pero fue imposible, Milan me hundía más en la cama impidiendo cualquier movimiento de mi parte.

—¡Milan, para! —grité horrorizada cada vez que su boca se separaba un poco de la mía, para tomar aire.

—Ya no puedo Crys —su voz era agitada—. Te deseo.

—¿¡Qué!? —le pregunt&

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