El teléfono suena varias veces hasta que Karin contesta de mala gana, sabía quien era y eso le conflictuaba mucho.
—¿Hola? —contesta.
—Esta noche comenzará todo —le dice aquella mujer.
Hace meses que esa mujer la había contactado ofreciéndole una enorme cantidad de dinero que para que alejara a Bastian de Crystalle, en cuanto supo de él, no lo pensó dos veces, no lo hacía por el dinero, lo hacía porque lo amaba, con toda su alma, y lo quería de vuelta.
—¿Qué habrá esta noche? —Karin pregunta mientras se ve en el espejo.
—Haremos una cena familiar
El ambiente estaba más hostil de lo que ya era, mi madre servía la cena con una sonrisa enorme, Brandon no llegaría hasta más tarde, por lo que su lugar lo tomaría ella, a su lado estaba el ama de llaves, frente a ella yo, a mi lado Milan, mientras que Karin y Bastian se habían sentado juntos frente a nosotros, Saskia no quiso cenar en casa, como ya era costumbre, pasaría la noche con Erick, y Tony había quedado de verse con los chicos en un billar, por lo que no me quedaban muchas opciones para entablar conversación con alguno de ellos.El ama de llaves nos obligó a sentarnos de ese modo, yo no puse objeción alguna porque estaba celosa de Karin, en una escala de los más guapos, ella era un diez, en cambio yo, un ocho. Estábamos cenando mientras mi madre hablaba de sus anécdotas de niñ
Todo me da vueltas, Bastian había tenido un hijo con Karin, y yo no lo sabía, ¿existía todavía? ¿Dónde estaba? Bastian me había mentido todo este tiempo. Entro a mi habitación pero antes de que pudiera cerrar, él entra y me toma del brazo.—¡Sueltame! —le grito zafandome.—Crys, hablemos —me ruega con la mirada— no es lo que crees.—¿No? —cruzo los brazos— ¿me vas a decir que no sigues amando a Karin?Bastian guardó silencio unos segundos y después bajó la mirada.—Lo sabía —murmuro molesta.
La luna estaba por lo alto, mientras veía las llamas del fuego bailar gente a mí, después de escuchar los reclamos y llantos absurdos del ama de llaves, esa mujer se fue al hotel, asegurándome que lo lamentaría, y que mi abuelo estaría decepcionado de mí, también nos amenazó con quitarnos todo, eso era algo que me preocupaba, pero ya pensaríamos en algo, habíamos decidido seguir con el campamento sin el ama de llaves, y a él se nos unieron después todos mis amigos, Saskia se había encargado de invitarlos, ya que en una semana entraríamos a la Universidad.Verlos reunidos a todos, conviviendo y mostrando su lado más humano, era algo que siempre recordaría.Después me enteraría que el anillo Bastian lo hab&i
La mañana llegó y al ver mi reflejo en el espejo me emocioné, todo había sido tan repentino y les sorprendió a muchas personas, no era fácil arreglar una boda de la noche en la mañana, había que mandar avisar a todos, la madre de Bastian se encargó de preparar un pastel exprés, Saskia y Erick se encargaron de invitar a todos, le había telefoneado a mi padre pero nunca me contestó, por lo que Brandon sería el que me entregaría en el altar, el ama de llaves al enterarse de todo hizo las maletas y me amenazó con dejarnos en la ruina, pero yo sabía que solo hablaba su miedo.Nuestros amigos más cercanos estaban invitados, la boda se realizaría en nuestro enorme patio, y el altar lo había pedido frente al árbol de cerezos. Era temprano y había sali
Mi corazón palpitaba a mil por hora en cuanto bajé tomada del brazo de Milan, Brandon se veía muy guapo, elegante, y nervioso, en cuanto me vio, abrió los ojos como platos, estaba parado a la entrada y de fondo se escuchaba la canción de nupcias.—Te ves muy hermosa, Crys —me dice con ternura.—Gracias, creo que es tu primer ensayo para cuando mi hermanita se case —sonrío nerviosa.—Eso ya lo veremos —Brandon frunce el ceño.Me indica que lo tome del brazo para salir y hago eso, pero entonces recuerdo a aquel niño rubio que me curaba las heridas cuando me lastimaba por jugar en la calle, aquel que me ayudaba a estudiar y con el que crecí
Cuando Milan y yo eramos niños, se pasaba todo el tiempo cuidando de mi, un día, estando en el jardín de niños, mientras yo jugaba en el carrusel y observaba al niño que me llamaba la atención, Milan no apartaba la mirada de mí, tomé valor y me bajé del juego para decirle que me gustaba, y cuando lo hice, el niño me rechazó, por lo cual me dirigí al patio trasero y me escondí detrás de un árbol y lloré.Aún recordaba todo como si hubiera sido ayer.—No llores Crys —Milan me abrazaba pero yo no paraba de llorar.—Si lloro —le di un manotazo para que me dejara en paz— nadie se va a querer casar conmigo como en los cuentos de hadas.
Milan estaba sentado en una de las sillas, observando como cada uno de los invitados se marchaban ataviados con sus costosos atuendos, los meseros y demás personal se encargaban de recoger las cosas, ¡ojalá pudieran levantar los pedazos de su corazón! Pensó para sus adentros. Porque era cierto, hoy su corazón había muerto para siempre, ¿qué podía hacer? Amaba a Crys con toda su alma pero adoraba verla feliz, y hoy lo estaba, más que nunca, y no iba a ser él quien le arruinara su felicidad. Cuando estaban caminando directo al altar para entregarla, por su mente pasaron como ráfagas, miles de pensamientos para impedir la boda, desde tomarla de la mano, huir de ese lugar, hasta de raptarla en su noche de bodas, pero al ver de reojo su sonrisa, y el brillo en sus ojos cuando ella vio a Bastian parado frente a ella, todos esos malos pensamientos se esfuma
Aquella chica que había entrado a nuestro hogar, se trataba nada más y nada menos que de la hermana menor de Ramiro, cosa que nos llevó una enorme sorpresa, pensaba que el abuelo no había tenido más que un hijo, pero al parecer mi familia lejana ocultaba más secretos de los que podía soportar en estos momentos. Se trataba de una chica de tez muy clara, cabello negro y corto, lacio, ojos color miel, labios gruesos que invitaban a cualquier chico ser probados, y por la forma en la que se vestía, era el tipo de chica que no sigue las reglas, rebelde, una adolscente incomprendida y reprimida.—Vaya, hermanito, ¡que bajo has caído! —entra y se sienta en el sillón sin ningún permiso.—No puedes escapar de lo inevitable —suelta un enorme