Fue un día cargado de emociones perturbadoras para él, todas ellas generadas por la misma fuente: Kassidy Evans. Hacía mucho no sentía esa tempestad por dentro y la emoción que lo dominaba esa noche era la absoluta y sofocante ira. Kilian parpadeó un par de veces como saliendo de un trance cuando llegó frente al Avant—Gard casi sin darse cuenta, el bar quedaba a unas calles del edificio donde vivía Candace y lo visitaban juntos con frecuencia. Era un lugar de paredes decoradas con obras de arte hechas a mano inspiradas en Kandinski y con carteles de la época soviética, buena música en vivo y un ambiente agradable. Lo que necesitaban después de una semana llena de trabajo cuando no querían ir a los mismos lugares de siempre y encontrarse con demasiados conocidos.Pidió un mahattan a la chica de la barra y le dio el primer trago, disfrutando de la combinación del vermut junto al whisky en su garganta, su bebida favorita. Pero ni siquiera eso pudo tranquilizarlo. También intentó disfrut
A Kilian se le había hecho muy difícil conciliar el sueño y lo había logrado hacía solo por un par de horas, por lo que despertó sintiéndose más cansado que antes de irse a la cama. Al bajar a la cocina y notar en Mary una mirada acusadora, supo que debía dar muchas explicaciones por no ponerse en contacto con ella en todo el día de ayer. Ella había sido más que una madre para él en los peores momentos de su vida y por lo que parecía, seguiría siendo así y por ello le guardaba la mayor de las consideraciones y agradecimiento, por ello, ahora tenía que anticiparse a sus reclamos.—¿Cómo amaneció mi linda y maravillosa Mary? —dijo acercándose meloso, con una dulce sonrisa y depositando un beso en su mejilla. Ella ni se inmutó—. Lamento no haberte llamado ayer, pero tuve un día intenso y debía...—Tranquilo. —Detuvo a Kilian con la mano y a su vez se movió con agilidad por la cocina, sirviéndole el desayuno—. Me enteré de que estuviste un momento con Candace, ella sí me llamó para no pre
Ellas estuvieron casi toda la mañana con el médico que les recomendó el abogado la noche anterior, con quien tenían que verse en casa de los padres de Candace y entregarle el parte correspondiente ese mismo día por la tarde.No fue tan incómodo como Kassidy temía. De hecho, el doctor fue muy comprensivo cuando ella se cohibió un poco mientras realizaba su revisión. Le hizo varias preguntas mientras llenaba el formulario y la felicitó por su valentía, pero no dejó pasar el comentario de que lastimosamente, muy pocas personas denunciaban estos hechos. Sin embargo, ella no se sentía valiente ni mucho menos, pero ya la habían convencido de que debía hacerlo como una medida de precaución. Él también sugirió solicitar ayuda profesional con un psicólogo, pero se negó en redondo, porque pese a como la veían los demás, ella no se veía a sí misma compartiendo aquella situación con otro extraño. Llegaron después del medio día a casa de los padres de Candace donde la estimaban mucho. Según ello
Kilian sintió sus labios y gimió de satisfacción sobre su boca, porque se atrevería a decir que sus besos sabían aún mejor de lo que recordaba. Por un segundo habría jurado que le devolvió el beso, sin embargo, cuando intentó rodear su cintura para sentirla un poco más le percibió tensa como una barra de metal y se sintió culpable por haberlo hecho.—¿Cómo está tu... ella y el bebé? —preguntó alejándose de él y evitando mirarlo.—Ambos igual, el médico dice que lo único que se puede hacer es esperar.Ella asintió mientras ordenaba una línea de perfumes y maquillaje que ya estaban prolijamente alineados.—Espero que despierte pronto. —Yo también.—Entonces no vuelvas a besarme —dijo con reproche.Él se acercó para aclararle lo que sea que estuviese asumiendo, pero ella volvió a alejarse.—Kassidy...—Es tarde ya y mañana ambos tenemos que trabajar.—¿Me estás echando? —preguntó entre divertido, sorprendido y demasiado cabreado como para no volver a ir en su dirección. Entonces, la su
Kassidy salió temprano y casi a hurtadillas de su habitación, aunque se sintió tonta al encontrar la colcha doblada a la perfección sobre el sofá y a ningún Kilian a la vista, tampoco Mary parecía andar cerca. Sus nervios se diluyeron de inmediato y salió a la mañana fría, pero el viento que azotó su rostro fue vigorizante. Tomó su auto y fue hasta un local llamado Tutti Frutti a un par de calles de allí. El lugar favorita de su amiga y ella desde que se mudaron a la zona y pidió un jardín de edén que consistía en una gran variedad de frutas frescas. Mientras comía una porción de kiwi se sintió observada y eso le provocó que se le erizara la piel. Volteó nerviosa hacia un punto fuera de la pared de vidrio a su izquierda y no pudo distinguir a nadie en especial.Quizá había sido mala idea salir sola y sin avisar a su amiga, considerando cómo estaban las cosas, pero se sentía asfixiada, incómoda y con la llegada de Kilian era peor, ese beso la había puesto de cabeza. Hacía mucho no dab
Kilian salió de su oficina cerca de las cinco con el objetivo de pasar un par de horas en el hospital, pero antes, quería darse un baño en casa y llamó a Mary para avisarle que estaría ahí pronto.Llegó en poco tiempo y al entrar a la cocina encontró una nota de ella diciendo que llegaría en unos minutos. Tomó el pequeño papel y lo lanzó a la papelera, retomando el camino hacia las gradas que lo llevaban a su habitación mientras recordaba todo el trabajo extra que implicó tener listo lo que necesitaba para el siguiente día. Debía prepararse en muchos sentidos, porque sabía que Kassidy acudiría hecha una fiera a la reunión. Clara recibió la llamada de Cole & Asociados confirmando la cita a las ocho de la mañana y eso lo llenó de nerviosismo, porque esperaba que ella pidiera hablar con él, pero respiró aliviado cuando no fue así. Se metió a la ducha y se tomó más tiempo del necesario, debido a que cada vez que en su pensamiento invocaba a Kassidy Evans, su cuerpo se encendía igual que
Kilian no quería que nada arruinara ese momento. Sabía bien que tenían mucho que aclarar y aunque temía ser el primero en romper la perfecta burbuja, la duda lo estaba matando en igual proporción que lo hacía el deseo de seguir teniéndola consigo. Y no pudo soportarlo más, así que se lanzó al vacío con todo y repercusiones al preguntar: —¿Por qué te fuiste aquella mañana? Sintió perfectamente el momento en que el delicado cuerpo se tensó sobre él. No era un buen indicio, pero ya no había vuelta atrás y debía saberlo. Desde ese día todo cambió para él y aún no entendía en qué había fallado.—Tuve miedo, no me sentía preparada. —Se sentó sobre la cama y se acomodó el cabello dándole la espalda—. Cuando te vi dormido a mi lado, me paralicé. Sentí que no podía con todo aquello. Eso y recordar tus palabras de la noche anterior hicieron que me diera cuenta de que no era merecedora de esos sentimientos. —No tiene sentido, te entregaste a mí, no lo soñé —dijo Kilian sentándose, apoyando su
Kilian abrió los ojos, extendió su cuerpo desperezándose y se sobresaltó al descubrir a Max sentado frente a él. Se encontraba al otro extremo de la habitación a media luz, alzando una de sus cejas con una expresión de burla, desconcertándolo aún más. Solo tardó unos segundo en recordar que seguía en el hospital. —¿Qué? Sé que soy un poco atractivo, Max, pero te digo desde ya que no eres mi tipo. —Ni tú el mío, no te preocupes. Se me hace divertido que después de tantos años, aún no hayas dejado la mala costumbre de hablar dormido. Déjame decirte que sigues siendo muy elocuente —dijo negando con la cabeza y sonriendo. Kilian se congeló por un segundo y cerró los ojos nuevamente. Los dos primeros años compartieron habitación en la casa de la hermandad y Max le fastidió muchos planes por el mismo motivo, aunque él nunca había podido evitarlo. —¿Así que la fierecilla volvió a tu vida? —Me lleva el diablo —musitó avergonzado, reprimió el siguiente insulto y se limitó a asentir. S