Kilian sintió sus labios y gimió de satisfacción sobre su boca, porque se atrevería a decir que sus besos sabían aún mejor de lo que recordaba. Por un segundo habría jurado que le devolvió el beso, sin embargo, cuando intentó rodear su cintura para sentirla un poco más le percibió tensa como una barra de metal y se sintió culpable por haberlo hecho.—¿Cómo está tu... ella y el bebé? —preguntó alejándose de él y evitando mirarlo.—Ambos igual, el médico dice que lo único que se puede hacer es esperar.Ella asintió mientras ordenaba una línea de perfumes y maquillaje que ya estaban prolijamente alineados.—Espero que despierte pronto. —Yo también.—Entonces no vuelvas a besarme —dijo con reproche.Él se acercó para aclararle lo que sea que estuviese asumiendo, pero ella volvió a alejarse.—Kassidy...—Es tarde ya y mañana ambos tenemos que trabajar.—¿Me estás echando? —preguntó entre divertido, sorprendido y demasiado cabreado como para no volver a ir en su dirección. Entonces, la su
Kassidy salió temprano y casi a hurtadillas de su habitación, aunque se sintió tonta al encontrar la colcha doblada a la perfección sobre el sofá y a ningún Kilian a la vista, tampoco Mary parecía andar cerca. Sus nervios se diluyeron de inmediato y salió a la mañana fría, pero el viento que azotó su rostro fue vigorizante. Tomó su auto y fue hasta un local llamado Tutti Frutti a un par de calles de allí. El lugar favorita de su amiga y ella desde que se mudaron a la zona y pidió un jardín de edén que consistía en una gran variedad de frutas frescas. Mientras comía una porción de kiwi se sintió observada y eso le provocó que se le erizara la piel. Volteó nerviosa hacia un punto fuera de la pared de vidrio a su izquierda y no pudo distinguir a nadie en especial.Quizá había sido mala idea salir sola y sin avisar a su amiga, considerando cómo estaban las cosas, pero se sentía asfixiada, incómoda y con la llegada de Kilian era peor, ese beso la había puesto de cabeza. Hacía mucho no dab
Kilian salió de su oficina cerca de las cinco con el objetivo de pasar un par de horas en el hospital, pero antes, quería darse un baño en casa y llamó a Mary para avisarle que estaría ahí pronto.Llegó en poco tiempo y al entrar a la cocina encontró una nota de ella diciendo que llegaría en unos minutos. Tomó el pequeño papel y lo lanzó a la papelera, retomando el camino hacia las gradas que lo llevaban a su habitación mientras recordaba todo el trabajo extra que implicó tener listo lo que necesitaba para el siguiente día. Debía prepararse en muchos sentidos, porque sabía que Kassidy acudiría hecha una fiera a la reunión. Clara recibió la llamada de Cole & Asociados confirmando la cita a las ocho de la mañana y eso lo llenó de nerviosismo, porque esperaba que ella pidiera hablar con él, pero respiró aliviado cuando no fue así. Se metió a la ducha y se tomó más tiempo del necesario, debido a que cada vez que en su pensamiento invocaba a Kassidy Evans, su cuerpo se encendía igual que
Kilian no quería que nada arruinara ese momento. Sabía bien que tenían mucho que aclarar y aunque temía ser el primero en romper la perfecta burbuja, la duda lo estaba matando en igual proporción que lo hacía el deseo de seguir teniéndola consigo. Y no pudo soportarlo más, así que se lanzó al vacío con todo y repercusiones al preguntar: —¿Por qué te fuiste aquella mañana? Sintió perfectamente el momento en que el delicado cuerpo se tensó sobre él. No era un buen indicio, pero ya no había vuelta atrás y debía saberlo. Desde ese día todo cambió para él y aún no entendía en qué había fallado.—Tuve miedo, no me sentía preparada. —Se sentó sobre la cama y se acomodó el cabello dándole la espalda—. Cuando te vi dormido a mi lado, me paralicé. Sentí que no podía con todo aquello. Eso y recordar tus palabras de la noche anterior hicieron que me diera cuenta de que no era merecedora de esos sentimientos. —No tiene sentido, te entregaste a mí, no lo soñé —dijo Kilian sentándose, apoyando su
Kilian abrió los ojos, extendió su cuerpo desperezándose y se sobresaltó al descubrir a Max sentado frente a él. Se encontraba al otro extremo de la habitación a media luz, alzando una de sus cejas con una expresión de burla, desconcertándolo aún más. Solo tardó unos segundo en recordar que seguía en el hospital. —¿Qué? Sé que soy un poco atractivo, Max, pero te digo desde ya que no eres mi tipo. —Ni tú el mío, no te preocupes. Se me hace divertido que después de tantos años, aún no hayas dejado la mala costumbre de hablar dormido. Déjame decirte que sigues siendo muy elocuente —dijo negando con la cabeza y sonriendo. Kilian se congeló por un segundo y cerró los ojos nuevamente. Los dos primeros años compartieron habitación en la casa de la hermandad y Max le fastidió muchos planes por el mismo motivo, aunque él nunca había podido evitarlo. —¿Así que la fierecilla volvió a tu vida? —Me lleva el diablo —musitó avergonzado, reprimió el siguiente insulto y se limitó a asentir. S
Kassidy regresó al apartamento de Candace con Mary. Necesitaba hablar con ambas y fue tan cobarde, que en todo el rato estando juntas, no se atrevió a decirle al menos a ella una palabra al respecto. Como su amiga aún no volvía de su tienda, le dio tiempo de darse un buen baño mientras la señora veía televisión en la sala.Al salir de la ducha, se dio cuenta de que toda la ropa que se quitó estaba impregnada con el aroma de Kilian. Olía a cítricos, madera y cuero, el mismo que la hechizó desde el primer momento que lo percibió en él siendo todavía unos adolescentes.Allí estaba ella con una sonrisa bobalicona y la nariz enterrada en su blusa cuando su amiga entró a su habitación de repente, ocasionando que saltara en su lugar y gritara asustada.—¡Pensé que te había pasado algo! —Entró agitada, ignorando el gesto de su amiga que la miraba de mala manera—. Hace rato te estoy llamando, toco tu puerta y no respondes. Si no fuera por Mary me habría vuelto loca. —La observó como solía hace
Como cada martes, Kassidy entró a su oficina esperando encontrarse con su flor favorita. Desde que regresó a la ciudad tres años atrás, recibía un tulipán blanco a la semana. Asumía que era un detalle de parte de Roger padre; un hombre muy dado a esas muestras de afecto hacia las personas que estimaba.Pero lo que se encontró sobre el escritorio fue un enorme arreglo de muchos tulipanes amarillos y en el centro, uno blanco, su favorito. Todos ellos dentro de una base cuadrada de cristal. Se acercó sobrecogida y tomó la tarjeta con bordes dorados que posaba entre las flores y leyó: “Al conocerte, iluminaste mi mundo y tu sonrisa que es tan difícil de obtener, hizo brillar mis días de juventud y otra vez, mi noche de ayer. Gracias por eso. La dinámica cambió. A partir de este martes te invito a conocer el impacto que causaste en mi vida desde entonces. Estas flores son una muestra de lo que hay en mi corazón para ti”.K.F. No supo cómo actuar, qué decir o pensar en ese instante. Kil
Kilian Por la tarde, ambos asistieron a la clínica puntuales y se hicieron los exámenes correspondientes. Se burlaron el uno del otro por el pavor que ambos sentían con las inyecciones, pero salieron airosos mostrándose las paletas que obtuvieron en el laboratorio por haber sido valientes ante la diversión del médico y las enfermeras que les siguieron el juego y no pararon de reír con ellos. Salieron a la espera de los resultados en los próximos días e informados sobre volver en unos meses y repetir algunos exámenes más. Según el médico, para ciertas enfermedades cualquier resultado podría ser inexacto y al volver se aseguraban de que eso no ocurriera con ellos. Ambos recibieron el mensaje de Candace avisándoles que ya estaban esperándoles en su departamento para la reunión que él propuso y se dirigieron allá en el auto de Kassidy. Al llegar, subieron el ascensor en silencio, igual que desde que tomaron la carretera. Pero sus miradas exponían lo que sus bocas no articulaban. Kil