KassidyEl trayecto transcurrió en ese silencio cómodo que hay entre dos personas que no necesitan aclarar más el cambio que se requiere para que todo vuelva a su cauce. Voces, risas y música lenta se escucharon hasta el estacionamiento cuando Kassidy y el señor Montes llegaron a la casa. Intercambiaron miradas de desconcierto, ya que la jornada de ese día no había ido nada bien como para que tuviesen ánimo ni energía para fiestas. Sin embargo, el hombre se despidió en la entrada, excusándose por la discusión que le esperaba en su hogar con su amada Lucía si no partía de inmediato. Lo que la hizo reír agradeciendo la justicia divina y aceptó su despedida, con el compromiso de reunirse en la empresa a primera hora. Vio salir el auto y en lugar de dirigirse a la puerta, caminó alrededor de la casa esperando que la parte trasera estuviese vacía, tan vacía como se sentía ella en ese momento. No tenía deseos de encontrarse ni hablar con nadie, solo quería perderse mirando las estrellas y
KassidyMientras Carlos avanzaba deprisa con ella tomada de la mano, el pasado la envolvió y se dio cuenta de todo lo que había dejado atrás en el momento en que aceptó comprometerse con Roger en una relación exclusiva. No le molestaba compartir su vida con él, pero en la medida que el tiempo transcurría se evidenció que nunca fue suficiente para ninguno de los dos y ella decidió no darle importancia. Cuando empezaron a salir en la universidad, apenas lo veía y ambos hacían lo que les apetecía. Podían pasar semanas sin verse, sin problema, dramas, discusiones, ni reproches. Esa falsa libertad la atrajo y, claro, nadie le dijo que esa falta de interés en él por estar juntos, se debía a que se inclinaba por otro tipo de compañía. Excepto Carlos. Pero no le creyó, pensando que lo motivaban los celos. Carlos, era su vecino en el edificio de estudiantes donde residía que se convirtió en su compañero en varias clases y luego en su amigo. Siempre le hablaba de sus conquistas y la invitaba
Las negociaciones avanzaron, jornadas casi interminables saturaron el tiempo de ambas partes analizando cada pequeño detalle para lograr un acuerdo beneficioso. Los días pasaban y el ambiente llegó a distenderse a tal grado entre ambos equipos de trabajo, que la desconfianza que generó lo de Montes, se transformó en camaradería tanto en la empresa como fuera de ella. Cuando les era posible, salían a divertirse, deleitándose con música de mariachis y actividades propias del lugar, degustando sus platillos con devoción, disfrutando del clima y de toda su cultura. —Por fin hiciste desaparecer esa expresión, querida —dijo Josh en tono juguetón mientras se colocaba productos en el rostro.—Sí —respondió para simular que le prestaba atención entretanto respondía un correo.—Creo que tomaste una mala decisión. —¿De qué hablas? —Kassidy no dejaba de teclear frente a su computadora, sentada sobre la cama y rodeada de documentos. Era como pasaban las noches hasta que el sueño los vencía, si
KassidyEl espejo le devolvió el reflejo del miedo, la obstinación y la necesidad de regresar el tiempo sin dudarlo. No solo unas horas, su deseo de retornar al pasado se remontó a la época cuyo mayor problema era una mala elección de vestuario que iba en contra del clima, a sus tardes preferidas cuando su padre se sentaba en el patio los viernes por la tarde a cantarle y, su madre regresaba del trabajo aprisa para unirse a la reunión familiar. Había sido hace tanto que ya las escenas se tornaban difusas en su cabeza, a excepción de los sonidos de sus voces entre risas y música.Ahora no estaba la mujer en la que soñó convertirse. Cada vez que se encontraba en momentos similares se sentía ajena a esos sueños, como si la vida se tomara el tiempo de sentársele enfrente a proponerle opciones maravillosas para escoger y de pronto, se transformara en un ser oscuro burlándose de ella y arrebatándole lo escogido por puro placer. Ni siquiera estaba segura del por qué se veía a sí misma tan l
KassidyHabía sido la reunión más corta en toda su carrera profesional y en lugar de disfrutar de otro de sus logros, lo único que saboreó fue la hiel de sentirse desplazada debido a su elección.Las burbujas danzaron en la copa, llevándola por esos recovecos mentales que tenemos todos al sufrir por amor, esos que nos llevan a evocar el pasado para regodearnos en el dolor y en la pérdida. Recordó la primera vez que se vieron y él tartamudeó al saludarla frente a sus amigos, logrando la burla del grupo de adolescentes. Era como si estuviese allí de nuevo, sintiendo el rubor en sus mejillas ante el intento fallido de mostrar seguridad al devolver el saludo, hasta que alcanzó con esfuerzo un murmullo que la obligó a decir tres veces su nombre y pudo escuchar a Kilian repetirlo, mientras él sostenía su mano por más tiempo del adecuado. Eran unos niños entonces, pero lo supo. Ese fue el instante en que se dio cuenta de que estaba perdida y aunque luchó por muchos años consigo misma para q
La periodista Susan Cohen tenía fama de conseguir las primicias de los artículos de más impacto del medio a cualquier precio. Aunque en esta ocasión y considerando que había recibido una mano del hijo del magnate, Roger Cole, lo justo sería decir que le estaba saliendo demasiado caro. Era verdad que las conexiones de Roger hijo le habían sido invaluables en muchas ocasiones, pero lo que pedía a cambio en esta en especial, la empezaba a asustar si tomaba en cuenta los sórdidos lugares donde la citaba.—Ya te dije que aceptó, pero no está demasiado emocionado con mi compañía —susurró con nerviosismo la pelirroja, volteando a cada instante para no ser tomada por sorpresa. —Susan, no me importa si lo conviertes en tu amante de turno. Las puertas que he abierto para ti todo este tiempo no han sido un acto de caridad. Te advertí que me deberías favores a cambio y encontrar a la maldita arpía es uno de ellos. Mi padre está impidiendo que sepa su paradero, así que el único rastro que me qued
El nerviosismo de Kassidy era tan evidente, que tuvo que aceptar con bochorno ante el señor Montes que no estaba nada preparada para ese encuentro. Todo su grupo se encontraba a la expectativa y, por si fuera poco, también veían con curiosidad su extraño comportamiento. Incluso aceptó rauda la propuesta de Carlos de que sería mejor verlo después que el resto, en privado. Aceptó entrar a una oficina contigua de vidrios tintados, donde preparaban parte de las bebidas como recibimiento para pequeño grupo del nuevo propietario. Se había enterado por Josh que él no viajaba solo, sino con una periodista. Solo esperaba que quien lo acompañara fuese uno de sus conocidos en la prensa, ver una cara amiga a su lado palearía un poco su cobardía y le daría espacio para sentirse dueña de sí misma. Se encontraba sonriendo junto a una de las chicas que estaban en el recinto cuando notó su figura de perfil. Su corazón se aceleró de tal forma que tuvo que sostenerse de la mesa más cercana. Lo vio so
El aire tibio chocó con ambos rostros cuando salieron a la calle tomados de la mano, pero la sonrisa de Kilian desapareció, pues fue en ese mismo instante en que se dio cuenta de la importancia de ese momento. De esa noche dependía su futuro, si es que había esperanza alguna en soñar en algo como eso. No solo se trataba de usar las palabras adecuadas, era el lugar, la intensidad en que ambos lo desearan y se preguntó si querría pasar la noche con él o se iría en mitad de la misma, dejándole el ego herido como siempre. Dada su situación con Anna, también se preguntó si habría elegido al abogado en su lugar y se respondió al instante al atar cabos. ¡Claro!, era por eso que él la había besado en su cara, infundiéndole valor para partirle el corazón mediante una despedida. Dándole espacio para que se fuera con él y hacerlo en privado. Tanta confianza le tenía...Pero él había llegado con una misión, decidido a que cualquier cosa que ella dijera para huir, él la rebatiría y la convencerí