Ian Hamilton, es uno de los hombres más codiciado de todos los estados, principalmente del estado que lo vio nacer desde pequeño hasta que hizo cada una de las profesiones que hoy en día tiene hechas. Es dueño de una cadena de hoteles, y sobre todo es uno de los mejores amigos de Jared Baudelaire, la persona que lo vio crecer y que en algunos casos lo ayudó con sus cosas.
Tenía poco menos de doce años cuando conoció a ese hermoso niño de ojos azules como los de su padre Dylan McDaniel de Baudelaire, y que en poco tiempo lo había cautivado... pero no de la forma en la que todos pensaban que era.
Su objetivo era simple. Vengar la muerte de sus padres aunque sea lo último que haga en la vida.
Noah McDaniel Baudelaire, es un niño que lamentablemente nació con serios problemas a la hora de hablar, su sentido del habla se ve afectado porque no fue desarrollado correctamente y algunas veces puede perder el habla sin haberlo deseado, por lo que los doctores le detectaron afonía.
No todo lo que brilla es hermoso, no todas las personas que conocemos son lo que aparentan ser en verdad, no todo lo que queremos lo podemos tener.
— La venganza es dulce y se sirve en un plato frío.
Noah puso los ojos en blanco cuando su hermano volvió a dejar por quinta vez su mochila en el piso porque no le gustaba como le quedaba el uniforme, en ese momento deseo tener la paciencia de su padre Dylan.
Noah estaba de lo más nervioso, no quería que su primo Ian llegara a su casa, no le agradaba para nada tenerlo cerca de sus límites de seguridad y por obvias razones que tiene. Las veces que ambos habían estado solo, no las quería mi recordar y ahora que estaba de regreso en el estado sabía que no la pasaría mejor que como se la pasa en la escuela con los amigos de su hermano que solo sirven para burlarse de él cuando Oliver se da la vuelta.
Casi suelta un gruñido cuando intentó agarrarse de algo que no fuese las malditas ramas del árbol que daban a la habitación de su amado. Todo lo que tenía que hacer por ese niño que ese día lo miraban con el rostro lleno de tristeza. Los labios de Ángel se movían al mismo ritmo que los de Oliver o al menos trataba de hacerlo. Después de una intensa conversación entre ambos ahora se encontraban sobre la cama del menor besándose de una forma poco apropiada para un adolescente de trece años. El día pasó rápido para todos en la casa, Ian ya no estaba por lo que Noah ya no tenía que hacer nada más que dormir por largas horas después de lo que pasó en la noche de tormenta en la casa del omega. Ian estaba sentado en el piso a un lado del cuerpo de Noah pasaba de forma distraída las yemas de sus dedos por la espalda de este pensando en las cosas que han pasado en los últimos días en los cuales han estado juntos sin la necesidad de usar la fuerza bruta en el pequeño omega. Los gemelos Oliver y Noah llegaban mucho abrazados, sentándose en el césped sin importarles el clima que se estaba empleando.No necesitaban hablar, con sólo estar así sabían que se necesitaban el uno con el otro. Besó el cabello de su hermano, sintiendo como la respiracióCapítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Los estudiantes se fueron marchando poco a poco de la escuela, dejándolos a ellos parados esperando que sus padres llegasen por ellos para poder irse de allí, por suerte ninguno había hecho algún comentario sobre las flores que Ángel tenía en sus manos.Paola había ido po