Capítulo 6

Ian estaba sentado en el piso a un lado del cuerpo de Noah pasaba de forma distraída las yemas de sus dedos por la espalda de este pensando en las cosas que han pasado en los últimos días en los cuales han estado juntos sin la necesidad de usar la fuerza bruta en el pequeño omega. 

Sabía en lo que se estaba metiendo desde el primer momento que entró en la vida de Dylan, después de la muerte de sus padres. Ahora que había pisado terreno peligroso al estar cerca de Noah, debía de tener cuidado.

Noah  se volvió algo primordial en su vida, era por la única persona que se había dedicado sin darse cuenta a una fábrica de Nutella, y no a la mala vida de lleno.

Era increíble como ese niño de ojos claro podía cambiar a alguien en un abrir y cerrar de ojos, la forma en la que se entregaba cuando estaba excitado o cuando quería era única y más aún por los gemidos que dejaba salir cuando estaban solos, justo como ese día.

Le dio una breve mirada a los documentos que estaban sobre el escritorio, se levantó del piso completamente desnudo y los leyó. El asombro en su rostro no se hizo esperar al ver las fotografías.

Cerró la carpeta de golpe, se giró hacia donde estaba Noah recién despertando de su siesta. No esperó a que éste se sentara del todo bien en el sofá, lo llevó hacia el baño para darle una pequeña pero larga ducha. Según Ian, para ahorrar agua. 

Cuando Ian fue a dejar al chico en su casa ninguno se salvaron del sermón que Dylan les echó encima por su falta de responsabilidad entre ambos. 

Ian pidió hablar a solas con Jared, y éste sólo le dijo que podían irse a su despacho. Desde que estuvo solo su hermano Oliver le pidió de inmediato los apuntes, pero no se fue a su habitación sino que siguió a su hermano hasta su habitación mirando su forma de caminar.

— Le diré a papá Jared que has estado teniendo sexo con alguien — dijo Oliver, cerrando la puerta detrás de él — Pero que sobre todo te quite los privilegios que tienes, hermano.

¿Estás demente? — Preguntó Noah, con sus mejillas sonrojadas — Nunca he tenido sexo con nadie.

Eso dices ahora, hermanito — le guiñó un ojo — Pero solo usas tus manos cuando estás nervioso justo como ahora — bromeó.

No he tenido sexo con nadie — volvió a repetir — Así que deja de decir estupideces y llévate mi cuaderno. — se sentó con la cama, ocultando un poco su malestar.

— Le diré a papá Jared — le sacó la lengua — A menos que me hagas un favor, hermanito — se tiró a la cama y luego apoyó su cabeza en el regazo de este.

¿Qué quieres de mí? 

Quiero que me digas cosas que quizás le guste a un chico — sonrió — Debes de saber.

¿Cómo es ese chico? — ya tenía una idea de quién era. 

— Pues es bajito, mucho  más bajito que tú, tiene ojos marrones, el cabello casi por los hombros rizado y una sonrisa de bebé y pronto cumplirá catorce años…

— Si, ese es Ángel — bufó — ¿No p-podías s-solo d-decir su n-nombre?

— Nop — negó, divertido — Me gusta hablar de él.

— ¿Y yo que t-tengo que ver en e-esto? 

— Porque tú eres el experto en estas cosas cliché y también que te gustan las mismas cosas que Ángel — dijo, con obviedad — Ayúdame, por favor.

— Te a-ayudaré — dijo al fin — P-pero a-antes te d-darás un b-baño. A-Apestas — arrugó la nariz.

— Sólo huelo a sudor y a semen — se quejó y Noah rodó los ojos empujándolo al suelo — No tenías que ser agresivo con tu hermano mayor, animal — fingió tener inocencia.

Solo eres mayor que yo, por solo unos diez minutos — se puso de pie — Ahora vete pica piedra.

— Iré con recursos humanos, justo ahora — caminó hacia la puerta.

Noah  negó con la cabeza y caminó hacia el baño para darse un baño también. Aunque no tenía el olor que tenía su hermano después de estar usando mano imaginado que era de Ángel. 

El único olor que tenía en su cuerpo era el de Ian y era porque habían pasado tiempo demás juntos y eso podía crear ciertas cosas mal pensadas por parte de su Dylan, que no confiaba del todo en Ian como para confiar.

Cuando estuvo listo salió de la habitación para ir a la de su hermano, encontrándose con Ian y con su padre subiendo las escaleras. Este le guiñó un ojo y siguió su camino.

— Hola, hermoso hermanito — la voz de Oliver le hizo dar un salto — ¿Qué tienes en mente para tu sensual hermano? — Pasó uno de sus brazos por los hombros — Ahora seré tu esclavo.

Lo primero que harás por mí, será que me hagas la clase de economía — Oliver le sacó la lengua y luego entraron a la cocina — Iremos al jardín, pero lleva comida para mí, esclavo. 

Oliver lo miró, pero no dijo nado. Lo siguió hacia el jardín trasero olvidándose de la cena, la cual ninguno de los dos habían probado.

— ¿Hacia dónde van ustedes dos? — preguntó Dylan, llegando detrás de sus hijos.

— Iremos al jardín, papá — sonrió Oliver — No haremos nada malo.

— No confió en ti, Oliver y eso lo sabes — le sonrió, de la misma forma — Espero que mi jardín quede a salvo de sus garras o sino los matare a ambos.

— ¿Te atreves a matar a tus propios hijos por un estúpido jardín? — Abrió la boca a más no poder y luego se dio la vuelta para ver si veía a su hermano cerca — Por lo visto me mataras a mí porque Noah se fue y me dejó contigo.

— Créeme que confió más en Noah  y en los gemelos que en ti y en Alaric — palmeó su hombro — Ahora dime que harán en el jardín a esta hora, tu hermano y tú.

— Pues digamos que Noah  me ayudara en cosas del amor en las cuales soy un asco — se rascó la cabeza — Sólo quiero que me diga que cosas puedo hacer para mejorar y eso — se encogió de hombros.

— Me imagino que es por Ángel — Oliver asintió — Sólo ten cuidado, Oliver. Tienes la misma fama que tu padre y no quiero que salgas perjudicado.

— Sé que cometí muchos errores y que también hice muchas cosas  que ahora me pasan factura, pero estoy dispuesto a cambiarlas por Ángel, papá — dijo, sincero — Él es mi alma gemela y no pienso dejar que alguien más que no sea yo éste con él.

—  Me imagino que eres el chico por el cual cambiaron a Ángel de  escuela — volvió a asentir — Eres bueno disfrazando tu olor, pero debes de estar consciente de que solo tu alma gemela sabrá cuál es tu olor, aun cuando estés con otro.

— Lo sé, Ángel sabe cuál es mi olor… — se pasó la lengua por los labios.

— Alexander es muy astuto, desde que se dé cuenta de que alguno de sus dos hijos  tiene un olor en su cuerpo dará con Jared…, puede ser que de contigo después y no deseo que salgas perjudicado o que la amistad entre tu padre y él se acabe.

— Haré todo lo posible para que esto nunca suceda, papá — Dylan le sonrió — Tengo que irme con Noah.

— Ve — besó su frente — No se olviden de cenar — Le pasó los platos y Oliver fue hacia el jardín.

Noah estaba sentado frente al jardín de su padre Dylan, el cual estaba como si fuese un jardín de revista de alguna casa en venta, pero sobre todo un jardín de una casa de millonarios.

Toma las flores de color azul — tomó los platos y los colocó frente él —Son sus flores favoritas, me lo dijo una vez cuando estábamos aquí. 

— Por eso eres mi hermano favorito, hermoso Noah  — le lanzó un beso y fue en busca de las flores que este dijo.

Noah observaba como su hermano desprendía desde la raíz las flores, sin importar que dijera su hermano, éste tenía todo lo que tenía su padre Jared cuando era más joven o más o menos de su edad. Por esa razón era que su tío Alexander no simpatizaba con Oliver ni con Alaric cerca de sus hijos. 

Por esa razón, fue los mantuvo la mayor parte del tiempo mantuvo a sus hijos en diferentes escuelas. Pero, de nada le servía.

Noah comenzó a comer sin esperar a su hermano, su papá Dylan mataría a Oliver cuando viera lo que había hecho con una parte del jardín. Se divertiría  mucho viéndolo suplicar por su vida.

— ¿Estás seguro de que le gustan estas cosas? — Las dejó caer al lado de Noah  — Espero que tengas razón en esto, Noah.

— Siempre tengo razón, hermano. Ahora cena, tengo que seguir diciéndote cosas que desconoces de Ángel.

No puedes darme ordenes – gruñó — Soy tu maldito hermano mayor.

Eres bien estúpido para ser mi hermano mayor — le guiñó un ojo.

— Le diré a papá que te quite el andar con Ian — Noah  le enseñó el dedo del medio y se puso de pie para salir — Sé que lo te hace Ian, Noah  — este dejó de caminar y se detuvo.

— ¿Qué? 

— Lo sé desde los trece años — puso su plato encima del de Noah  y después se puso de pie — Lo comprobé una noche cuando dormías y comenzaste a gritar el nombre de Ian. Ni siquiera tartamudeaste cuando lo hacías, también puedo sentir tus emociones, hermanito — sonrió, triste — No eras muy disimulado cuando Ian entraba a la casa cada mes o cada seis meses buscabas formas de dormir conmigo…

— ¿Por qué nunca le dijiste nuestros padres? — movió sus manos de forma temblorosa.

— Algunas veces estabas triste y otras veces estabas feliz cuando estabas con él — lo abrazó — Supuse que era una etapa entre ustedes, pero después Ian trajo a una chica hace dos años, ustedes dejaron de hablarse y sentí tus emociones chocar contra mi… después de un tiempo supimos que ellos habían terminado y te sentí feliz — sintió las lágrimas de su hermano sobre su playera  — En verdad te gusta Ian… no, no te gusta, lo amas como si fuese lo único en la vida, claro después de mi — eso logró que Noah, riera a pesar de las lágrimas que no paraban de salir.

—  Lo s-siento — susurró — P-Perdóname, h-hermano.

— Esperaba que confiaras más en mí, Noah  — besó su cabello — Espero que seas feliz  y si tu felicidad es con Ian todo está bien.

— P-Pero s-somos p-primos — se separó de su hermano.

— Eso es lo de menos, Noah  — le guiñó un ojo — Si es por encontrar la felicidad todo es posible.

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