La cena resultó de lo más aburrida, mientras los adultos no dejaban de hablar de trivialidades, mi hermano mayor y Steve, no paraban de coquetear disimuladamente con las chicas de la escuela, por otra parte, Jean no dejaba de mandar mensajes y de recibirlos, cuando lo hacía, se le iluminaba el rostro y parecía idiota, algo me decía que se trataba de Alison, tenía que deshacerme de ella a como diera lugar.
Jean estaba tan entretenido al igual que todos, necesitaba un momento de distracción y faltaban dos horas para ir a una verdadera fiesta. Mis padres de pronto se pusieron de pie y se pusieron a bailar, mi hermano ya estaba en la pista de baile también con una chica guapa, los padres de Jean y de Steve platicaban y reían con otros señores que no conocía, de pronto, al fondo, cerca de las bebidas, estaba un mesero guapo, moreno, ojos azules, tal vez un poco mayor que yo, tres o cuatro años, per
Nunca había imaginado que esta noche sería una de las más divertidas de mi vida, cuando vi que Alison estaba en la casa de Jean, pensé que correría a sus brazos y le explicaría a su madre que es su verdadera novia y no yo, pero como era de esperarse de alguien tan cobarde como él, no lo hizo, solo se quedó como estatua viéndola sufrir, su madre no era una mujer tonta y algo en su mirada me decía que no se tragaba ese cuento de que ella era su amiga y yo su novia, así que por alguna extraña razón que desconocí en ese momento, pero que más tarde comprendí, me acerqué a ella y la abracé. —¡Alison! —ella me ve con asombro pero decide no decir ni hacer nada, ni siquiera me devolvió la muestra de afecto que por caridad y lástima le estaba donando, ¡la muy ingrata! Así que me alejé de ella y me dirigí a la madre de Jean—. Ella es Alison, va al colegio con nosotros, no es nada popular pero debi
—Se acabó —digo por fin mientras siento como mi mano tiembla. —¿Qué quieres decir? —Jean levanta la mirada y sus ojos... ¡Otra vez esa mirada! Puedo ver como voltea a mi lado y después hacia mí—. Vale está bien, lo siento... —¡No! —me pongo firme—. No lo sientes, acabas de decir lo que en verdad sientes y piensas de mí, tienes razón en todo, lo acepto, pero por lo menos no soy yo quien se esconde detrás de una máscara por miedo a que vean mi verdadero ser. —Bri... —Se acabó, eres un juego, sabes, mis amigas y yo siempre jugamos y por primera vez puedo decir que uno de mis experimentos ha fallado, porque no sirves —Jean vuelve a mirarme de una manera extraña. —No quise lastimar t
No entré a despedirme de la madre de Steve, quien me había comentado en el carro mientras me llevaba a casa, que sus padres se pelearon otra vez por teléfono, al parecer él está teniendo una aventura con una de sus clientas. Cuando estamos a quince minutos de llegar, Steve aparca cerca de la carretera, en donde casi no pasaban autos. —¿Ahora qué pasa? —pregunto volteando a verlo. —Pasa que quiero saber la verdad de porque han terminado tú y mi hermano —dice en un tono de voz algo hostil. —Ya te lo he dicho —aparto la mirada de él. —No me creo ese cuento. ¿Tiene que ver con esa chica horrible? —enarca una ceja. —No, es solo que cambié de idea.
Cuando abro los ojos, lo primero que veo es la luz del sol filtrándose por mi ventana, mi cuerpo se siente cansado, es como si una enorme roca me hubiera caído encima, me levanto pensando que todo lo que pasó anoche ha sido una terrible pesadilla, tenía que serlo, me convencí de ello. Me levanto y me doy cuenta de que traigo un pijama que pertenecía a mi colección favorita, me pongo con suma pereza las pantuflas de oso que me había comprado mi papá hace unos meses, y bajo para desayunar algo, la misma rutina aburrida de siempre. Mientras desciendo por las escaleras suelto unos cuantos bostezos. Al estar abajo antes de darme cuenta siquiera de voltear a la sala principal, me dirijo a la cocina. —¡Buenos días familia! —Grito, acercándome a la alacena de madera barnizada, saco mi cerea
Me tuve que obligar mentalmente para caminar, mis piernas se sentían tan débiles, y el piso parece tan lejano, que por momentos siento que esto solo se trata de una pesadilla. Cuando entramos al auto de mi hermano, Steve iba del lado del copiloto, mientras que Jean y yo estábamos en la parte trasera. Veía el paisaje que se me mostraba a través de la ventana, cuando siento que Jean me toma de la mano, yo fijo mi mirada en aquella acción, entrelaza sus dedos con los míos, y me sorprendo al ver como yo hago lo mismo, una calidez mezclada de emoción me llena el pecho, entonces su voz vuelve a retumbar en mi cabeza. "Aléjate, si sientes que te estás enamorando, aléjate" Suelto su mano bruscamente y vuelvo a ignorarlo. El funeral fue la
—¡Bájame, idiota! —comienzo a patalear pero mis esfuerzos son en vano. —No, tienes que vivir el luto —abre mi puerta, y me avienta prácticamente a la cama, sale y antes de marcharse me muestra la llave de mi habitación—. Tu hermano me la dio, dijo que la usara de ser necesario, y lo haré, no saldrás hasta que venga él. Jean cierra la puerta con llave y yo río por lo bajo. —Bien —resoplo—. Juguemos. Y diciendo esto saco la copia de la llave, que se encontraba debajo de mi almohada. Espero quince minutos. La saco y abro con cuidado, salgo a hurtadillas y cuando estoy por bajar me detengo en seco al ver como en la sala se encuentran Jean y Alison, «Eres un hijo de puta» suelto al ver que no solo estaban juntos, ¿en qué momento llegó?
Al llegar a la fiesta de Alba, todo estaba descontrolado, afuera estaban muchos de mis compañeros bebiendo, sin camisa, otros más fumando marihuana, incluso algunos estaban teniendo sexo detrás de los arbustos como si nadie los viera, cosa que no era del todo cierto, ¡claro que los veíamos! Menudo espectáculo sexual. Steve trató de tomar mi mano pero lo rechacé «Estás loco» pensé para mis adentros. Enseguida se escuchó el rechinar de unas llantas, ambos volteamos y pude ver como una sonrisa traviesa se asomaba en los labios de mi acompañante. —Tú novio no se rinde tan fácil, eh —comenta Steve y puedo notar un tono de amargura en su voz. —Tu hermano ya no es mi novio —observo como Jean se baja del auto con un rostro que demostraba lo cabreado que estaba—. Es novio del pequeño monstruo que se ha quedado en el carro.
—No me das asco —confiesa Jean permaneciendo dentro de mi, sin moverse—. Amo a Alison pero... —¿Entonces por qué acabas de hacerlo? —me aferro a sus hombros intentando alejarme y salir corriendo de aquella habitación, pero Jean no me lo permite, me abraza convirtiendo sus brazos en mi prisión. —No lo sé, pero de lo que estoy seguro es de que quiero que mi primera vez sea contigo —dice y siento la fuerza de sus palabras. No digo nada más, juntamos nuestras bocas y comienzo a mover mis caderas lentamente atrapando su primer gemido, sus manos recorren mi espalda y yo subo y bajo sintiendo una ola de calor por todo mi cuerpo, estar con Jean era algo diferente a las veces en que lo había hecho con Steve, y me asustaba, no quería enamorarme de nadie, y mucho menos en estos momentos en los