Capítulo 24

Justo cuando pienso voltear para enfrentarlo se escucha un golpe, el rechinar de unas llantas y al girar a mí izquierda veo como el cuerpo de Celeste sale volando, cae al pavimento y el mismo tráiler la arrolla.

—¡Joder! —Se me caen las bolsas de la impresión, corro hacia la multitud que comienza acercarse pero Jean me detiene—. ¿Qué haces?

—Vámonos —me dice como si no hubiera pasado nada y sin quitar la mirada del accidente.

—¿Acaso eres un insensible? —me suelto de su mano— ¡Celeste acaba de morir y a ti solo se te ocurre salir corriendo!

—Briseida, vámonos —me dice en un tono tan tranquilo que desespera.

—He dicho que no —niego con la cabeza y comienzo a caminar hacia la mult

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