- ¡Fiuuuuu! Marcus siente un pito en su cabeza, tiene la visión borrosa hace un esfuerzo para enfocar, el auto había dado vueltas, deteniéndose por unas rocas considerables en un riachuelo dejándolo sobre sus cuatro llantas, Marcus siente el líquido caliente bajar por su rostro hacia su cuello, voltea de inmediato hacia Luis que está completamente desorientado, observa las siluetas que se le acercan a ellos. ¡Bang! ¡Bang! Marcus abre fuego, haciendo retroceder a los hombres buscando resguardo de los disparos certeros. -Cúbranse- Escucha grito de los tipos que se acercaban a ellos en estampida. -Muévete Luis o eres hombre muerto- Le dice Marcus mientras suelta su cinturón y el de su compañero, Marcus lo jala de golpe, casi sacándolo de un solo tirón, lo deja caer a su lado usa el auto como blindaje. ¡Bang! ¡Bang! Le contesta los disparos a Marcus. - ¡Señor!... V… Voy a enviar nuestra ubicación- Le dice Luis tartamudeando. Tratando de ubicarse donde está. -El daño del auto ya de
Volviendo al Chalet en horas de la madrugada -No está descompuesto- Interrumpe Liam acercando a los jóvenes viendo la pantalla, todos se sobresaltan porque no lo sintieron bajar - Nosotros- Señala a Halia – Le colocamos sensores de movimiento y de calor, apenas son prototipos, sin embargo, en las pruebas preliminares funcionaron perfectamente, por lo que puedo decir con seguridad que no están descompuestos. -Eso significa que algo se está acercado a nosotros- Dice Mónica en un susurro, su corazón palpita fuertemente, esta tentada en llamar a Marcus, pero reflexiona que él esta largo y no puede ayudarla. -Liam puedes revisar las minicámaras desde aquí- Le pregunta Halia viéndolo a los ojos. Ella recordó que pusieron unas cuantas en los que dejaron vigilando el perímetro. Su plan original era grabar fauna de la zona. -No, pensaba traer el monitor y usar el sistema de Mónica después del desayuno- Le contesta algo apenado. -Pondré en alerta a los medialunas- Alonso toma el teléfono p
Volviendo al túnel de laboratorio de Halia Koyama. El viento fue tan fuerte que tabalea el espectro de Nerea, sin embargo, la mujer que no le quito la mirada de encima. -Ya no puedes hacerme daño- Le dice Nerea con una voz hueca y espeluznante. Dibuja una sonrisa de victoria. - ¡Ja, ja! Pero tú tampoco, ahora veo que fuiste, una mujer de doble moral “Jamás seré un espectro, eso solo lo hacen los Qanun oscuros- Le dice Boria como recordando- ¿Que ofreciste a cambio? Pequeña. -Tu cabeza, no fue nada fácil pedir la salida de la redención, para luego conseguir un buen lugar en el gehena, donde se suponía te encontraría, pero al llegar ahí me encontré con la sorpresa que no estabas ahí y que además hay un buen precio por ti- Para los Qanun su mayor logró es ser parte de la corte de Gnowee, pero los que oscuros son rezagados a la parte más oscura del plano mágico donde son consumidos por la penumbra. -Ja, ja, Nerea a diferencia de ti, encontré la forma de no morir, gracias a nuestra san
Volviendo al hotel orilla de mar Atsushi observa al hombre frente a él, a su memoria viene el recuerdo del niño pequeño y desnutrido que conoció hace ya muchos años atrás, no puede evitar sentir melancolía, al comprender como ha pasado el tiempo, ahora todos sus muchachos, son hombres hechos y derechos, jamás podía estar más orgulloso de ellos. Él sabe que tarde o temprano el karma vendría a reclamarle por todo el daño que ha hecho en esta vida. - «Lo siento Karma, pero no puede dejar que me alcances, los amo demasiado, además está Bárbara, no me voy a ir sin pelear»- Medita viendo a los ojos de Bruno. -Es hora de probarte a ti mismo Bruno, busca una salida de escape segura, no podemos esperar más, entre más tiempos nos quedemos aquí seremos atrapados con ratones en una ratonera. -Entiendo señor- Le da una inclinación de cabeza -Atsushi ¿Qué pasa con mi hija? ¿Con Halia? Por Dios me prometiste que no le iban a pasar nada a las chicas- Le reclama Bárbara aterrada por el destino de
Continuando con el capítulo anterior… Bárbara al escuchar los disparos se agacha en un ovillo, temblando como una oveja asustada. -Vamos señora, aún están largo, tenemos que darnos prisa o no lograremos salir- La ayuda a levantarse Bruno. Afuera de la tienda todo es una conmoción, la gente corre alejándose de los disparos Otras personas se refugian en sus casas, Bruno aprovecha el tumulto para camuflarse con ellos. Lleva de la mano a Bárbara que corre con todo lo que le da sus pies, para seguirle el paso a Bruno. En ese momento agradece el cambio de calzado, sino no hubiera dado la talla. Al llegara a una calle de dos sentidos, ambos llevan una buena velocidad escuchan el motor del camión, que se les acerca a la orilla de la calle, Barbara solo siente cuando Bruno la levanta para arrojarla dentro del camión de carga con paja, al momento Bárbara ve subir a Bruno con problemas, por lo cual, ella misma lo termina de subir. Siente como el camión aumenta la velocidad Bárbara observa l
Capítulo 216 Guerra de perros Volviendo a las empresa Koyama Carina reconoció a la señora Lombardo cuando llego, por lo que, tuvo la delicadeza de llevarla al salón de relajamiento, lugar donde la mayoría del personal usa para calmarse. Carina al verla tan afectada consideró necesario llevarla a este lugar tan especial para todos. La secretaria de presidencia siente pena por la mujer que al parecer envejeció al menos diez años en una sola semana, dejando atrás la mujer elegante y distinguida que solía ser. - «Rayos, las desgracias nunca vienen sola, esta mujer trae algo grave»- Piensa mientras se desplaza a la sala de conferencia donde están la mayoría reunidos. Con toda la intensión evita presidencia, lo que menos necesita es ser interceptada por los accionistas que estaban reunidos con la nueva señora Koyama. Mientras tanto en la sala de relajamiento la señora Lombardo se encuentra sentada en un cómodo sillón, su mirada perdida hacia los ventanales, las lágrimas corren por sus m
Volviendo a la sala de conferencia Mónica vuelve a ver la figura delgada frente a ella, en sus ojos su acostumbrada picardía, pero pudo percibir algo más. - ¡Huy! Sergio, no cambias ¿Dónde Diablos te habías metido?... – En su tono se puede percibir cierto disgusto - Como puedes ver, las cosas aquí no están bien- Le dice Mónica irritada. -Acabamos de llegar- Le contesta en voz baja, se sienta en la silla vacía al lado de Mónica, pone atención en la pantalla del computador. - ¿Acabamos? – Le pregunta en voz baja Mónica. - Me encontré con Julián en el aeropuerto, nos venimos juntos, Julián paso hablando por teléfono con Liam todo el viaje, a pesar de que la aeromoza le dijo que no se podía- Dice con la mirada fija en el computador. - ¿Sabes de que estaban hablando? – Indaga Mónica -Liam le estaba contando de los ataques y los secuestros, lo que pude escuchar es que están movilizando todos sus hombres, veo que viene algo grande… y por lo que escuche tienen bastante gente. Cerca de
A miles de kilómetros de ahí En unos amplios calabozos de concreto reforzado Marcus esta colgado de las muñecas, sus pies apenas tocan el piso, su cuerpo posee las marcas de las horas de penalidad. A escasos dos metros frente a él, se encuentra el cuerpo inconsciente de Atsushi, el hombre está sentado en una silla metálica amarrado, con los brazos hacia atrás. Marcus puede ver leve movimiento en su jefe, el caballero sacude su cabeza tratando de recupera la conciencia. Es evidente su aturdimiento. -Lamento no haber podido evitar que lo capturarán- Se escucha la voz roca Marcus en la celda. Atsushi deja ver una pequeña sonrisa. A pesar de las circunstancia agradece que Marcus este vivo. -Nos atacaron por todas partes, ni el mejor de los Kanunsuz hubiera podido escapar de esto, sin embargo, buen trabajo muchacho, protegiste lo importante- Atsushi levanta la cabeza para mirar el cuerpo semi desnudo de Marcus. -Señor… - ¡Señor!... Interrumpe Atsushi -Nunca dejarás de llamarme así, en