Alfonso veía con censura a Elizabeth, mientras que los niños observaban a Mateo como si de un héroe se tratara.
— Creo que esto es un problema familiar del cual usted no debería opinar. — dijo con altanería Teresa.
— Creo que, al estar en mi hogar, es más que suficiente para intervenir. — el celeste de sus ojos brillaron y Elizabeth trago grueso, Mateo podía ser frio, pero nunca lo había visto de ese modo.
— En ese caso lo mejor es que nos marchemos, niño recojan sus cosas y …
— Tu no decides eso madre. — la voz le temblaba, nunca había desafiado a su madre, desde que su padre las había abandonado sabía muy bien lo que sucedía cada vez que así sea la cuestionaba, pero… ya no era una niña y más que los golpes que Mariano le daba no creían que su madre pudiera hacer m&aac
Baltazar.— Mis abuelos Matt y Melody se conocieron asesinando a personas, esa es la verdad, nunca se avergonzaron de lo que hicieron, ellos tenían ciertas reglas, no niños, no mujeres y debías darle una buena razón, y no es como que querían justificarse ante nadie, solo era el hecho de que les gustaba pensar que si lo mejor que podían hacer era asesinar, al menos se llevarían al infierno a los malos más malos. — no puedo evitar que una sonrisa se forme en mi rostro, eran mi orgullo, ellos no le temían a nada.— ¿Se llevarían? — la curiosidad en los ojos de Delfi, me incita a continuar, y descubro que ya no duele el pensar en ellos.— Ellos sabía que estaban condenados y eso no les daba miedo, porque sabían que estarían juntos en el infierno, es complicado. — claro que lo es, no somos normales, no le tememos a las co
Elizabeth.— De rodillas.Su orden debería molestarme, su voz asustarme, pues jamás lo había escuchado de esa forma, sin embargo, mis piernas lo obedecen, me hinco frente a él, quien hace una pequeña mueca, la sonrisa más oscura que le he visto.— Tal vez no te guste este lado de mí, pero tú eres la culpable de lo que soy. — su gran mano acaricia mi mejilla, mientras me advierte, debería sentirme ofendida que su acción se asemeje a la de un dueño acariciando un perro, pero, por alguna retorcida razón mi vagina se humedece. — Siempre has sido tu Elizabeth, en mi mente, en mi corazón, me has jodido entero aun antes de poder poseerte, y ahora… que al fin eres mía, no puedes culparme por lo que soy. — su mano sube por mi rostro hasta atrapar un manojo de cabello, el
Era muy temprano en la mañana, cuando Elizabeth y Mateo se reunieron con el abogado de confianza del empresario en la cómoda oficina de su mansión, mansión que al fin estaba repleta de personas.— Entonces infidelidad, será el motivo por el cual solicitará el divorcio ¿verdad? — por un segundo el estomago de Elizabeth se retorció, ¿ella usaría esa causa para divorciarse? ¿ella que acababa de pasar la noche follando con Mateo?— Yo…— Es lo más fácil, aunque lo mejor seria decir todo, como el maltrato que has sufrido en sus manos y lo demás. — el rostro cincelado de Mateo no demostraba nada, era como si solo estuviera ayudando a una vieja amiga, pero para la latina, era más que evidente a lo que se refería con “lo demás” violación, porque era eso lo que Mariano había hec
Mariano:Esto no podía estar pasando, esto no entraba en los planes, menos con mi padre aquí, maldita zorra buena para nada, pero esto no se quedará así, si crees que puedes irte con ese hijo de puta, así como así, sin darme los millones que me arrebataste por no morirte con tus hijos, estas muy equivocada.— ¿Lo comprende señor Vázquez? — el idiota de traje me ve como si no comprendiera la mierda que acaba de decir.— ¿Solo eso mando a decir MI esposa? — el abogado que representa a la perra me ve casi con burla, no puedo creer que no me enviara un monto para tener en cuenta para hacer eso más fácil.— Solo eso señor y créame que es lo mejor. — sus ojos son tan oscuros como los de un tiburón, creo que todos los abogados son así.— ¿A qué se refiere? &mdash
Elizabeth veía a sus hijos y la mirada curiosa con la que la observaban, ¿Cuándo fue la última vez que pidió una charla seria con ellos? Nunca, esa era la verdad, ni siquiera con Delfina que era la mayor y su gran compañera, pero esto era algo que no podía atrasar, el abogado que Mateo le ofreció para ocuparse de su divorcio ya había entregado los documentos a Mariano y ahora, quedaba lo mas difícil, hablar con sus hijos.— Mamá ¿Qué sucede? — indago con preocupación Delfina, ¿Qué pudo suceder la noche anterior? ¿de qué se perdió por estar siguiendo a Baltazar?— Mateo nos va a correr. — aseguro Tiara con más pena de la que pretendía, no le simpatizaba del todo Mateo, pero no le causaba tanto miedo como su padre.— Seguro los abuelos hicieron algo. — apoyo Emilia, pues
Baltazar estaba en una bruma, de la cual poco tenia ganas de salir, se había pasado la mayor parte del día en su cuarto, viendo el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo, no pensaba en que le había mentido a sus abuelos y padres, presentando a Delfina como una amiga y omitiendo el hecho de que era la hija mayor de Elizabeth, tampoco era el haber tenido sexo con una mujer por primera vez, todo eso quedaba en un segundo plano, ante la calidez en los ojos de Delfina, no había cambiado nada, ella lo seguía viendo de la misma forma que el día anterior, por lo que concluyó que realmente tenía una amiga leal, pero ¿él lo era? ¿debería decirle lo que su padre pensaba hacer con ellos? ¿o solo debía ir al hospital y matar a Mariano?Aun sin saber que curso tomaría su salida nocturna, decidió abrir la caja fuerte de su cuarto y sacar su Baretta, qui
Mateo estaba en su oficina, sentado en el sofá, viendo como el cesto de basura estaba lleno, algo que nunca le había sucedido, ni siquiera cuando estudiaba, sin embargo, ahora los planos a los que tanto tiempo les había dedicado estaban en una pila arrugada, y de pronto, algo dentro de él le dijo que ese no era el lugar de aquello.Aun sosteniendo el cigarrillo quito los papeles del cesto y los extendió sobre el escritorio, mientras una tonta sonrisa se extendió por su rostro al ver las pequeñas personitas que allí estaban trazadas, por el color de cabello y altura pudo saber a la perfección a quienes había dibujado Nazareno, y se sorprendió que en lugar de dibujar a Mariano, estaba él y Baltazar, a su hijo era fácil reconocerlo, al tener el pelo azul, y él… una corta carcajada salió de su boca, al verse con un rostro sin expresión, aun así, era &eacut
Baltazar no espero más de lo debido y una vez que su padre se perdió en la enorme mansión, fue por su nueva y mejor amiga, descubriendo que la joven estaba revisando las habitaciones de sus hermanas.— ¿Qué haces? — indago con curiosidad.— Solo verificaba que todo estuviera bien. — respondió con voz quedada y sin perder tiempo el peli azul tomo su mano y la jalo hacia el jardín.— ¿Qué va mal? — indago una vez fuera, incluso parecía que el aire a su alrededor había cambiado, todo se sentía mejor con Delfina a su lado.— Mis abuelos saben que mamá le solicito el divorcio a Mariano. — las cejas de Baltazar se fruncieron, no había escuchado queja alguna del vejete, tampoco de la madre de Elizabeth, algo no cuadraba, a no ser que…— ¿Se quejaron contigo? ¿te amenazaro