Lily tomó el papel delante de ella y lo hizo un bollo entre sus manos antes de tirarlo a un rincón del cuartoEstaba cansada. Harta.Llevaba dos semanas encerrada en la mansión, sonriendo las veinticuatro horas de los siete días de la semana para que sus hijas no supieran cuanto detestaba estar allí.La habían traído derecho del hotel a la mansión sin darle espacio para protestar.Al parecer, Pietro había cambiado su estrategia y en lugar de querer separarla de las niñas, se las había arreglado para mantenerlas a las tres en solo dormitorio para mantener a Lily a raya.- Mamá ¿Quieres que te ayude con ese proyecto? – Eva miró con el ceño fruncido el bollo de papel- No cariño, gracias – respiró hondo – me ayudas mucho más terminando el que te entregué, Gustavo lo necesita para mañanaEn realidad, no había apuros, ni presiones, ella ya había enviado a Cassa ocho de los doce proyectos más urgentes y con eso había adelantado dos meses de trabajo, pero si no se concentraba en algo, termin
Lily se sentó en la mesa con las niñas, mirando la comida con la nariz arrugada.- Señorita, su medicación – Luis le extendió una píldora rosaAl notar la confusión de Lilian, Luis le explicó: - Se debe haber acabado la caja que comenzó a tomar cuando estuvimos en la playa.- Oh, tienes razón, pensaba comprar esta tarde- No puede cortar su tratamiento Señorita, debe tomar esta pastilla con el almuerzo, así que fui personalmente a la farmacia esta mañana, también compré de la que debe tomar a las ocho y la de antes de dormir.- Tampoco es como si yo hubiera querido salir – dijo Lily con amarguraLuis comprendía la expresión de Lily.Si bien en la mansión había mucho espacio para moverse, nada se comparaba a caminar un poco entre otra gente.- El Señor Vermont me aviso hace un minuto que no estará almorzando en casa- ¿De verdad? – Lily levantó la cejaLa nuca de Luis transpiraba- Mejor – susurró Emma, como si esa palabra en realidad se hubiera escapado de sus labios.Eva asintió al l
- Lilian Loren ¿En qué estás pensando? – Lily caminaba de una punta a la otra en su habitación mientras se abanicaba con una mano.El rostro le ardía y era como si su cuerpo entero picara.- Son las hormonas – se dijo.Hablaba sola y se reprendía como si se tratara de alguien más… y a la vez se avergonzaba e intentaba justificarse ante ella misma.La cabeza que antes le dolía, ahora le daba vueltas.Todo se sentía surreal cuando pensaba en las veces que había sido tan íntimos con Pietro.Se mordió el labio inferior, inquieta.Pensar en la camisa que se tensaba cuando él la abrazaba con fervor y en la firmeza de su pecho, inevitablemente la hacía recordar el poder con el que la invadía.- Cómo puedes ser tan desvergonzada – se tiró sobre la cama y escondió la cabeza en la almohada.Por un momento, cuando la cercanía entre ellos superó la distancia que habían tenido todo ese tiempo, el primer pensamiento que la abordó, había sido en realidad mucho más que eso: fue un impulso, de lo más
- Pietro – Lily se sintió ofendida - ¿Cómo puedes decir eso?- ¿Algún día me amarás como a él?- Te amo Pietro – confesó al final- Como desearía que esto fuera más que un sueño, igual que aquella noche – susurró Pietro contra sus labiosAquel cuarto emitía una vibra algo extraña que aumentaba la temperatura de sus cuerpos, y envolvía todo en un manto surreal.Para Lily, no era por el hecho de que recién se despertaba, ni porque Pietro hubiera tomado algo de más. No. Era porque estaban en esa habitación.Y la pasión comenzaba a acariciar sus cuerpos de manera arrasadora, igual que aquella noche, varios años atrás.- No es un sueño Pietro – susurró con la respiración agitadaLos ojos de Pietro se agrandaron por un momento, y luego se entrecerraron antes de besarla.En acto entre sus cuerpos ya era instintivo, y ambos sabían cómo desnudar al otro, así que en cuestión de segundos, ella estaba sobre la falda de Pietro, abrazando su torso desnudo, como tanto había deseado durante todo el d
¿Qué sucedía cuando un gran amor se atoraba en un cuerpo blindado? O cuándo se perdía en las vueltas dentro del laberinto de la mente.Semejante amor perdía el sentido y terminaba ovillado en algún rincón entre las costillas.Aunque Lily lo ignorara, cada vez que respiraba, ese amor estaba allí y dolía.Con el pasar de los días, y las escusas que se repetía que hacían las veces de analgésicos para un corazón inquieto, esa zona donde había reprimido el amor por Pietro, se entumeció.Para Pietro era al revés: a veces punzaba contra su costado izquierdo, otras era como un hormigueo insoportable que no lo dejaba en paz y se extendía justo desde el centro de su pecho, hasta donde su garganta se anudaba últimamente.Porque en él, ese amor aún rondaba, buscando ese lugar para retirarse que él mismo le negaba. Aunque se sintiera en un conflicto constante entre ganar el afecto de Lily y no perderse en el camino, lo cierto era que no terminaba de renunciar a ella. O a sus propios sentimientos.P
El Doctor Nicolás Rocher se retiró del lugar pasado el mediodía, dejando una larga lista de indicaciones y un Pietro destruido.- Papá, ¿Podemos ver a mamá? – suplicó Eva, que hasta ese momento mantenía un rostro sereno pero sus grandes ojos grises, estaban húmedos.Así como Pietro había descubierto que Lilian no haría ningún escándalo, la pequeña había entendido que dirigiéndose a él como su padre, lograba conmoverlo.Él podía adivinar el esfuerzo que su hija mayor hacía para llamarlo de esa manera y junto con el cargo en su conciencia por el estado de Lilian, estaba completamente derrotado.Miró a Eva con los labios ligeramente separados pero no supo cómo responderle- Señor Vermont… - Luis los interrumpió con el ceño fruncido – la Señorita Loren lo espera desde hace dos horasEva miró al mayordomo y a Pietro con la esperanza de que su padre le concediera al menos un minuto con su madre. Cuando ninguno respondió, se impacientó: - ¿Por qué tu puedes verla pero yo no?-Eva… yo… - Pie
Cuando la conmoción se calmó y Pietro dejó de temblar, se estiraron en la cama, enredados en un abrazo. Lily se aferraba al cuerpo de Pietro como si fuera su único pilar en un medio de una semana llena de turbulencias.- Seré papá, de nuevo – la besó con el fervor de la alegría que corría por su cuerpo – Estás embarazadaLlevaba media hora repitiendo lo mismo- Mm – asintió de nuevo – Pietro ¿Me culpas por no decírtelo antes?- Ni siquiera había pensado en eso - Ahora que te lo digo… - No, no podría culparte de nada Lily- Te lo iba a decir, cuando me sintiera lista para hablarloPietro se sentía en una nube, como si la cama debajo de él fuera de algodón y los brazos de Lily una tibia almohada – Los primeros meses ya han pasado y por lo que me explicas, ya no hay riesgo de perdidas espontáneas - Si no me hubieras retenido aquí, no habría podido aferrarme a estos bebésCiertamente, jamás había imaginado que no abortaría, solo había decidido cuidar de las vidas en su vientre hasta q
Samantha entró en el estudio de Pietro con un vestido celeste entallado que resaltaba su busto y lucía sus piernas.- Pietro, mi abogado me llamó, me exige ir a la oficina – comenzó a hablar desde la puerta – le expliqué que tú no me dejas salir de casa porque no es seguro ¿Podrías llamarle y arreglar todo esto por mí?- Hazlo tú misma- ¿Qué…? – no le sorprendía la indiferencia de Pietro, pero no esperaba esa respuesta- Ya puedes irte- ¿De qué estás hablado?- Luca te llevará a tu casaNo. No podía volver a su casa como si nada.Era la última oportunidad que tenía para salvar su vida tal y como la conocía.Había traicionado a Pablo al esconderse en la mansión Vermont con Pietro, además Loren’s Cosméticos estaba al borde de la quiebra y la única manera de mantener a los inversionistas a raya, era sosteniendo una relación que nunca tuvo con Pietro.- Pero, dijiste…- Sé lo que dije- ¿Es por lo del beso del otro día? – le preguntó, nerviosa- Luis – habló por lo alto, ignorándola- P