Creía que al inicio mis amigas solo me estaban jugando una especie de broma, Nina me hizo cambiarme en el auto, según ella una playera, falda y tennis no eran apropiados para una boda. No sé cómo pero logré ponerme el vestido que mis amigas me habían dado.
—Gabi apresúrate —dijo Nina en el asiento del conductor, Charlotte no paraba de enviarle textos pidiendo que se diera prisa—, Gin ¿Trajiste las cosas?—Sabes que si siempre estoy lista.—Perfecto —vitoreó Nina saliendo del auto—, muy bien Gabrielle sal del auto no tenemos mucho tiempo.—Ya voy —fue lo único que dije, a estás alturas dejé de creer que Gin y Nina estaban bromeando.Salí del auto arreglé las arrugas del vestido por ponermelo en el auto las chicas me habían dado, un lindo vestido blanco llegaba a mis rodillas, la falda tenía un poco de vuelo y detalles florales en encaje blanco que se me hacían tan lindos, no tenía tirantes pero si hombros caídos con flores igual a la dLa luz del sol se colaba entre las blancas cortinas, sus párpados se abrían con pesadez. La puerta se abrió, rápidamente cerró sus ojos haciéndose la dormida. El silencio no duró mucho pues la cama se comenzó a mover de manera abrupta, irritada por los brincos se quitó las sábanas con un puntapié había despertado de mal humor y tenía un par de razones para ello. —¡Ya dejen de saltar en mi cama! —exclamó una pequeña de larga y lacia cabellera rojiza y grandes ojos de un llamativo color azul. —Es divertido Sol. —Salta con nosotros —secundó otra pelirroja de menor edad—, Si no saltas Apolo y yo no bajamos de tu cama. —¡Abajo ustedes dos! Los dos pequeños saltarines al escuchar esa voz se quedaron estáticos en la cama. —¿Qué les he dicho de saltar en las camas. —Que es peligroso mamá. —Respondieron los dos cabizbajos al unisono, para acto seguido bajar de la cama de su hermana mayor. —Serena, Apo
Han pasado dos días desde que mi niña estaba sintiéndose mal, afortunadamente en los análisis no salió ningún tipo de anomalía. —Bueno Selene tu padre vendrá por tí hoy en la tarde, te portas bien y no hagas travesuras. —Besé la mejilla de mi pequeña pelirroja y ella devolvió el gesto de cariño. —Si mami. —Dijo la pequeña echándose a correr en cuanto vió a Emily su prima. —No corras Solecito. —Pedi pero la niña pareció no escucharme. —Cuando Selene y Emily se juntan el mundo a su alrededor se vuelve ajeno, entran en una burbuja donde solo existen esas dos y sus infinitos juegos. —Hola Ángela. —Dije dándome la vuelta. —Hola Gabrielle, me alegra verte y ver que Solecito esta bien, Artemis me contó que la pequeña estuvo con malestar. —Afortunadamente fue algo viral, además ya está bien mírala correr y dar saltos como una liebre. —Dije señalando al par de traviesas. —Tienes razón, es normal Mily estuvo unos días así. —Respondió Ángela acercándose a Gabrielle. Ambas miraban al
La vió llegar su rostro estaba decaído, tenía signos de haber estado llorando. —Hola Helios. —Saludé al verlo no esperaba estuviera despierto a esa hora. —¿Que ocurre? —inquirió el nombrado ignorando el saludo de la recién llegada pelinegra. —Pues yo...—Gabrielle antes que digas algo se que no estuviste en tu consultorio, llamé a tu secretaria y me dijo que te fuiste toda la tarde, fui a buscar a los niños creí que ya estabas en casa y de verdad pensé que ya de plano algo te había ocurrido y ahora te veo llorando y más me preocupo por tí. —Lo siento no era mi intención preocuparte, lamento no poder buscar a los mellizos de su práctica y yo... Recordar el amargo momento que tuve al intentar acercarme a mi familia materna me dejó un amargo sabor de boca; nunca en mi vida había conocido a un hombre tan prepotente. Más lágrimas salieron, se acercó a su esposa preocupado por verla llegar tan tarde y llorando no era normal. —Gabrielle —alzó su rostro limpiando sus lágrimas el
Picaba los vegetales al llegar a casa Sora se ofreció para hacer la cena, pero insistí yo misma en preparar todo cocinar era mi terapia y en este momento mi cabeza estaba llena de muchas cosas, todo era un lío y pocos eran los pensamientos con coherencia. —Mami. —Llamaba una voz infantil. —Dime cielo. —Respondí haciendo los vegetales a un lado., para prestarle atención a mi niña. —¿Puedo ayudarte? —pidió la pequeña con voz tímida ya con su pequeño delantal amarillo puesto. —Claro que puedes mi Sol, toma las papas y comienza a pelarlas, pero primero lava tus manitas. —Esta bien. —Responfió la chiquilla emocionada limpiando sus manos como su madre se lo indicaba. La niña sacó lo necesario para hacer dicha labor, quería preguntar algo a su madre, pero no sabía cómo comenzar y temía que su madre fuese a enojarse. . —A papá le gusta mucho el puré de papas mamá ¿Él y tú están molestos? —cuestionó Selene temerosa de la respuesta de Gabrielle. Limpié las manos, llevé a Selene al desay
—Bueno mamá te presento a tu pequeña. —Dijo una alegre enfermera poniendo a la recién nacida en los brazos de su madre por primera vez. Sus ojos se humedecieron nuevamente, el tener a su bebé en los brazos era una sensación agridulce, estaba agradecida pues a pesar de sus sobresaltos la niña estaba sana, pero no podía evitar pensar en Mily y en lo asustada que debe estar y en lo que le pueden llegar a hacer esas malas personas a su pequeña. —Es preciosa mi nietecita, mira mamá —Isabel mostraba a la pequeña orgullosa a Rebeca. —Si Isabel tienes razón —secundó Rebeca acercándose a la niña—, se parece mucho a Emily... —La mujer guardó silencio meditando sus palabras. —Si mamá Beca mi bebé, es idéntica a su hermana mayor y aunque aún no he visto sus ojos pues deben ser igual de preciosos que los de Mily. —Dijo Ángela tratando de sonar tranquila y no preocupar a su madre y abuela. —Creo que debemos dejarlo descansar —sugirió la enfermera que había traído a la niña—, tanto mamá, cómo
—Escuche Lombardi es muy raro he llegado a la conclusión que esto no es un secuestro común. Acotó el detective encarando a Artemis, este caso se había vuelto un callejón sin salida para el oficial. —¿A qué se refiere? —inquirió Helios acercándose al oficial Díaz. —Al igual que Artemis estaba preocupado por su sobrina, él era padre y no concebía la vida sin sus pequeños. —Escuche la niña desapareció a plena luz del día en una zona exclusiva de la ciudad, aquí hay mucha vigilancia, si se llevaron a la niña ella tuvo que gritar y forcejear. —Entiendo —dijo el rubio con su mano en la barbilla—, Artemis ¿Crees qué tengas a alguien así? —empero Helios con dudas. —No seas idiota que enemigo podría yo tener. —Espetó el pelinegro frotando las manos en su rostro con sus manos en señal de frustración. —En eso mi hermano tiene razón, Artemis siempre ha sido un ñoño pacifista, aunque hay un hecho en concreto y es que unos delincuentes tienen a mi sobrina. —Refutó el rubio de anteojos res
En la mañana había recibido un mensaje donde le citaban a lo que resultó ser un terreno baldío.Caminaba recorriendo el lugar en busca de personas, o su pequeña intentó devolver la llamada a la persona que le había citado aquí pero simplemente no respondía. Tenía más de cinco horas esperando estaba por irse pero el celular comenzó a sonar al ver que era la persona que le citó a este lugar respondió la llamada de inmediato. —Escuche llevó mucho esperando si sabe dónde está mi niña, por favor dígame es solo una niña pequeña...—Escuche no tengo mucho tiempo le llamo porque no puedo verla dónde acordamos, pero quién tiene a su hija es una persona conocida...—¡Quién es dígame por favor quien es! —gritó impaciente ante tantas largas solo quería que hablara y le dijese donde estaba su niña, además de quién era esa persona que la tenía. —Cállese y escuche no tengo tanto tiempo, la niña está en el bar Eden Garden. Es todo lo que diré no vuelva a llamar pues no responderé. La llamada
—Padre la presa ya ha llegado a la trampa. —Decia un muchacho con una sonrisa maliciosa. —Perfecto Ryan trae a la carnada. —Ordenó el moreno apagando su cigarrillo. El momento había llegado hoy acabaría con la familia que hundió su imperio, destruiría a los Lombardi desde sus cimientos. —¿Que pretendes Fred? —cuestionó furiosa Tabita entrando al deteriorado lugar—, esto no era parte del trato. —Se quejó ella molesta por el repentino cambio de planes. —Oh nena a ti tengo mucho que agradecerte, tú y tus rebuscados y torcidos planes han sido la clave para para inciar mi venganza con la asquerosa familia que me dejó refundido en una m*****a prisión de dos, por dos, por más de veinte años y querida la venganza es un plato que sabe mejor frío. —¿Por qué no me dijiste lo que harías? —se quejó la rubia mirando molesta al moreno. —Porque lo habrías arruinado con tus tonterías. —Eddi, ¿tú lo sabías? —Al inicio no lo sabía rubia pero vamos que el plan del jefazo está de locos y me va a pa