Eran alrededor de las cinco cuarenta de la tarde, en media hora terminaría mi turno en el café, me sentía cansada y algo adolorida, mis pechos estaban a rebosar de leche materna.
Loretta notó algo extraño en la nueva mesera así que se acercó a ver qué sucedía.—Angie ¿Estás bien?—Si Claro señorita Russo estoy bien.—¿Enserio? Mira que tu rostro me dice lo contrario. —Comentó la mujer con suspicacia. Mi primer día en el café, y ya andaba causando problemas, me sentía apenada la verdad. —Estoy bien. —Sin más que agregar me retiro a limpiar las mesas vacías.—Angie ve a tomar la orden de las mesas cinco, ocho y tres por favor. —Pidió Mía amable. —De inmediato.Mía de la nada la toma del brazo. —¡Angie querida me podrías hacer un pequeño favor siii! —pedía Mía en un tono meloso, con ojos de cachorro.Rose iba pasando con una bandeja —yo que tú me lo pensaría antes de aceptar Ángela. —Dijo la pelinegra mirando a Mía.—¿P...or qué Rose? —pregunto algo dudosa. Mía miraba a Rose con cara de enojada y a la vez ofendida, de una manera demasiado dramática típico de la rubia.—Angie linda Rose es una amargada, mira el favorcito es así de chiquito, ¿Ves a ese hermoso chico casi albino de lindos ojos esmeralda...? —preguntó Mía sonrojada. —Si lo veo ¿Qué quieres que haga? —De su delantal Mía sacó un papelito naranja doblado.—Cuando le entregues el pedido, quiero que le des ese papelito no es nada de otro mundo Ángela querida.Fui a tomar las órdenes, sin dilaciones y me disponía junto con Ami a limpiar algunas mesas, aunque la verdad era que contaba los segundos, para que el turno acabara para volver a casa con mi pequeña Mily, no había estado nunca tantas horas lejos de mi bebé sabía que con mi madre y con mamá Rebeca ella estaría bien pero, aún así extrañaba a mi niña.—Ángela es tu nombre ¿No?—pregunto Ami quien estaba a mi lado.—Si Ángela Mendoza es mi nombre —le respondí con una sonrisa amigable y ofreciendo mi mano.—Soy Ami Parker espero seamos amigas. —También devolviendo la sonrisa.—¿Y dime Ángela en qué piensas? Llevas rato así como si fueras un robot.Reia apenada mi madre Isabel tenía mucha razón al decir que, yo era como un libro abierto.—Nada Ami jajaja es solo que pienso en cosas, que debo hacer al llegar a casa —dije algo nerviosa.Era momento de entregar las órdenes, me acerco a la mesa cinco para entregar su pedido, era la mesa donde estaba el chico de ojos verdes, también había otros dos muchachos igual de guapos y muy elegantes.—S...us pedidos están listos, una hamburguesa con una malteada de chocolate, una rebanada de pie de arándanos y té de frutos rojos y por último un sándwich de plátano y mantequilla de mani y jugo de fresas.Dudaba si entregarle a aquel joven, el recadito que Mía me pidió que le entregará a aquel muchacho de cabellera rubia; opto por ser rápida y entregar dicho papelito.—joven tome —le extendí la mano para entregar el pequeño papelito doblado.—¿Qué es esto? —pregunto el chico con curiosidad, mirando el diminuto papel anaranjado, a Ángela se le fue la voz no sabía que decir. Pero uno de los muchachos intervino.—Oh Luck que pregunta es esa. —Dijo el chico de cabellera rubia un poco más oscura.—Que no ves que este hermoso bombón te está dando su número de celular —Ángela se puso más roja que las mismas cerezas las palabras no salían de su boca estaba tan incómoda.—Si hasta colorada está la pobrecita. —Helios reía el muchacho, mientras que Luck solo observaba también algo apenado.—Helios se más sutil mira como está la muchacha. —Dijo el otro jóven.—No, no, no, ese papel me pidieron entregárselo solamente, pero no fui yo lo juro. —Loretta se percató que algo pasaba y fue a ver qué ocurría.—¿Ocurre algo señores?—pregunto Loretta de manera amable.—No nada que ver hablo el joven de cabellera castaña—, la joven le acaba de entregar un recado, a mi compañero solo preguntaba de quién venía el mensaje.En ese momento quería ser tragada por la tierra, para más nunca salir, sentía que sería despedida.—¿Es tuyo Ángela? —pregunto Loretta con el papelito en sus manos, mirando esperando una respuesta.—No bueno si p...pero tengo una explicación enserio. —Solo quería dejar de trabarme y explicar lo que realmente ocurría. —Ángela ya tu turno acabó puedes irte.Fue lo único que dijo la señorita Russo, lo había arruinado, me sentía avergonzada con victoria ella me consiguió un trabajo y lo pierdo el mismo día.•••Fui a los vestidores a cambiarme de ropa, para irme a casa abrí mi loocker para sacar las cosas, en ese momento también las demás entraban, para al igual que yo también cambiarse he irse.—Ángela ¿Le entregaste el papelito a el muchacho? —preguntó Mía espectante y con ojitos soñadores, esperando una respuesta positiva.—Si Mía le entregué la nota —dije con voz monótona.Dándole un fuerte abrazo de la nada, que ni terminar de abotonar mi blusa me dejó, Mía se separó del abrazo tomándole de los hombros.—¡Cielos tienes muy buenos atributos! ¿Son naturales? —preguntaba Mía mientras tocaba uno de sus pechos con la punta de sus dedos, Ángela por milésima vez en el día se volvió a sonrojar.—¡Mía no seas tan imprudente¡ —la reprendieron Ami y Zoe, al ver la evidente incomodidad de Ángela. —Si lo siento Ángela —rió está algo nerviosa, la verdad se estaba pasando y Ángela parecía ser una joven muy tímida.—No te preocupes Mía bueno chicas me gustó mucho conocerlas a todas; ya debo irme hasta luego. Al salir de los vestidores Loretta las detuvo.—Mía se lo que hiciste hoy —dijo Loretta seria—, te quedarás a limpiar las demás pueden irse, mañana las veo tú también Ángela te espero a la misma hora.•••La alegría que tenía era enorme, no había sido despedida, corrí al estacionamiento por mi bicicleta, lista ya con casco, rodilleras y guantes iba saliendo, pero sin querer le di un golpecito a un espejo retrovisor, a un auto rojo muy lujoso y por ende muy costoso.—Disculpe fue un accidente señor. —El joven salió del auto con cara de pocos amigos.—Oye tú cabeza de chorlito ¿Acaso no te fijas por dónde vas? sabes este auto lo acaban de entregar hoy del concesionario.—Bueno señor ya le dije que fue sin mala intención y le pedí disculpas. —Como si las cosas se arreglaran con solo pedir disculpas niña cabeza de chorlito.—¡Oiga ya le pedí disculpas, no sea grosero, además a su auto no le pasó nada no sea tan exagerado!—Luego de comer y hablar con los chicos y Loretta, encendió el celular, recibió una llamada Artemis, este quedó en pasar por él para ir al hospital, afortunadamente no estaba muy lejos del café de Loretta.Salió y lo vío discutir con una chica, en una bicicleta, se le pareció conocida, al acercarse mas, reconoció que era la mesera de coletas rubia.—Señor.Artemis salió del auto con cara de pocos amigos.—Oye tú cabeza de chorlito ¿Acaso no te fijas por dónde vas? sabes este auto lo acaban de entregar hoy del concesionario.>>Típico de mi hermano y su amor, por los autos<<.—Bueno señor ya le dije que fue sin mala intención y le pedí disculpas.—Como si las cosas se arreglaran con solo pedir disculpas niña cabeza de chorlito.—¡Oiga ya le pedí disculpas, no sea grosero, además a su auto no le pasó nada no sea tan exagerado!>>Auch eso debió doler, pero esa rubia tenia razón, mi hermano era un exagerado con sus autos<<. Decidió intervenir antes de que la discusión, pasará de castaño a oscuro.—Oye Artemis ya llegué me esperaste mucho hermano.—No tanto pero está chica casi estropea mi auto.—¿Que chica? —preguntó haciéndose el desentendido.—Esa rubia. —Dijo este señalando a la mesera.—Oiga señor pedí disculpas, además su auto está bien. —Dije molesta perdiendo la paciencia.—Hola bombón tú de nuevo. —Saludaba a la chica, según Loretta Angela era su nombre.—Hola y adiós. —Dije antes de subir a mi bicicleta, para irme de nuevo. Se quedó mirando a esa rubia, hermosos ojos cafés.—Helios sube de una m*****a vez al auto tengo guardia en el hospital llevo prisa.—Ya voy Hermano no te enojes comete un sniker a ver si se te pasa esa amargura Artemis...Ya había llegado a casa hace unos minutos, me detuve a comprar pañales, toallas de bebé y una barra de chocolate, me topé con algunos de mis antiguos compañeros de preparatoria, solo recordar las burlas que estos me hacían, el enojo volvía pero ¿Qué iba a decirles? Solo eran unas cabezas huecas que querían molestarme. Había llegado a la tienda y todo bien, pero en la caja registradora me encontré, con Molly y Vanessa unas chicas del salón.—Oh Vanessa mira lo que tenemos aquí, nada más y nada menos, que santa Ángela. —Comentó la burlesca chica, poniendo sus manos juntas en manera de plegaria, mientras subía la capucha de su sudadera emulando el manto de una virgen. —Molly más respeto recuerda ella es nuestra virgencita, respeta. —Respondió Vanessa, en el mismo tono irrisorio de su compañera. —¿Acaso ustedes dos no tienen nada mejor que hacer? Par de idiotas. —Ya estaba molesta por la actitud de aquellas dos chicas, que solamente me molestaban sin razón señalandome como si ser madr
unos minutos, me detuve a comprar pañales, toallas de bebé y una barra de chocolate me topé con algunos de mis antiguos compañeros de preparatoria, de solo recordar las burlas que estos me hacían, el enojo volvía pero ¿Qué iba a decirles? Solo eran unas cabezas huecas que querían molestarme. Solo había llegado a la tienda y todo bien, pero al llegar a la caja registradora me encontré, con Molly y Vanessa unas chicas del salón.—Oh Vanessa mira lo que tenemos aquí, nada más y nada menos, que a santa Ángela. —Comentó la burlesca chica, poniendo sus manos juntas en manera de plegaria, mientras subía la capucha de su sudadera emulando el manto de una virgen. —Molly más respeto recuerda que ella es nuestra virgencita, respeta. —Respondió Vanessa, en el mismo tono irrisorio de su compañera. —¿Acaso ustedes dos no tienen nada mejor que hacer? Par de idiotas. —Ya estaba molesta por la actitud de aquellas dos chicas, que solamente me molestaban sin razón señalandome como si ser madre fuera
Era domingo mi madre y mi mamá Beca, decidieron hacer un picnic y tener un día de Campo, a pesar de insistir en que no era un buen momento ambas insistieron, bueno ya que no me quedaba de otra acepte: saque el vestido de mi pequeña el cual era uno de estilo veraniego en color rosa, le hice juego con unos zapatitos rojos. —Emily tienes mucho cabello, para solo tener seis meses ¿Qué tal te quedarían unos bombones en el cabello como los de mami cuando era pequeña? Te gustaría usar un peinado como el de mamá...? —cuando era pequeña mi madre solía hacerme dos chonguitos en el cabello, mi madre decía que eran bombones y a mi simplemente me encantaban esos chonguitos de bombón, tanto que en ocasiones yo misma me los hacía. Alcé a mi pequeña y está solo comenzó a reír y mover sus manitas y piecitos, de la emoción de ser alzada tan alto. —Solo espero y estes igual de alegre, cuando comience a peinarte, jajaja. —Me senté en la cama con mi niña entre mis piernas, le di un juguete para entrete
La mansión Lombardi era hermosa, con un toque mediterráneo aunque últimamente parecía ser un lugar abandonado, pues sus dueños solo estaban ahí por cortos periodos. —Te estuve buscando Artemis pregunté a todos ¿Dónde estuviste? Quería hablar de algo muy importante. —Dijo una hermosa mujer de piel trigueña largo cabello lacio negro y ojos del mismo color de su melena rematados por unas largas y rizadas pestañas, quería hacer ver notable su tono de reclamo, pues estaba molesta y no quería ocultarlo. —Sofia solo ayuda a una niña en el parque, tu amiga Victoria fue quien pidió ayuda y gracias a dios fue así, de lo contrario esa pequeña pudo morir de un ataque anafiláctico. —Se defendió Artemis, ante los reproches matutinos de su esposa.Una empleada sirvió el desayuno, ignorando la discusión del matrimonio. Cuando la pelinegra está a punto de retirarse, es llamada por Sofia. —Gabrielle llévate esto, ya no tengo apetito. —Se levantó de la mesa aún molesta, pues para Sofia el tema a trata
Ya han pasado tres meses desde que comencé a trabajar en el café; todo a fluido bien relativamente he hecho muy buenas migas, con las chicas las cuatro se han auto nombrado tías de mi pequeña Emily aún recuerdo cómo todas hicieron una gran "o" con sus bocas, cuando se enteraron de mi maternidad. A pesar de que la gente al saber que soy una madre joven y soltera automáticamente me hacen la comidilla de todos. A mí no me da vergüenza mi hija al contrario me siento orgullosa de mi bebé. Mía fue quién sin querer reveló que soy madre, contrario a lo que creí las chicas no me juzgaron, ni criticaron, solo se sorprendieron y me pidieron conocer a mi bebé, me sorprendió que no se pusieran como todo el mundo que siempre pregunta lo mismo >>¿Y el padre?Era domingo y por lo tanto era mi día libre, hoy mi familia y yo fuimos al aeropuerto a recibir a mi tío Samuel él estudiaba, una especiali
Había llegado tarde Sofia no estaba de humor, si había algo que ella no toleraba era la impuntualidad y la irresponsabilidad, realmente esto era importante para "ambos", pero para ella era algo más que importante, se había enamorado de una pequeña, la cual llevaba dos meses visitando y hoy sería su turno de conocer a su futura hija adoptiva. Aún estaba sorprendido y emocionado, solo había visto a la niña por fotos y ya quería verla. Aparcó el auto, junto al convertible de su esposa, al bajar del auto, la vió hablando con una monja en cuánto se percató de su presencia, se acercó a él. —Llegas tarde Artemis. —Musitó tajante, quitándose sus gafas de sol. Suspiró derrotado pues no sabía que le diría para excusarse por su retraso.—Esta bien entremos ya casi termina la hora de visitas, para las niñas pequeñas.Asintió y la seguió realmente el lugar estaba cuidado y se notaba un aire alegre; Sofia tenía un compromiso con este orfanato, después de todo este había sido su hogar durante q
No pude dormir en toda la noche, quien en mi lugar podría hacerlo mi cerebro tenía mucho que procesar y todo en muy poco tiempo, los colores del alba se mostraban ante mi, respiré profundamente, miré a mi pequeña aún profundamente dormida. —Tú no fuiste un error Emily, de eso estoy segura, aún así quiero saber la verdad, hija tu llegada debe tener una explicación. Hoy era el día, hoy se sabría la verdad, o bueno parte de la verdad Ami y Rose me acompañan, por extraño que parezca Emily se ha encariñado mucho con la odiosa de Rose y en este momento ella le daba el biberón.—¡Mira Ángela ya ella misma sostiene su biberón solita! —exclamó con ternura Rose emocionada, por los avances de la pequeña. —la bebé Emily es una niña muy inteligente. —Dijo Ami acariciando la mejilla de la niña.—Esa inteligencia no salió de Ángela. —Se burló Rose cómo lo hacía habitualmente con Ángela.—No empieces Rose. —Reprendió Ami a la infantil pelinegra.
Ver a esa muchachita, sentada bajo aquel árbol llorando y toda mojada, despertó en él, algo que decía, que se acercara a ella se inclinó poniéndose a su altura, para apreciarla mejor. —Lloro porque soy una idiota ingenua nivel supremo.—Oh cariño pero todos en algún momento, tuvimos algo de idiotas he ingenuos, además no es bueno que llores y más debajo de semejante lluvia.—No importa señor estrella pop...—Como no va a importar bombón si estás ardiendo en fiebre pequeña testaruda.De a poco mi vista se fue haciendo oscuro, cada vez la voz de aquel muchacho se escuchaba más lejana y luego ya no escuché más nada. Desvanecida en sus brazos Helios se asustó —¿Bombón? Despierta. —La sarandeaba un poco a ver si reaccionaba y nada funcionaba «¡No trae nada, ningún bolso, un celular, enserio nada!» Aún así debía hacer algo.La tomó en brazos la cargó, directo a su auto la subió, pensó en llevarla a un hospital pero que demonios iba a decir esa chica no tenía; ningún tipo de identifica