New York- Usa
Días después.
Santiago había regresado a su casa. Tere consideró que si no estaban casados no tenían por qué vivir juntos. Ambos jóvenes aceptaron y comprendieron a la señora. No obstante, almorzaban juntos, salían a cenar, estaban recuperando el tiempo perdido, sin embargo, Alba estaba decidida a demostrarle a él que en verdad lo amaba, además Isabella, y María Paz, ya se habían encargado de darle muchas ideas.
Esa mañana Alba se metió a la ducha, decidida a poner en práctica los consejos de sus cuñadas. Ella sabía que ese día había una Junta General de Accionistas en Vid-Mal, y que él iba a asistir, por eso decidió sorprenderlo.
La joven salió con una gran determinación, dejando atrás sus miedos e inseguridades, desayunó junto a su madre y Alex, entonces llevó a su niño a la escuela, porque Santiago
Queridos lectores, les hago entrega de un nuevo capítulo. Estoy preparando otro, no sé si lo avance a subir hoy, o quizás mañana. Entiendo que ustedes desean más capítulos, y agradezco ese interés que le tienen a mi trabajo. Por otro lado, yo no me dedico el 100% a la escritura. Tengo mi profesión, y estoy preparando una auditoria y eso me toma mucho tiempo. Les pido su compresión. Soy un ser humano y no una maquina dedicada a escribir. Gracias a quienes entienden eso. Por otro lado, me gustaría saber: ¿Qué opinan de los cambios que está haciendo Alba en su vida? ¿Qué sucedió con Joaquin? ¿Creen que en verdad volvió a las andanzas? ¿Le damos un voto de confianza?
Diana luego de la reunión en Vid-Mal acudió al encuentro con su socio y amigo Jean Carlos. La elegante dama se despidió de su esposo con un beso en los labios, y bajó del auto. Caminando con la seguridad que la caracterizaba ingresó al edificio. El guardia la saludó y ella respondió con una sonrisa, de inmediato se dirigió a las oficinas administrativas.—Buenas tardes —habló al notar en el reloj de pared que ya era mediodía.—Bienvenida —respondió Jean Carlos con una amplia sonrisa, se puso de pie, y la abrazó.Diana ladeó los labios arrugó el ceño.—¿A qué debo tanta efusividad? —cuestionó.—Ya lo verás —respondió él.La señora Vidal hizo una mueca, y tomó asiento e
Alba sonrió al mirar a Santiago esperándola.—Huele delicioso —comentó él al inhalar el exquisito aroma que emanaba de la bandeja.—Se llaman polvorosas, es una receta caraqueña. Espero que lo disfrutes —expresó cortando un cuadrado para colocarlo en el plato de él.—Estoy seguro de que sí —aseveró mientras rebanaba un pedazo y con un cubierto se lo llevaba a la boca. Santy saboreó esa preparación disfrutando de aquella sazón—. Delicioso —mencionó mordiendo sus labios.La boca de Alba se abrió ligeramente al ver la forma tan sensual en la que él saboreó el platillo. Cuando Santiago la miró sus mejillas se enrojecieron. Llevó a sus labios la copa de vino para aplacar el fuego que se había despertado en su interior.&
María Paz en el avión de regreso a su casa, no paraba de llorar, trataba de pensar en cualquier cosa, menos en las duras palabras de Joaquín, no comprendía como si la noche anterior le brindó aquella fiesta, ella estaba tan feliz, la alegría reinaba en la hacienda y en un abrir y cerrar de ojos todo cambió.Tampoco comprendía como Joaquín de la noche a la mañana, había vuelto a las andanzas, para ella eso parecía una pesadilla, un mal sueño del cual quería despertar, atrás quedaron todos aquellos hermosos momentos que vivió al lado de él, en su mente se proyectaban los recuerdos de esas tardes que ella lo esperaba y se lanzaba a sus brazos cuando él regresaba de inspeccionar los cafetales, o corrían por la hacienda jugando, los momentos junto al río, los sueños de formar una familia, de ver a sus hijos crecer en aquel
Manizales-Colombia Después de la confesión de Joaquín, él aún permanecía recluido en una celda del Ministerio Público a espera de la orden para llevarlo a la Cárcel Nacional de Varones. El calabozo era frío, oscuro, el piso de cemento, las paredes mal pintadas, con varias frases escritas, una vieja cama de madera de una plaza y un acabado colchón eran sus únicas compañías; el lugar se veía descuidado, sucio. Él prefería ser quien se sacrificara, no imaginaba a su amada esposa en un sitio así. Joaquín que desde que nació había crecido lleno de lujos y comodidades ahora se encontraba en el peor lugar que él pudo haber imaginado. Se quedó de pie recordando la mirada de decepción de su esposa, cuando la vio partir de la hacienda, fue para él como si la vida se le hubiera ido con ella, desde ahora en adelante su existencia ya no tenía sentido. María Paz, era la razón por la cual decidió cambiar
Alba y Santiago junto a su hijo, salían tomados de la mano del juzgado, Alex ya era un Vidal. A pesar de que la vida había mejorado para ambos, aún se sentían tristes por lo sucedido con María Paz. Del juzgado se dirigieron a la casa de los padres de Santiago, quienes organizaron un almuerzo, para celebrar. La señora Vidal, como siempre los recibió con mucho cariño. Isabela, Nando y sus pequeños hijos ya habían llegado, María Paz tratando de disimular su tristeza, saludó a su sobrino con una sincera sonrisa. Tomaron asiento en la sala de la casa, mientras Santiago se dirigió con María Paz a su habitación, ambos se sentaron en su cama —¿Cómo te sientes hermana? —cuestionó el joven acariciando el cabello de ella. —Más tranquila, pero aún no logro saber qué sucedió. —Presionó sus labios conteniendo las lágrimas. —Es que yo aún no puedo creer que Joaq
Días después.Alba caminaba de un lado a otro, esperando a que Santiago llegara al apartamento para cumplir con la invitación de llevarlo a cenar.La joven terminaba de arreglar uno de los rizos de su cabello cuando escuchó a Alex, gritar.—¡Papi!Alba sonrió, no pudo evitar que su corazón sucumbiera ante la presencia del amor de su vida, quién se había mudado con ellos días atrás, cumpliendo su promesa de no volver a alejarse de su lado.Alba tomó su bolso y salió directo al salón; la mirada de Santiago, se iluminó por completo, al verla con un elegante vestido corto color ciruela, que le llegaba más arriba de la rodilla, sin mangas y con escote discreto.—Hola, amor —saludó, colocando a Alex, en el piso para acercarse a ella y besarla. —¡Estás hermosa! —murmuró a su oído.—Gracias —respondió suspirando la joven, rozando con delicadeza sus labios con
Semanas después. Alba caminaba del brazo de su madre por el enorme centro comercial. La chica sonreía al ver a su progenitora escoger varios adornos para el nuevo apartamento. —En este florero quedarán hermosos los girasoles que tanto me gustan —comentó Maite, suspirando. —Sí mamá —respondió Alba—. Vamos a pasar por la floristería y compraremos todas las flores que desees —mencionó la joven mirando a su mamá con gran ilusión. La chica se sentía orgullosa de por fin poder darle a su madre la vida que merecía. Luego de caminar por varias tiendas y de adquirir muchas cosas Alba llevó a su madre al salón de belleza. —¿Qué hacemos aquí? —cuestionó dubitativa la señora Rodríguez. —Deseo que te consientan y te dejen más hermosa de lo que ya eres —advirtió Alba—, durante muchos años te olvidaste de ti, para dedicar tu v
Teresa abrazó a su hija, sin parar de llorar. —Yo... estuve mucho tiempo en coma, cuando desperté no sabía quién era —explicó—, lamento que mi imprudencia...—presionó sus labios sosteniendo entre sus manos su atormentada cabeza. —Maite, nosotros no sabíamos que estabas embarazada, no te hubiéramos desamparado. Alex nunca comentó nada sobre ese asunto. —No sé qué sucedió —habló Alejandro abatido. —Es que no lo sabías —confesó Teresa—, cuando no regresaste por mí, fue que me di cuenta de que estaba embarazada —explicó y luego dirigió su mirada a Jean Carlos. —¿Por qué no se contactaron conmigo? ¿Por qué no me avisaron? —Para mis padres el accidente de mi hermano fue algo muy duro, ellos lo trajeron a Estados Unidos esperando que se recuperara, yo me hice cargo de los negocios, todos tratamos de olvidar ese terrible momento. Teresa en ese insta