— ¿Crees que tengamos que ir a “mayores” con esta situación de tu suegro, Carlo? — Giorgia se le quedó mirando mientras se aplicaba un ungüento en la herida de la pierna, estaba sanando satisfactoriamente.
Carlo levantó la mirada con algo de temor, cada vez que Giorgia hacía esa clase de comentarios era porque tenía algo muy turbio en mente.
— ¡No me mires con esa cara! No es momento de ponerse escrupuloso ni sentimental — Dijo con seriedad, ya comenzaba a hartarse de que el idiota de Carlo la hiciera sentir como la bruja de Blanca Nieves, ¡La mala de la película! — Te recuerdo que planeamos esto juntos desde hace mucho, pero mucho tiempo, sabías que ciertas cosas eran probables, y estabas completamente de acuerdo con otras, de modo que el padre de Vittoria solo es una pieza más en este tablero, y tú y yo somos quienes hacemos las jugadas.
Vicencio inmediatamente se tensó de pies a cabeza al ver a la mujer que le había causado tantos daños a Vittoria, la mujer que debería estar tras las rejas, la homicida y traidora, la supuesta mejor amiga.Locantore desvió la mirada hacia dentro de la casa buscando a Vittoria, pero no la vio, el espacio era enorme y desde donde estaba no alcanzaba a divisarla, solo esperaba que Giorgia no la viera.Comenzó a caminar hacia dentro sin esperar a que ella saliera del auto, siguió avanzando incluso cuando escuchó la voz de la mujer decir algo tras él, pero estaba decidido a ver al padre de Vitoria y a decirle todo lo que sabía sobre ella.Giorgia puso las manos en jarra sobre sus caderas, ofuscada cuando el hombre que iba delante de ella la ignoró, pero no se atrevió a insistir, no lo conocía. ¿Sería acaso alguien nuevo de seguridad? ¿Tendría ó
—Será mejor que se siente y simulemos que tenemos una consulta médica, pero luego tendrá que explicarme que es todo eso de que la mejor amiga de mi hija no puede saber que está aquí — Dijo Eugenio mostrándole a Vicencio un lugar en el sofá de piel.Locantore se apresuró a tomar asiento.—Le prometo que le explicaremos todo, por ahora no diga nada sobre su hija ni siquiera la mencione, no la relacione conmigo.Eugenio apenas asintió con la cabeza y ya Giorgia estaba abriendo la puerta.—Señor, le he dicho que está usted ocupado con el doctor, pero se ha metido a la fuerza.—Señor Eugenio, ¡Me alegra tanto verlo de buen talante! He venido porque supe que usted estuvo enfermo, y como amiga de Vittoria no podía dejar de verlo y saber cómo se encuentra… — Dijo haciendo todo el aspaviento que pudo — Y más ahora que no sabemos en dónde está, siento que de alguna manera se lo debo, ella no está aquí, pero estoy yo, ¡Puedo hacer lo que usted necesite, como si fuera una hija!Vittoria hubiera qu
— No estoy a gusto dejando a mi padre con Carlo en casa, es peligroso, ¿y quién sabe a qué ha venido? — Vittoria expresó con inmensa preocupación mientras miraba hacia la mansión.— ¿Quieres que regresemos? — El médico preguntó — Si quieres daré la vuelta, pero la policía está ahí, y tu marido también, nada les impedirá llevarte por la fuerza luego de que ese psiquiatra les diera aquel informe infame donde te declaran no apta mentalmente…Vitoria tragó grueso, era cierto, ella hubiera querido enfrentar a Carlo de la mano y la compañía de su padre, aprovechar a la policía y que se lo llevaran preso junto con Giorgia, pero eso no era posible, tenía que limpiar su nombre primero, obligar a ese hombre a declarar que el informe en su contra no era real y que le habían pagado para que lo hicier
Luigi era uno de los hombres de confianza en la mansión para Eugenio Giuliani, había trabajado en la propiedad desde joven y su mujer y sus hijos también trabajaban allí, de hecho, uno de ellos era empleado en la firma con un muy buen puesto porque Eugenio le había pagado la universidad y lo contrató tan pronto se graduó, por lo que Luigi tenía de sobra motivos de agradecimiento para con su jefe.— ¡Señor, de inmediato! — gritó el hombre por encima de las voces y el alboroto mientras Eugenio era arrastrado como un enfermo mental hasta el auto en el que lo trasladarían hasta el Hospital Psiquiátrico Carla Cerati.— ¡No! ¡Suéltenme! — El hombre seguía forcejeando cuando sintió un fuerte dolor en el pecho y en el brazo que lo obligó a desistir de su lucha.— ¡Hey Marco! ¿No crees que todo esto e
Allegra salió fuera para recibir a sus amigos mientras su esposo, la mole de músculo era vencido por sus temores más internos.— ¡Amiga hermosa! ¡Gracias por venir! No te hubieras molestado, él pensaba ir mañana a verte en el despacho del bufete.— Allegra, no podía esperar hasta mañana, están pasando cosas… — Arianna la abrazó afectuosamente.— ¿Cómo sabes eso? — Algo impresionada.— Es mi trabajo saber cosas de los casos que acepto, tengo contactos, ¿Recuerdas? Y hoy mismo hubo una operación que puede comprometer a los hombres de Russo, es mejor actuar ya, además, también está el tema de Francesco…Cuando Arianna mencionó a Francesco Allegra se tensó de inmediato, sabía que no era santo de la devoción de Arianna, así que aunque él nec
“El famoso empresario y fundador del Consrocio Giulliani Tecnologies, Eugenio Giuliani, fue trasladado al Psiquiátrico Carla Cerati tras sospecharse de estar padeciendo esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo y trastorno delirante, entre otros, según dio a conocer el esposo de su hija Carlo Santoni, quien declaró para este medio que el mencionado magnate ha estado muy afectado por los últimos eventos en torno a su hija y ha tenido que ser internado para proteger su salud mental y su integridad, en otras noticias…”Martina había subido el volumen de la radio mientras desayunaban ese lunes, los tres sentados a la mesa, Francesco, Donato y Martina Bellini escuchaban en silencio, cuando de pronto la voz del locutor comenzó dar las noticias y Francesco se quedó de piedra.— ¿Sucede algo muchacho? — Donato notó de inmediato la reacción del joven empresario y se le qued&oacut
— No puedo creer que haya sido tan fácil — Giorgia comentó con una enorme sonrisa en los labios mientras contaba el fajo de billetes sobre la cama.Carlo la miró de soslayo y sacó cuentas mentalmente de la pequeña fortuna que la mujer amasaba entre sus manos.— ¿De dónde me dijiste que sacaste ese dinero? Puede que haya más — Tomando uno de los fajos y moviéndolo en el aire.— No hay más Carlo, esto estaba en la caja fuerte de la habitación de Vittoria.— ¿Vittoria tiene una caja fuerte en su habitación?— ¡Qué! ¿No lo sabías? — ella se detuvo para mirarlo a la cara — ¿En serio no te lo dijo?— No.— Entonces quiere decir que hice mejor mi trabajo que tú, ¡Ella confiaba más en mí! — Mostrando su perfecta hilera de
— Francesco, haya algo que quiero decirte — Martina se acercó al joven empresario mientras lavaba sus manos afuera en una toma de agua cerca de los viñedos.— ¿Sí, Martina? — levantando la mirada hacia la mujer entrada en años.— Cuando termines, ve a buscarme a la cochera.— Está bien…Francesco se miró las manos lastimadas por el duro trabajo del viñedo, durante sus años de formación universitaria y en los que tenía como CEO del Consorcio Romano Industries nunca supo lo que era el trabajo manual, el verdadero, el que te rompe las manos y te tuesta bajo el sol.Pensó que, si salía de esa situación, volvería para ayudar a estos ancianos con su economía, les debía demasiado. Se secó las manos y caminó directo hacia la cochera, Martina lo esperaba y le hizo señas cuando