Vittoria acarició el rostro de Francesco suavemente.
— Si tuviera algo de fuerzas, me levantaría de esta cama sin pensarlo dos veces para irme contigo, pero como estoy, solo sería una carga para ti.
— Nunca serías una carga Vittoria, en realidad siento que debo hacer esto, por ti…
— Por los dos, no conozco tu pasado Francesco, peo sé que hay algo que te lastima, y presumo que lo nuestro es un escape para ti.
— Lo es, por no por las razones equivocadas, no. La persona de la que necesitaba el perdón parece habérmelo dado, y eso me da paz, pero no voy a negarte que nunca esperé tener tan buena fortuna de una segunda oportunidad en el amor, y tú eres ese milagro que nunca pensé obtener. Eres una luz en mi vida, en mi noche, como la estrella que me alienta a seguir…
— Te estás poniendo poético — Ella sonrió.
— ¿En serio la quieres como dices? ¿O solo era algo para tranquilizarla? — Russo le preguntó a Romano cuándo salieron a buscar el auto.Francesco había levantado la mirada con duda, ¿en verdad parecía como si solo la tranquilizara? Se preocupó, ¿Y si él le había dado la misma sensación a ella?¡Entonces no le habría creído sobre sus sentimientos!— ¿Te parezco que no soy sincero? — Respondió el empresario con otra pregunta.— No… es decir, no me malinterpretes, es solo que quiero saber si de verdad superaste a Allegra y amas a esta mujer.La duda estaba clara, y era obvio que Russo estaba interesado en el tema porque quería saber si Francesco podría seguir siendo un peligro para su relación matrimonial con Allegra.Francesco inspiró profundo mucho
Allegra no lo podía creer, se quedó mirando al vidrio frontal del vehículo y puso sus manos en jarra sobre sus caderas, sin importarle un pepino, la bata semitransparente que traía puesta, total, para saber lo que había debajo, Francesco tuvo poco más de un año de matrimonio con ella.Romano inspiró profundo antes de bajar del todo terreno.« Ahí vamos de nuevo… ¡Cierra la boca Francesco, y aguanta el aguacero que esta mujer seguramente te echará encima! » se dijo para sus adentros antes de abrir la puerta siquiera « Y con toda la razón, ¡Solo a mí se me ocurre dejarme convencer por este idiota de venir a esconderme precisamente aquí! »— Hola… — Dijo sin levantar mucho la mirada, más por respeto a Russo que por otra cosa, no todos los días tienes a la esposa de otro frente a ti en camisón.<
A la mañana siguiente, Allegra preparó un desayuno de jugo natural, café expresso y Biscottis con un delicioso omelet de jamón para los adultos, y al niño le sustituyó el café por un vaso de leche.Francesco no tenía idea de las dotes culinarias de su ex mujer, nunca en el tiempo en el que vivieron juntos en la mansión ella necesitó cocinar, de modo que cuando le puso en frente el desayuno se lo quedó mirando extrañado.— ¿Qué?— Nada… es que no sabía que cocinaras… — Dijo sin quitar la vista de la comida, que tenía por demás excelente aspecto.Ruso se atragantó con el Biscotti y pasó el taco con un trago de zumo de naranja.— ¿Cómo que no sabías que ella cocina?— Nunca lo hice estando en la mansión — Allegra aclaró ráp
— Buenos días, ¿Cómo amaneciste hoy? — Vicencio Locantore saludó al entrar con un poco de timidez, no era un hombre de esos lanzados, sino uno más bien recatado y las mujeres hermosas solían ponerlo nervioso.Vittoria se incorporó en la cama pesadamente y se acomodó el cabello hacia atrás, había dormido toda la noche sin necesidad de fármacos, más que un antibiótico e hidratación constante.Se sentía renovada, y aunque las fuerzas no eran del todo las suyas, podría decir que había una gran diferencia entre la paciente que había llegado al día anterior, a la que era ahora.— Doctor, buenos días… me siento mucho mejor, gracias… — Ella dijo sintiendo que lo conocía un poco mejor después de haber hablado con su hija el día anterior.— Estás respondien
Los días pasaron y el fin de semana se fue volando, llegado el lunes Vicencio Locantore revisó dos veces los exámenes médicos de Vittoria y determinó que su estado era lo suficientemente apto como para continuar con su proceso de desintoxicación y tratamiento fuera de la clínica, dada la situación de riesgo de ser descubierta y aprehendida.— Hola Vittoria, ¿Cómo te sientes hoy? — El galeno entró regalándole una amplia sonrisa mientras movía unos papeles de lado a lado.— Buenos días, doctor…— ¿Sabes qué es esto? — mostrándole de buena gana los documentos.Ella negó con un movimiento de la cabeza.— ¡Pues es tu boleto de salida de la clínica! — Manteniendo un ánimo festivo. Vittoria no supo si alegrarse o sentirse preocupada, en la clínica las cosas
Llegó el medio día, y Locantore al fin cruzó por la puerta, Luisana corrió hacia su padre y se le lanzó encima dándole un abrazo y saltando emocionada porque ya era la hora de irse.— ¿Están listas para irnos? — Preguntó a las dos, pero Vittoria no tenía nada que ponerse además de aquella ropa deportiva manchada de sangre con la que había llegado a la clínica días atrás.Ella negó con la cabeza y Vicencio sonrió.— No me he olvidado de ti, te dije que de ahora en adelante y hasta que esto se aclare y puedas volver a tu vida normal, te estaré apoyando en todo, se lo prometí a Francesco, te he traído esto, espero que sea de tu talla… hace mucho que no compro ropa para dama, espero no haber perdido el toque…Extendiéndole una bolsa con algo dentro, Vittoria lo tomó de sus man
— ¿Me parece que escuché mi nombre? — Francesco dijo saliendo de la habitación.Allegra se giró para mirarlo sintiendo algo parecido a la compasión.— Eh… sí… estaban hablando de ti en las noticias… — Russo carraspeó.— Entonces ya ellos hicieron formal la acusación… — Dijo bajando considerablemente el tono de la voz.« ¡Ahora sí! »— Eso es correcto, ya te acusaron ante la ley, ahora comenzará la investigación en tu contra, sin embargo, recuerda que mi departamento lleva la investigación inicial, por lo que esta denuncia debe llevarla también mi departamento.— ¿Y eso significa?— Significa que Antonio será quien trabaje en el caso, ya que él hizo el levantamiento con su equipo — Apuntó Allegra — ¿Es
Durante los días que siguieron se arreció la búsqueda tanto de Vittoria como de Francesco, Carlo se encargó de que la opinión pública se inclinara hacia él como marido desesperando en busca de su amada esposa, pero la verdad era que Vittoria seguí luchando contra la depresión, era demasiado difícil tener que asimilar la pérdida de su bebé y también la muerte de Greta, todo en tan poco tiempo, además, de la traición de Carlo y la de Giorgia. Intentaba disfrutar del tiempo a solas, e ir a las caballerizas a acariciar a los caballos y a conversar con ellos, como si pudieran entenderle, pero al menos de terapia tenía que servirle. Por las noches, cuando llegaba Loncantore se portaba muy galante, educado y generoso, y traía alguna exquisitez que probar o salía a la piscina para ofrecerle una copa cuando Luisana ya dormía. — ¿Viste la televisión hoy? Le comentó ofreciéndolo un trago, en una de esas noches estrelladas y calurosas en las que solo provocaba meterse al agua y nadar un buen ra