18 Una lágrima

Ante la actitud de Francesco, Carlo enmudeció quedando absolutamente desarmado.

Carlo enmudeció quedando absolutamente desarmado.

— Entonces, señor Santoni, ¿Dejará que mi médico personal venga?

« ¡Oh, por Dios! ¡Sí!, ¡Sí! ¡Sí! Él sabrá qué hacer, se dará cuenta de que estoy bajo los efectos de esa cosa que me dieron » Vittoria cobró algo de esperanza, si el doctor Locantore venía a verla, todo el teatro que Carlo y Giorgia habían armado se les vendría abajo.

Giorgia regresó con una muda de ropa limpia para Vittoria y se sentó a su lado en la cama, su actitud era retadora, sus movimientos como de los que cubren terreno y dominan todo, la mirada de Russo estaba sobre ella analizando su perfil a cada movimiento.

« ¡Aléjate de mí! » pensó Vi

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