Anastasia no es capaz de pronunciar palabra alguna, y Sebastián sonríe con malicia.—si dormirás conmigo, por si llego a necesitar algo, pero no tendremos sexo, no tengo ningún deseo por ti, así que acostúmbrate a verme desnudo, porque yo hago lo que me plazca— hablo él pretencioso y luego camina hacia la cama, Anastasia respira profundamente, pensó que Sebastián le hablaba enserio, la chica se gira para no verlo más, y luego suelta su larga cabellera, su cabello es cobrizo natural, muy llamativo resaltando el color avellana de sus ojos, ella luego se gira avergonzada sin fijar su mirada en Sebastián y toma asiento en la cama, aún con los nervios de punta —¿¡Qué haces!?— preguntó él molesto y la chica se coloca de pie rápidamente—yo...—¿Te piensas acostar sin bañarte?— la fulmina Sebastián y ella traga grueso —es que yo... —tu nada, ve a bañarte, no creas que te vas acostar a mi lado llena de gérmenes— cuando Anastasia escucho esas palabras de desprecio por parte de Sebastián,
El cuerpo de Sebastián Parrow, se estremece al oír la voz de la mujer que ama y lo abandonó, el hombre frunce el entrecejo como disgusto por su presencia.—¡amor mío!— se acerca María resonando sus tacones por lo que Sebastián al escucharla muy cerca, hace una señal de alto con su bordón—¿¡Qué haces aquí!?— la chica se detuvo al ver el enojo de Sebastián—necesito que hablemos cariño—¡Vete María! No quiero escucharte, tú tomaste la decisión de dejarme, ¡Vete!— gruñó él, Leandro está a su derecha y le molesta ver cómo María empieza con su shows de llantoAnastasia que viene con la bandeja del desayuno, luego de una disputa con Sara, la cual ya la tiene al colmo, llega a la sala de estar y al escuchar a Sebastián discutir con la bella mujer, ella se detiene para observar con cautela, al ver bien el rostro de la mujer, recuerda a la de la fotografía con Sebastián, donde él se veía muy feliz —mi amor, hablemos a solas, todo fue una crisis que me dio cielo— se victimiza María con su vo
Anastasia mira a su madre, y luego nuevamente a Sebastián Parrow.—estuve esperándote en casa, como pasó el tiempo, vine personalmente por ti— habla él todo caballeroso—que guapo y romántico es tu esposo hija, como se preocupa por ti, podría usted señor acercarse por favor— pidió la señora Parker, Sebastián asiente y se acerca despacio mientras se guía con su bordón, hasta llegar a la mujer que lo espera con ansias La señora Parker agarra la mano de Sebastián, este se tensa un poco por el atrevimiento de la mujer, y luego ella agarro la mano de su hija y las unión.—bendigo su matrimonio, para que sea conforme a la ley manda, unidos hasta que la muerte los separe, cuide de mi niña, ella es un sol con el corazón más puro y hermoso, es una chica inteligente, y no se rinde, le puedo asegurar que mi hija será una gran esposa, solo no me la haga sufrir— súplica la mujer, y Sebastián asienta con su cabezaLas lágrimas se deslizan por el rostro de Anastasia, desea que fuera real, lastimosam
—fíjate por donde caminas inútil— la señala Sara, Anastasia cierra sus ojos con fuerza, y luego se colocó de pié —¿Por qué llora la disque señora Parrow?— Sara se ríe en todo el rostro de Anastasia, pero la chica tensiona su mandíbula y luego sigue corriendo —¡Eres espantosa!— se burla SaraMientras, Sebastián al oír cerrarse la puerta, no sigue teniendo relaciones sexuales con María.—¿Mi amor qué pasa?Él no le responde, si no que se hace a un lado, luego se sienta en todo el orillo de la cama.—¿Sebas?— lo nombra melodiosamente María —dejame solo— pidió él—¿Qué? ¡No puedes dejarme así! Si la estamos pasando rico, por favor, te necesito— la chica se acerca a Parrow y coloca sus manos en su ancha espaldaPero Sebastián se pone de pié.—¡Me explicas ya tu actitud!— gritó María colocándose de pié —¿Es por ella verdad? ¿Acaso te gusta esa muerta de hambre?—¡Basta María! Deja de gritar— hace gestos Parrow con sus manos —¿Qué quieres que piense al respecto? Todo estaba perfecto, esa
Leandro abrió los ojos par en par, eso sí que fue una confesión bastante fuerte.—¿Pretendes qué te crea?— con el ceño fruncido, se acerca Sebastián a Anastasia—olvide lo que le dije señor— susurra ella, bajando su mirada —los dejo solos— Leandro se marchaAnastasia se puso aún más nerviosa, ella retrocede al ver el acercamiento de Parrow.—de verdad olvide lo que le dije señor— vuelve a decir ella, no le gusta cuando él se enoja tanto, porque es más cruel aún, tan solo un golpe con la punta de su bordón, hace sobresaltar a Anastasia, ella se agita—¿Acaso quieres qué yo me coma ese cuento?—señor ¿Por qué no puede olvidar lo hablado? Aun así, usted no se fijaría en una mujer como yo, se que prometí servirle, y aún sigo firme con mi promesa, pero... No puedo permitir que me sigan maltratando—¿A qué te refieres?— Sebastián está impaciente—quizas usted no me crea, pero la empleada Sara me maltrata, y me insulta, ella derramo el café aquella vez, y su... La mujer que usted ama, ella
—¡No te tengo miedo insolente!— Vocifero María, la cual está atenta a cada movimiento de Anastasia—y eso me alegra, porque así será más divertido— sonríe Anastasia—somos dos contra una, así que eres una insignificante, lo que vayas hacer ¡hazlo ya!— la reta MaríaAnastasia se acerca dispuesta a cortarle el cabello a María, porque ni tan siquiera su cabello rubio es natural, es tan falso como ella.—¡Sara, detenerla!— ordena María, y Sara se coloca como un escudo protector—ustedes dos dan es lástima— su burla Anastasia —Sara está enamorada del señor Parrow, y María quiere tener el lugar que yo tengo, pero eso no va a suceder, porque yo soy la esposa, y eso ustedes no lo pueden cambiar—¡Sabes lo que haré y te atreves a desafiarme!— la amenaza María, está demasiado molesta al saber que Sara también gusta de Sebastián Anastasia se acerca a pasos firmes hacia Sara, la cual saco pecho para estar preparada.—¡Un paso más y no quedará nada se ti!— sentencia SaraAnastasia alza su mano pa
—¿Eres mía Anastasia?— la pregunta de Sebastián la dejó perpleja—yo... Yo a usted lo amo— confiesa ella causando inquietud en el corazón frío de Sebastián Parrow—¿Amarme?— Sebastián sonríe perfectamente y eso la puso a ella más nerviosa, y más al sentir como aquellos largos dedos se acercaron a lo que ella tanto ha guardado como un tesoro —dices que me amas, entonces, entrégate en cuerpo y alma está nocheAnastasia pasa saliva y mira detenidamente a Sebastián, tenerlo así de cerca y con ese toque tan fenomenal y sutil de Parrow, la hace estremecer.—pare por favor— súplica Ana, su rostro está sonrojado, además, ella se siente incómoda, piensa en que los están observando—solo actúa normal— sugiere él con una gran sonrisa que la desarma por completo, no comprende ¿Cómo puede amarlo? Anastasia busca los labios de Parrow y obtiene un beso delicado y pasionalPero Sebastián siente que su pantalón le estorba, deja de besarla porque si no, seguirá perdiendo el control, aunque este jueguit
Anastasia retrocede por el miedo, pero al ver a Sebastián bajar del auto, su corazón empieza a latir con rapidez.—¡Sube al auto!— ordena Sebastián, sabe que ella está ahí de pie, porque Leandro le informo—No— esa fue la respuesta de Anastasia, y suficiente para provocarle cólera a SebastiánÉl empieza a caminar, mientras se guía de su bordón, al sentir el perfume a rosas, sabe que está a tan solo un paso de Anastasia.—¿¡Por qué te fuiste!?— preguntó con furor Sebastián—estabas en muy buena compañía, no quería ser un obstáculoSebastian dio dos golpes al suelo con su bordón, por su disgustó, Anastasia siente algo de nervios.—¡Tu maldito deber era estar a mi lado! ¡Te espere como un imbécil! y luego me informan ¡que te marchaste en el auto de un desconocido!—¿Esperabas por mi? Si cuando regrese del baño, estabas a gusto con María, ¡No es justo!—¡Sube al auto!— ordena Sebastián con voz de mando —bajen la voz— interviene Leandro—¡No te metas Leandro!— gruño Sebastián—no, no quie