Presente JESSICA Veo a la mujer por enésima vez no puedo procesar aún las palabras que salen de su boca. —¿Suicidio? No, debe haber un error. —Su familia está preocupada, no quieren que usted se haga daño de nuevo, por eso se encuentra aquí, la ayudaremos a superar su depresión severa. Revisa mis signos vitales y asiente una que otra vez. —No tengo depresión. ¿Quién le dijo eso? Es un error, debe ayudarme, le juro que es un error. ¡Tiene que ayudarme! Me levanto con torpeza, pero la tomo de la camisa con fuerza y ella se altera de inmediato. Manotea y corre hacia la puerta, viéndome como si estuviera demente. —¡Seguridad, seguridad! —grita y de inmediato aparecen varios hombres que visten uniformes de enfermeros—. Sostenla fuerte, voy a suministrarle el calmante... Se acerca a mí y saca una jeringa de su bolsillo. Mientras prepara la tortura, los hombres me sostienen con rudeza, no permiten que me mueva ni un centímetro. ¡Pero es que ni siquiera estoy tratando de huir! —Por
Toma su teléfono y marca un número con desesperación.—Espera, ¿qué vas a hacer? —Me levanto de la cama y me acerco a él—. Es mi madre...—Ella no es tu madre, una verdadera madre no hace locuras como esta. —Me toma de la mano y abre la puerta—. Nos vamos de aquí ahora mismo.Salimos de la habitación rápidamente.—¡No puede llevarse a la paciente! ¡Espere! —Un paramédico viene detrás de nosotros.Marco, Ralph y dos agentes de la policía aparecen en la entrada.—¿Se encuentra bien, señorita? —Ralph se adelanta y me sujeta del brazo.Me quedo atónita debido a lo que ocurre.—Sí, m-mejor... —Asiento y me humedezco los labios.—Pueden ir a casa. —Uno de los agentes posa sus ojos en los míos y asiente—. Me alegro mucho que esté a salvo, señorita Lindemann. Mis condolencias por todo lo ocurrido, espero que se recupere. La citación al juicio les será enviada con prontitud.—Gracias... —Asiento, ahora más sorprendida.¿Qué es todo eso de señorita Lindemann?—Señor Gordon, el cuerpo policial e
—No debes ignorar la realidad, vas a terminar haciéndote más daño si lo haces. —Acaricia mi cabello y mejillas.Niego.—Déjame ignorar, al menos hasta que lo soporte. —Trazo la forma de mis cejas con los dedos y muevo los pies insistentemente.—Jess, Jess, trata de calmarte. Enfrentaremos esto juntos, no vayas a alejarte de mí, yo también te necesito...Juntamos nuestras frentes y asiento, respirando profundo.—Trataré de serenarme. —Humedezco mis labios.—Te amo. Solo quiero lo mejor para ti, para ambos. —Aprieta mi cintura con ambas manos.—También te amo. —Tomo su rostro entre mis manos y le acaricio la mandíbula. Nuestros labios se tocan, solo pequeños roces cargados de desesperación—. ¿Me dejarías sola por un momento? Te prometo que luego iré con ustedes.—¿Segura que estarás bien? —susurra contra mi boca.Aún permanecemos con los ojos cerrados y las frentes unidas.—No... —suspiro y niego. Me muerdo el labio inferior para no llorar—. Ve con los chicos, deben preguntarse qué es l
—¡Cariño! —Matt llama a la puerta y abro de inmediato.—Me estaba poniendo algo decente. —Me encojo de hombros.—Adoro cómo te quedan mis camisas, ¿por qué te la quitaste? —Sonríe y deposita un beso sobre mis labios—. Te ves mejor hoy.—Eso creo... —Me acomodo un mechón de cabello y beso su mejilla.—Derek está abajo, vino con las niñas. —Me mira dudoso y con un semblante preocupado—. Si no quieres verlos aún se lo diré y...—Está bien, está bien. —Agito las manos y asiento—. Yo quiero conocerlos, lo he deseado desde hace tiempo.Él sonríe.—Eres muy fuerte, mi hermosa.Pone un brazo sobre mis hombros y caminamos así, abrazados. Por fortuna también soy alta y puedo abrazarlo sin tener que empinarme.—Buenos días... —Me aclaro la garganta.Miro hacia el frente, rápidamente ubico a un hombre, una chica y una linda bebé que balbucea. Un poco nerviosa me acerco a ellos. El hombre que ahora sé que es Derek, no aparta su mirada de la mía, sus ojos se ven enrojecidos y espabila en reiteradas
Sonríe de lado.—Muy bien, me parece una buena idea. —Con su mano aprieta mi cadera y me atrae hacia él, ladea la cabeza mientras observa mis piernas. Arquea una ceja—. ¿No te he dicho lo preciosa que te ves hoy?—No, pero mi padre ya me lo dijo, así que estoy satisfecha con ese cumplido.Acaricio la piel de su cintura y sonrío traviesa.—Qué grosera eres... —Finge una mala mirada—. Me alegro por ti, de verdad tienes una familia que te ama.—Y eso me hace muy feliz. Aún me siento sorprendida, algo emocionada. No me lo esperaba nunca, jamás lo pensé en realidad —sonrío y me levanto de la cama.—Te ha cambiado el semblante.—Hmmm... Eso creo... —No encuentro la hoja que puse sobre la mesita—. ¿No has visto una hoja doblada? Es gruesa... ¡Oh, aquí está!La tomo y desdoblo, pero me llevo la sorpresa que es una ecografía. En ella hay un collage de seis fotos que muestra un pequeño punto e información relacionada con un embarazo.El estudio lleva mi nombre y datos personales.—¿Qué signific
Nos sentamos todos juntos para hablar y escuchar atentamente toda la historia, mis padres me cuentan las travesuras que hacía cuando era una niña junto a Jessie, quien me cuenta que solo recuerda algunas cosas de mí.—Pero después llegó esa desgraciada. —Mi madre empuña las manos y solloza—. Cuando saliste de la escuela te raptó y jamás volvimos a saber de ti. Con el pasar de los años la policía te dio por muerta y tuvimos que aceptarlo...Exhalo con pesadez y asiento, comprendiendo todo ahora.—Por fortuna tenemos vídeos y fotos tuyas de cuando eras una bebé y también niña. Todos los días nos contentamos con eso, te sentíamos cerca, pero también nos hacíamos daño. —Derek asiente despacio y suspira.Apenas sus miradas se cruzan comprendo que se aman, se aman con locura. Es increíble ver cómo los sentimientos y emociones desbordan en ellos con tan solo verse.—¿Quieres ver las fotos? —Jessie propone.Toca mi hombro y asiento un tanto nerviosa por lo que estoy a punto de conocer: mi pas
—Está bien... —Toma su bolígrafo para firmar unos documentos que he dejado sobre el escritorio ayer por la tarde.No comprendo su actitud, me pregunto si acaso estará celoso o molesto porque ya había quedado con mis hermanas, o porque la mayor parte de mi tiempo libre la invierto en mi familia. Quizá se siente algo desplazado, debo recompensar el tiempo.Mi teléfono suena en el escritorio y tomo la llamada de inmediato. Es la recepcionista, me informa que Gema Blackwell ha llegado.—La señora Blackwell ya está aquí. —Le informo.Él solamente asiente en silencio. Al ver su rara actitud también me quedo en silencio y salgo de la oficina para recibir a la mujer en la entrada.—Buenos días, el señor De Vineyard la espera.—Buenos días linda.Gema me saluda con una gran sonrisa y un movimiento de cabeza.Abro la puerta y permito que pase a la mesa donde Matthew ya se encuentra sentado. De inmediato conecto la laptop al cable usb y enciendo el reproductor de video, dejo la carpeta con el co
—Recordé cuando te tuve. —Se ríe—. Tenía quince años y me estabas volviendo loca, y ni se diga a tu padre, que apenas comenzaba a llevar el mando de la constructora que sus papás le dejaron a cargo.Río también. Eran muy jóvenes para tener una hija.—Eran demasiado jóvenes.—E inmaduros... ¡Nuestra casa era un desastre al igual que mi torpe Alemán! Hablaba terrible y nadie me comprendía, ni siquiera Derek, que era el que me enseñaba. —Se lleva la mano a la boca y ríe a carcajadas.Raquel llega de repente y nos vamos juntas a la habitación de Jessie. Mis padres se quedaron jugando junto a Audrey, quien hoy no ha parado de balbucear y gritar. Vemos una de esas películas con temática de fin del mundo, las favoritas de Jessie.De nuevo he caído en esos raros antojos de comer chucherías sin explicación. Después de ver la película y con el estómago a casi reventar, llevamos a Audrey a pasear al parque residencial. Mientras caminamos me quedo pensativa, creo que es cierto que estoy descuidan