MATTHEW Ella, siempre ha sido ella por quien que tanto esperé. La chiquilla que me robó el corazón y toda mi atención en una sola noche con solo mirarme, con sus perfectos movimientos y ese misterio… Sus labios rojos me eclipsaron, me atraparon en una desesperación por rozarlos, por hacerlos míos y para siempre verlos junto a esos dos mares de un azul profundo que son sus ojos. Quizá sea un hombre un poco mayor para ella, nueve años mayor. Pero, ¿eso debería importar? He experimentado que cuando el amor llega, la edad es algo que queda en un segundo plano, aún así, no niego que a veces me siento como un asaltacunas. Sonrío cuando pienso en mi pequeña atrevida, la que ha despertado en mí sensaciones y sentimientos que jamás experimenté. Es un tanto mágico, es como una burbuja de jabón que nos eleva, la cual no quiero que se rompa nunca. No deseo despertar de tan precioso sentimiento. Estoy enamorado. Más que enamorado, extasiado, atrapado… Quiero luchar por el amor de mi vida que es J
Avanzo entre los demás autos y aprieto la bocina para que salgan del camino, varias camionetas se han detenido y me impiden el paso. De repente, comienzan a moverse y acelero para continuar buscando la camioneta gris de hace unos momentos, sin embargo, freno en seco apenas veo el cuerpo de Jessica en medio de la autopista, con una venda en los ojos, pies descalzos y manos atadas. La camioneta arranca a toda velocidad, rebasando los autos que se cruzan por el camino. Han dejado a mi hermosa en medio de una de las autopistas más concurridas y peligrosas de Londres. Me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta, dejo mi auto botado y corro hacia Jessica, quien mueve la cabeza hacia todas partes como buscando algún indicio que le diga en dónde se encuentra. Camina tambaleándose y cojeando, por lo que tropieza con la separación que divide el carril del otro, pero hábilmente se levanta. Algunos conductores se han detenido, aunque en los demás carriles los autos van demasiado deprisa.—
—¡Per l'amor di Dio! —Gian exclama sorprendido y frunce el ceño.—¿Será que lo hizo ese tal Derek? —Raquel me mira con preocupación.—¿Cómo lo sabes, ella te lo dijo? —La interpelo.—Sí, nos contamos todo.—Esperen… ¿De qué están hablando? —Gian nos interrumpe.—Es mejor que no lo sepas. —Le respondo, restándole importancia a su intervención.—Pero…Me levanto y tomo mi teléfono, busco en mi lista de contactos y marco el número que me dio Ava para que me comunique con ella. Jessica no sabe nada, pero sigo en contacto con su madre, creo que la mujer no es culpable del todo, solo trato de ayudar.—¿Ava? —hablo después de algunos pitidos.—¿S-sí? —Su voz se escucha temblorosa.—Hablas con Matthew. Lo que sucede es que… Jessica ha sufrido un intento de asesinato, ahora se encuentra en urgencias, por suerte logré llegar a tiempo.—Así que sí lo hizo… —solloza—. Te pedí que no te separes de ella. Derek es peligroso.—¿A qué te refieres? —susurro.—Tuvimos una discusión y se fue a los golpes
Aprieto los labios y asiento, lamentando lo que le pasó. A esa edad yo jugaba al fútbol y a las escondidas, y ella tuvo que ser madre antes de tiempo.—Lo siento mucho, en realidad nunca quise recordarte aquello. Discúlpame. —Toco su hombro y ella me mira de reojo, sonríe levemente.—No pasa nada, me inspiras confianza. —Bebe otro sorbo y se queda pensativa. Es como si viera a Jessica en ella, son tan parecidas hasta en los gestos—. A esa edad ya estaba prometida a Derek, él se había enamorado de mí y estaba esperando que yo cumpliera la mayoría de edad. Yo no amaba a Jessica, no te voy a mentir… La dejé aquí en Londres con mis padres, luego me fuí junto a Derek a Alemania para terminar la secundaria allí y casarnos después. Luego de unos años tuve a mi hija Jessie con él y regresé aquí, para buscar a Jessica. Ser madre por segunda vez y experimentar el verdadero amor me hizo recapacitar sobre mi amor por ella y decidí llevarla conmigo a Alemania para que creciera junto a su pequeña h
JESSICA A veces nos hacemos muchas cuestiones y nunca pensamos que distintos sucesos nos pueden ocurrir a nosotros también. Casi nunca nos imaginamos en situaciones ajenas a lo que vivimos a diario. En el último mes me recuperado poco a poco, pero me falta mucho para estarlo del todo. No puedo flexionar la rodilla y ni siquiera hacer algo tan básico como levantarme de una silla sin sentir dolor. Hoy voy de regreso al departamento para descansar luego de una dolorosa terapia que gracias a los cielos es la penúltima del tratamiento. Sostengo muy bien las muletas, me levanto despacio y camino sin la ayuda de nadie. No quiero sentirme inútil.Viajando en el auto recuerdo que no fue fácil despertar y saber que no volvería a caminar como antes. Lo peor para mí fue enterarme que no podría bailar por un muy largo tiempo, lo cual me arrancó la oportunidad de participar en el concurso por el que mis compañeros ahora practican duramente, para abrirse paso entre los primeros lugares el próxim
—Hemos llegado. —La voz de Matt me saca de mis cavilaciones.—Te acompaño. —Ava acomoda su cartera y me mira.—Lo único que quiero es dormir y despertar mañana... Eres muy amable, pero no, gracias.—¿Jessica por qué eres así? —Ava me reprocha, pero no la escucho—. Jessica...¿Por qué se hace la buena madre cuando estamos con él?Abro la puerta del deportivo y salgo con un poco de dificultad. Escucho los pasos de Matthew detrás de mí.—Jessica, ¿qué es lo que estás haciendo? —Se detiene.—Tratando de caminar. —Pongo los ojos en blanco y él suspira exhausto.—No seas así con tu madre, ella solo quiere ganarse tu cariño. No debes ser tan dura, además...Lo interrumpo.—Te quiero Matt, pero esto es entre esa mujer y yo, es asunto de ambas. —Intento moverme, pero se interpone de nuevo. La rodilla ha comenzado a dolerme mucho más—. No quiero ser grosera, pero tengo un humor de perros, déjame estar sola y calmarme.—Deja de portarte como una niña, Jessica. —Niega con la cabeza, mostrando su
—¿P-por qué me has dicho eso?Tomo mi cabeza entre mis manos. De repente me siento fatigada y una sensación extraña en el cuerpo. Hiperventilo cada vez más, no logro controlar los latidos acelerados de mi corazón y las horribles lágrimas a punto de brotar de mis ojos.—Tranquila, cálmate. Estoy aquí contigo. —Siento sus manos acariciar mi cabello, mas no logro decir nada, mi mente está totalmente embotada—. Toma esto, te ayudará a calmarte...No sé en qué momento aparece con una botella de agua entre las manos, sin embargo, bebo rápidamente con su ayuda. Me detengo luego de un momento al saborear un leve dulzor, pero ella continúa empujando la botella hacia mis labios.—¡Así está bien! —Me incorporo tosiendo—. ¿Acaso quieres ahogarme?—Creí que estabas sufriendo un ataque de pánico.Frunzo el ceño. Levanto la cabeza y juro que puedo ver un atisbo de sonrisa, el cual desaparece cuando deja la botella a un lado del sofá. Toma su teléfono, se aleja hacia la puerta y regresa acomodando su
MATTHEWObservo a mis familiares bailar en el salón principal y reír a carcajadas mientras se jactan y alardean de nuestro estatus, un estatus que me importa poco o mejor dicho, nada. ¿Acaso te llevarás el dinero a la tumba cuando mueras?Me siento inquieto, no logro encontrar la calma. Jessica está otra vez en mi cabeza, pienso en lo sola que debe sentirse hoy, sin familia ni amigos con los cuales celebrar. Me considero su única familia junto a Katy, una chica de la que habla muchas veces y me dice lo mucho que la extraña. Degusto el delicioso sabor de la bebida, observando a la ciudad desde mi asiento. Mis párpados ya pesan un poco, anoche la mayoría de mis familiares llegaron de sorpresa y decidimos organizar una fiesta de última hora que todavía planean seguir hasta año nuevo.El móvil vibra en mi bolsillo, así que tomo la llamada.—¿Ocurre algo, Ralph?Respondo y veo que esta mañana el cielo está muy nublado.—Señor, llevamos a la señorita Jessica de camino a la clínica, se ha pu