Capítulo104
Desde su ángulo, parecía que Catalina era quien había empujado a Isabela. Viendo que Mario no decía nada, Catalina se puso nerviosa. Ella sabía que Mario era buen amigo de Matías, y si él decía algo incorrecto frente a Matías, seguramente sería despreciada por él.

En ese momento, sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Mirando a Mario con una expresión de inocencia le dijo:

—Yo de veras no la empujé. Como colegas, me enteré de que estaba hospitalizada y quise venir a verla, pero no esperaba que la señorita Mendoza me insultara de esa manera.

Isabela, al ver la expresión ansiosa de Catalina, no pudo evitar una sonrisa de alivio en su corazón.

Catalina, ¡no eres la única que sabe actuar!

—Señorita Salazar, si dices que no me empujaste, entonces no lo hiciste —dijo Isabela, bajando la cabeza, con una apariencia completamente afligida.

—¡Isabela, ya basta de fingir! — gritó Catalina con voz desgarrada.

—Señorita Salazar, dígame usted ¿qué es lo que estoy yo fingiendo? No voy a t
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