Capítulo 113: La venganza es dulce.
—¿Crees que no conozco a las mujeres como tú? —Me pregunta mirándome a los ojos. —¿Crees que no sé de lo que son capaces las mujeres como tú?
—Tanto que hablas de las mujeres como yo, Dime, Rodrigo, ¿qué es lo que sabes de mí?¿Qué es lo que asumes que crees saber de mí?
—No es lo que creo, es lo que es. Se muy bien como eres, Priscila. ¿Se te olvida que tengo toda una vida conociéndote?
—No tienes toda una vida conociéndome, Rodrigo. Tienes toda una vida trabajando en mi casa trabajando para mi familia. Hay una diferencia en eso.
—Pero igual te sientes atraida por mi, no es asi? Que incomodo debe de ser, no?
—Jamas querria estar con alguien como ti, Rodrigo. Eres un jardinero. Por mas que hayas ido a la universidad...!Siempre seras eso! ¡Un simple jardinero corriente!—Le digo sonriendo, sé que eso le molestará, que es exactamente como darle al hecho de marcar un
Capítulo 113: Parte 2—Ya basta Rodrigo. No vas a hacer caso a esta loca que lo único que quiere es alejarte de mí. —Dice mi madre colocando una mano en mi pecho. —Siempre hemos sido tu y yo, eso no va a cambiar. Mientras mas rápido nos vayamos de aquí mejor será.—Entonces, dime, de qué está hablando. ¿Dime qué es lo que me ocultas? No me digas que no, mamá. Te conozco.—No te estoy ocultando nada, no dejes que ella te lave el cerebro, tú mismo lo has dicho, conocemos a las mujeres como Priscila y lo único que yo he hecho es protegerte. ¡Hablamos bien claro de esto antes!—Mamá, me estás ocultando algo y lo sé. —Le digo con un nudo en la garganta y con las manos temblorosas la coloco en su mejilla, le miro a los ojos, unos ojos verdes igual del color que los m&
Capítulo 114: Dulce y amargo.¿De qué documento está hablando? ¿Con quién está hablando?Demasiadas preguntas, me acerco a ella y le quitó el teléfono de la mano.Ahora mismo voy a obtener respuestas, ahora mismo voy a saber qué diablos está ocultando mi madre y qué es lo que ha descubierto Priscila.De repente, el estudio me parece sofocante, las paredes se ven como si quisieran abrazarme, tumbarse encima de mí hasta que dejes de respirar. Me abro un poco el botón de la camisa dejando que el aire entre a mi cuello, a mi pecho.Creo que estoy teniendo un ataque de pánico, mis manos están temblando y las meto en los bolsillos de mis pantalones para que Priscila no vea lo débil que soy.Para que no vea lo débil que me pone estar frente a ella, cuando ella es quien tiene el poder.Y
Capítulo 115: Definición de destrucción. Estaba hecho, no había vuelta atrás, la información estaba en sus manos, como el reaccionara ya era cuestión suya, no tenía nada que ver, así que me acerco al minibar, me sirvo otro poco de whisky y ya saboreando un poco mejor me doy cuenta que no es tan malo.Paso la mano por mi vestido ajustado y de costura preciosa, quitándome las pocas arrugas que pudo haber conseguido al estarme moviendo de aquí para allá.Le doy otro sorbo al whisky y me acerco nueva vez a ellos, colocándome donde mi padre se sentó miles de veces para tener conversaciones millonarias con socios y con el padre de Ernest.Me sentía con poder, en realidad, la silla me otorgaba una fuerza que necesitaba en este momento.Era cierto. Mi padre es el padre de Rodrigo. Roll Domert se acostó hace veintis
Capítulo 116: El amor siempre será suficiente. —Señora, me está diciendo que quiere confesar un crimen, que sucedió hace más de 2 décadas. —Eso ha dicho mi madre, ¿no escuchó bien? —Oficial… —No me importa lo que pueda suceder de ahora en adelante… —Por supuesto que sí le importa. Por eso ha venido usted aquí con él. El oficial me señala a mí y yo lo miro de inmediato. Hemos llegado a tener cierta clase de cercanía a lo largo de los días desde que se presentaron en la casa de Vicky. Desde que aquel hombre que mi tío mandó para asustar a Vicky y destrozó el apartamento. El Detective observa a la madre de Rodrigo y luego a mí. —¿Van a presentar cargos? — me pregunta. —Si ella confiesa, si ella habla sobre este crimen, necesito saber si esta conversación es extra oficial o no. —Mi primo ahora mismo está esperando un hijo. Su padre acaba de ser asesinad
Capítulo 117: Ámame hasta que se oculte el sol. Esto no está bien. No me siento cómoda mientras subo los escalones de la gran mansión de los padres de Timotheo. La madre de Ernest está allí. Ella está allí y va a mirarme con sus ojos oscuros como si yo fuese poca cosa para su hijo. Como si yo no importara. Ella lo dejó bastante claro la última vez que nos vimos. La primera vez que nos vimos. Aunque luego del funeral ella estaba muy diferente. Aunque distante, aunque desolada por la muerte de su marido, al menos eso me imagino, la vi diferente, sin la altanería con que fue a mi casa, sin esa arrogancia que exudaba y que me indicaba que yo no era nada para ella ni para ningún miembro de su familia. Ni para su hijo. Principalmente para su hijo. Me paso la mano por el vestido azul que Priscila me ha prestado, según ella regalado y pienso
Capítulo 118: Sorpresas. Un giro inesperado. La mansión por dentro era incluso más Asombrosa que lo que era por fuera. Elegante pero a la vez acogedora, sin los lujos tan extravagantes que me habría imaginado por ser familia del padre Ernest, por ser familia de Melanie. Miró a todas partes con los ojos abiertos como platos. Mi temor pasa a la sorpresa al darme cuenta de que es una casa normal, sin nada de corriente, sin nada de común, pero sí acogedora. Parece más un hogar que El mismo apartamento de Ernest, aunque entiendo que él tiene un apartamento de soltero y no recibe la visita de muchas personas. —Ernest, llegaste. —Dice una mujer acercándose a él y reconozco de inmediato a la madre de Timoteo. Me quedo a su lado, él no ha soltado mi mano. —Tía. —Le saluda a él con un abrazo fuerte y veo el amor de inmediato. Una relación muy diferent
Capitulo 119: Con ella o sin ella. Melanie Hossen lleva puesto el mismo vestido negro con el cual la vi en el funeral de su marido, me siento mal por ella, porque su hijo le está retando obligándole a quererme, obligándole a pedirme perdón y cuando una persona no quiere disculparse. Es mejor no obligarle porque la disculpa no será sincera. La disculpa no saldrá del corazón y los problemas seguirán allí. Pero el ego de Ernest es mayor y él no se da cuenta de lo que le está pidiendo a su madre. No se da cuenta que nuestra relación seguirá siendo igual de tensa si ella no se disculpa, sintiéndolo en el alma. Nada se arregla por simples palabras, ningún problema se soluciona con las palabras vacías de una disculpa. —Volvamos a comenzar. —Dice ella acercándose a nosotros. El lugar está tenso, el silencio es tan incómodo que casi quiero salir corriendo por la puerta o por cualquier ventana que haya abierta y disponib
Capitulo 120: Llorar por ella. Después de que pasaron los llantos, nos sentamos nuevamente unos frente a los otros en el sofá, yo al lado de Ernest el colocando su mano en mi muslo, lanza ese ardor, ese fuego, ese calor que me mantiene con vida, que me mantiene sintiéndome segura. Estamos uno al lado del otro, tan cerca que escucho el latir de su corazón y su respiración acompasada. —¿Por qué nunca me lo dijiste, mamá? —Escucho como él le pregunta después de estar un rato en silencio después de que Layla se acercó con una bandeja con vasos y jugos y un par de galletitas de mantequilla que ella misma hizo. —Porque tu madre no le pide ayuda a nadie. —Dice Layla. —Sabes muy bien que lo hice para protegerlos. —Te convertiste en una mártir, Melanie. Pudiste habernos pedido ayuda, sabes que Carl te hubiese cuidado. —Melanie se sentó junto a ella y la abrazó. —Te convertiste en mi hermana Mely, Yo te hu