Capitulo 123: Fiesta de compromiso.
Una semana después.
— Haz lo que te haga feliz. Te mereces lo mejor y solo lo mejor, Vic. —Recuerdo las palabras exactas de mi madre, mientras ahora me coloco el vestido.
La fiesta de compromiso ha comenzado y yo estoy aquí arriba, batallando para ponerme el vestido adecuado para ser la persona perfecta que acompañe a mi prometido en nuestra noche.
¿La mujer correcta?
Creo que no hay una definición exacta para esto, pues todos tenemos parámetros diferentes y necesidades distintas.
Lo que es correcto para mí, a lo mejor no sea correcto para los demás, para mí es correcto que nos amemos, que estemos ahí el 1 para el otro, que nos llevemos bien con nuestras respectivas familias y que nuestra relación crezca y mejore cada día más que la confianza nunca falte y que el deseo de superación mutua esté allí. Indeleble.
Para mí eso es una pareja correcta. Para m
Capitulo 125: ¿Será un sueño hermoso? Jamás habría pensado que cinco minutos me daría para tanto que cinco minutos serían suficientes para restaurarme el ánimo y alegrarme durante toda la noche, quizás parte de la mañana, cinco minutos de puro placer que se convirtieron en diez y quizás veinte, a lo mejor. Perdí la cuenta del tiempo que dure en la habitación con mi prometido, con mi futuro esposo, con el hombre que amo y con el cual estoy dispuesta a pasar el resto de mi vida. —Estás bellísima, y ese color te queda perfecto.—Me dice Priscila mientras se acerca a mí y me abraza. Ha sido tan fácil tratarnos durante esta semana después de que hicimos las paces en su mansión. Sé que ella ha tenido un tiempo bastante difícil y que las cosas no han sido fáciles para ella a raíz del suicidio de su padre. Así que he intentado por todos los medios posibles no mostrarme reticente a escucharla. Sin embargo, es tan testarud
Capítulo 125: El me escuchó y yo a él. Su voz me hace girar de inmediato hacia la entrada de la cocina, donde mi padre, vestido de traje negro, está allí parado, observándome con una caja de regalo en la mano. —Esto es para ustedes. Él deja la caja sobre el desayunado y se coloca al lado de mi madre, cabizbajo, se miran los zapatos y luego me mira. Sé reconocer el dolor cuando lo veo y allí hay dolor. —No puedo perdonarte así, sin más no puedes simplemente llegar aquí, creer que porque es mi fiesta de compromiso, voy a escucharte. —No he venido a esto, no ha venido para que me perdones, he venido porque mi hija mayor se está comprometiendo y deseo pasar con ella el tiempo que me he perdido a recuperar el tiempo que yo quise que se perdiera. —Qué bueno que estás claro en que tú fuiste el causante de esto. —Le digo levantando la barbilla con altivez. —Nunca he quitado el peso de mis decisiones, Vicky. Siempre he
Paciencia.Respirar.Sinónimos de inteligencia y cordura.Ahora me doy cuenta que tengo más cordura de la que creí.Las vacaciones en París me han hecho poner en perspectiva la situación que acontece en mi vida.—Deja de darle tantas vueltas a las cosas.—No lo hago. — refuto incómoda al darme cuenta de que él me observa.—No me mientas, Bonnie.Él se coloca justo a mi espalda y me abraza, su calor me inunda de inmediato y me tranquiliza.Suelto un suspiro y ahí se van parte de mis preocupaciones.—¿Cómo logras eso?—No se a que te refieres.—Murmura besándome en el cuello.—Lo sabes bien.—Me encanta ser capaz de tranquilizarte. Amo ser capaz de darte tranquilidad.—Me embrujas. Me envuelves.Llevamos toda una semana en París, olvidandonos de todos y todo. Olvidando que al regresar mi padre seguirá estando allí, la situación con el seguirá estando allí.N
Capítulo uno: La noticia.El día estaba soleado en Seattle.Observo a mi madre y tengo un deseo muy grande de tirar mi taza de café sobre ella. Jamás he sentido tanta rabia por mis padres como ahora.—¿Que acabas de decirme? —Pregunto, aunque sé bastante bien lo que mis oídos han escuchado.Mi madre sacude su falda de color oscuro y se acomoda el cabello negro cortado más encima del cuello. Es una mujer de 48 años, pero que aparenta la mitad.—Ernest, cariño, sabes muy bien que si esto no fuera necesario no te lo estaría diciendo.—Es necesario porque
La música ensordecedora del club Spartacuss me molestaba en los oídos cuando llegué media hora antes, pero con el pasar de los minutos y los tragos de bourbon, lentamente fui acostumbrado el oído al bullicioso lugar.No puedo creer que Timotheo me arrastrara a un lugar como este, las personas se mueven al compás de una de las canciones de la época, la voz de The Weekend hace que los cuerpos sudorosos bailen en una danza que estaría mucho mejor en la habitación de un hotel, con la luz apagada y sin nada de ropa. Pero aquí, en Spartacuss Minutos antes en casa de Vicky.Odio sentirme así de miserable.No me gusta lo que veo en el espejo, el reflejo de una mujer sin alma, sin alegría. Mis ojos están tan tristes que casi me dan más ganas de echarme a llorar.Hoy, justo hoy catorce de noviembre, mi novio ha cortado conmigo. Botada y tirada a la basura. Justo cuando pienso que pudimos haber sido tan felices juntos. Mis lágrimas inundan mis ojos otra vez y quiero llorar nuevamente. Hace tan solo veinticuatro horas era la más feliz, al menos eso creía yo.Me sentía amada y protegida con él. Quizá en mi propia necesidad de una figura paterna, de un hombre en mi vida, que no fuera a marcharse. Mi padre se marchó cuando yo apenas era una niña y se encargó de dejarnos bien jodidas a mi madre y mis hermanas; Neny y Fancheska. La luz de mis ojos, la razón por la que cada día Capitulo 3. Olvidar a Malcom.
—¿Qué has dicho? — debo haberlo imaginado, aunque casi puedo jurar que ese hombre con rostro de modelo, cabello oscuro como la noche, ojos verdes electrificante, y labios rosados y esculpidos por dioses griegos, casi puedo aseverar que me ha pedido irse con él a su apartamento.—Me escuchaste, hermosa. — dice como si tal cosa no tuviera importancia.—Puedo asegurarte de que quiero creer que no te escuché bien.—¿Qué tan terrible sería eso?Él me observa y yo le miro tímida. Es un hombre muy guapo, sus ojos son de un color almendra, muy llamativos e imposibles de dejar de mirar.Rosita se ha marchado, esfumado, me dejó aquí con un completo extraño. Intento mirar sobre su hombro, pero el hombre es demasiado alto, al menos para mi estatura.—¿A quién buscas? — inquiere, mientras hace se&
Me despierto en una cama extraña y cómoda, mi cuerpo se acomoda aún más y poco a poco mis sentidos se van despertando también. De inmediato me doy cuenta de que mi acompañante nocturno, no está a mi lado en la fina cama y me levanto de un salto de la cama. No sé cuánto tiempo estuve dormida, hicimos el amor innumerables veces y al final de la madrugada nos quedamos abrazados, desnudos y agotados.Era obvio que él no se quedaría, al menos una parte de mi sabía que él se iría de inmediato, no se su nombre, no tengo su número de teléfono, solo fuimos dos desconocidos que se dieron placer mutuamente. Con solo recordar sus manos sobre mi cuerpo y las travesuras que me hizo mi piel se estremece como consecuencia.Me acerco al ventanal que cubierto por una cortina pesada y gruesa, obstruye cualquier rayo de luz o mirada de curiosos.Abro la cort