Capítulo 110: No hay perdón para los egoístas.
—Ernest, vamos a hablar esto. No somos igual que ellos, somos mejores suéltala para que podamos hablar esto con calma. — El quiere razonar conmigo pero no pretendo escucharlo. No pretendo dejarme convencer por el alma piadosa de mi primo.
—No vamos a hablar nada, esta vez no vas a poder intervenir porque estos no son inocentes, son los que han intentado arruinar mi vida y la tuya. ¡Todo por lo que hemos luchado! ¿Crees que voy a dejar que me arruinen la vida sin luchar? ¡Te están jodiendo a ti también! s
—No tengo nada que ver con este hombre. —Dice Rodrigo mirando a mi primo y después mirando a su madre. —Suelta a mi madre, por favor, puede ser todo lo desgraciado y abusivo que seas igual que tu padre, pero a mi madre no le tocas. —Nuestras narices casi se tocab
Capitulo 111: El amor. —Tim…—ella susurra mirándolo compungida, emocionada, estaba loca por sonreír, pero también su cuerpo estaba rígido.—Sé que no es el momento preciso, sé que no es el momento más lógico para pedírtelo, pero ya no puedo aguantarlo más, no puedo seguir manteniendo la caja junto a mí pensando que en cualquier momento vas a alejarte. —Comienza diciéndole. Había preparado todo un discurso, había mentalizado todo lo que iba a decirle, había pensado y repasado una y otra vez con Timotheo. Las razones por las cuales casarme con Vicky era lo mejor que podía pasarme en la vida.Pero de repente había olvidado todo. La única verdad, lo único que puedo decirle es que le quiero. Que le amo.Quiero tenerla todo el tiempo conmigo en el apartamento, quer&iac
Capítulo 112: Me dirás la verdad. —Pueden tomar asiento o quedarse de pie, como se sientan más cómodos. —Les digo, mientras me adueño del espacio, mientras me adueño del estudio de mi padre.Él fue mi padre.No, el padre de Ernest. No Cristtoff Hossen.Con ese hombre jamás me vi, no más que lo necesario en la empresa.Escasos días en los que iba a la inmobiliaria en los que él venía a la mansión y yo estaba aquí por unos días, mientras me tomaba un descanso de las pasarelas.No le conocí jamás. No sé cómo era, no más de lo que los medios decían un arrogante, narcisista, egoísta y que maltrataba a su hijo.Y peor aún, después de conocer a Ernest después de tratarlo durante semanas, me doy cuenta de la discordia que era e
Capítulo 113: La venganza es dulce. —¿Crees que no conozco a las mujeres como tú? —Me pregunta mirándome a los ojos. —¿Crees que no sé de lo que son capaces las mujeres como tú? —Tanto que hablas de las mujeres como yo, Dime, Rodrigo, ¿qué es lo que sabes de mí?¿Qué es lo que asumes que crees saber de mí? —No es lo que creo, es lo que es. Se muy bien como eres, Priscila. ¿Se te olvida que tengo toda una vida conociéndote? —No tienes toda una vida conociéndome, Rodrigo. Tienes toda una vida trabajando en mi casa trabajando para mi familia. Hay una diferencia en eso. —Pero igual te sientes atraida por mi, no es asi? Que incomodo debe de ser, no? —Jamas querria estar con alguien como ti, Rodrigo. Eres un jardinero. Por mas que hayas ido a la universidad...!Siempre seras eso! ¡Un simple jardinero corriente!—Le digo sonriendo, sé que eso le molestará, que es exactamente como darle al hecho de marcar un
Capítulo 113: Parte 2—Ya basta Rodrigo. No vas a hacer caso a esta loca que lo único que quiere es alejarte de mí. —Dice mi madre colocando una mano en mi pecho. —Siempre hemos sido tu y yo, eso no va a cambiar. Mientras mas rápido nos vayamos de aquí mejor será.—Entonces, dime, de qué está hablando. ¿Dime qué es lo que me ocultas? No me digas que no, mamá. Te conozco.—No te estoy ocultando nada, no dejes que ella te lave el cerebro, tú mismo lo has dicho, conocemos a las mujeres como Priscila y lo único que yo he hecho es protegerte. ¡Hablamos bien claro de esto antes!—Mamá, me estás ocultando algo y lo sé. —Le digo con un nudo en la garganta y con las manos temblorosas la coloco en su mejilla, le miro a los ojos, unos ojos verdes igual del color que los m&
Capítulo 114: Dulce y amargo.¿De qué documento está hablando? ¿Con quién está hablando?Demasiadas preguntas, me acerco a ella y le quitó el teléfono de la mano.Ahora mismo voy a obtener respuestas, ahora mismo voy a saber qué diablos está ocultando mi madre y qué es lo que ha descubierto Priscila.De repente, el estudio me parece sofocante, las paredes se ven como si quisieran abrazarme, tumbarse encima de mí hasta que dejes de respirar. Me abro un poco el botón de la camisa dejando que el aire entre a mi cuello, a mi pecho.Creo que estoy teniendo un ataque de pánico, mis manos están temblando y las meto en los bolsillos de mis pantalones para que Priscila no vea lo débil que soy.Para que no vea lo débil que me pone estar frente a ella, cuando ella es quien tiene el poder.Y
Capítulo 115: Definición de destrucción. Estaba hecho, no había vuelta atrás, la información estaba en sus manos, como el reaccionara ya era cuestión suya, no tenía nada que ver, así que me acerco al minibar, me sirvo otro poco de whisky y ya saboreando un poco mejor me doy cuenta que no es tan malo.Paso la mano por mi vestido ajustado y de costura preciosa, quitándome las pocas arrugas que pudo haber conseguido al estarme moviendo de aquí para allá.Le doy otro sorbo al whisky y me acerco nueva vez a ellos, colocándome donde mi padre se sentó miles de veces para tener conversaciones millonarias con socios y con el padre de Ernest.Me sentía con poder, en realidad, la silla me otorgaba una fuerza que necesitaba en este momento.Era cierto. Mi padre es el padre de Rodrigo. Roll Domert se acostó hace veintis
Capítulo 116: El amor siempre será suficiente. —Señora, me está diciendo que quiere confesar un crimen, que sucedió hace más de 2 décadas. —Eso ha dicho mi madre, ¿no escuchó bien? —Oficial… —No me importa lo que pueda suceder de ahora en adelante… —Por supuesto que sí le importa. Por eso ha venido usted aquí con él. El oficial me señala a mí y yo lo miro de inmediato. Hemos llegado a tener cierta clase de cercanía a lo largo de los días desde que se presentaron en la casa de Vicky. Desde que aquel hombre que mi tío mandó para asustar a Vicky y destrozó el apartamento. El Detective observa a la madre de Rodrigo y luego a mí. —¿Van a presentar cargos? — me pregunta. —Si ella confiesa, si ella habla sobre este crimen, necesito saber si esta conversación es extra oficial o no. —Mi primo ahora mismo está esperando un hijo. Su padre acaba de ser asesinad
Capítulo 117: Ámame hasta que se oculte el sol. Esto no está bien. No me siento cómoda mientras subo los escalones de la gran mansión de los padres de Timotheo. La madre de Ernest está allí. Ella está allí y va a mirarme con sus ojos oscuros como si yo fuese poca cosa para su hijo. Como si yo no importara. Ella lo dejó bastante claro la última vez que nos vimos. La primera vez que nos vimos. Aunque luego del funeral ella estaba muy diferente. Aunque distante, aunque desolada por la muerte de su marido, al menos eso me imagino, la vi diferente, sin la altanería con que fue a mi casa, sin esa arrogancia que exudaba y que me indicaba que yo no era nada para ella ni para ningún miembro de su familia. Ni para su hijo. Principalmente para su hijo. Me paso la mano por el vestido azul que Priscila me ha prestado, según ella regalado y pienso