Capítulo 107: Limar las asperezas.
No tuvieron que hacer más que dejarme marchar. No iba a quedarme allá de brazos cruzados mientras esa mujer se moría sola en su habitación, trancada, alejada de todas las personas que querían hacerle mal. Pero también de aquellas que habían dejado todo para ayudarles.
Ella no era santa de mi devoción, no era la mejor persona que había conocido y a lo largo de este mes que he estado en Seattle puedo decir que es una de las personas más desagradables qué conocido en mi vida. Afanada siempre en molestar, en hacerse sentir, en que todos noten el poderío que ella tiene. No me imagino lo difícil que debe de ser darse cuenta de que no tiene ningún poder.
Pero de igual forma, el voto que hice al graduarme de Psicología es como el voto hipocrático de los doctores, n
Capítulo 108: Una mirada distinta. Era cierto.No lo merecía.Pero no iba a decírselo.No cuando acababa de destruir su habitación y ahora estaba en el suelo con la cabeza en apoyada en las rodillas. Merecía cinco minutos de amor y comprensión.No cuando me parecía mas humana que nunca.—No importa. —le digo sonriéndole. — No te odio.Era la verdad.Me doy cuenta de que no puedo odiarle. No cuando ha sufrido tanto.Se lo que es sufrir por amor, quizá, un amor diferente pues mi padre si me quiso, quizá no lo suficiente, pero me amó los años que estuvo con nosotras, aunque al final se fuera sin importarle lo que sentía.Lo que sentíamos sus hijas y su mujer ante su partida.—Eres demasiado buena, Vicky Román. Y yo no lo merezco. — ella suelta mi
Capitulo 109: Sintiendo el dolor. Fue su madre. Las palabras de Timotheo en mi oído aún se repite en mi mente, como si estas estuvieran siendo escuchadas una y otra vez, reproducidas por un toca discos.Fue ella quien avisó a la policía de que yo era el único sospechoso si a mi padre llegaba a sucederle algo en la cárcel, ahora las preguntas eran las siguientes, las preguntas eran las que me estaban torturando mientras observaba a ambos mirarme.¿Qué demonios le hice?¿Qué demonios hice para merecer que ellos decidieran intentar acabar con mi carrera, con mi vida, con mi libertad?¿Qué les hice para merecer su odio?Absolutamente nada, porque jamás en mi vida los había visto.Según Timotheo, Priscila les escuchó hablando antes de salir al funeral de mi padre. Su madre, E
Capítulo 110: No hay perdón para los egoístas. —Ernest, vamos a hablar esto. No somos igual que ellos, somos mejores suéltala para que podamos hablar esto con calma. — El quiere razonar conmigo pero no pretendo escucharlo. No pretendo dejarme convencer por el alma piadosa de mi primo.—No vamos a hablar nada, esta vez no vas a poder intervenir porque estos no son inocentes, son los que han intentado arruinar mi vida y la tuya. ¡Todo por lo que hemos luchado! ¿Crees que voy a dejar que me arruinen la vida sin luchar? ¡Te están jodiendo a ti también! s—No tengo nada que ver con este hombre. —Dice Rodrigo mirando a mi primo y después mirando a su madre. —Suelta a mi madre, por favor, puede ser todo lo desgraciado y abusivo que seas igual que tu padre, pero a mi madre no le tocas. —Nuestras narices casi se tocab
Capitulo 111: El amor. —Tim…—ella susurra mirándolo compungida, emocionada, estaba loca por sonreír, pero también su cuerpo estaba rígido.—Sé que no es el momento preciso, sé que no es el momento más lógico para pedírtelo, pero ya no puedo aguantarlo más, no puedo seguir manteniendo la caja junto a mí pensando que en cualquier momento vas a alejarte. —Comienza diciéndole. Había preparado todo un discurso, había mentalizado todo lo que iba a decirle, había pensado y repasado una y otra vez con Timotheo. Las razones por las cuales casarme con Vicky era lo mejor que podía pasarme en la vida.Pero de repente había olvidado todo. La única verdad, lo único que puedo decirle es que le quiero. Que le amo.Quiero tenerla todo el tiempo conmigo en el apartamento, quer&iac
Capítulo 112: Me dirás la verdad. —Pueden tomar asiento o quedarse de pie, como se sientan más cómodos. —Les digo, mientras me adueño del espacio, mientras me adueño del estudio de mi padre.Él fue mi padre.No, el padre de Ernest. No Cristtoff Hossen.Con ese hombre jamás me vi, no más que lo necesario en la empresa.Escasos días en los que iba a la inmobiliaria en los que él venía a la mansión y yo estaba aquí por unos días, mientras me tomaba un descanso de las pasarelas.No le conocí jamás. No sé cómo era, no más de lo que los medios decían un arrogante, narcisista, egoísta y que maltrataba a su hijo.Y peor aún, después de conocer a Ernest después de tratarlo durante semanas, me doy cuenta de la discordia que era e
Capítulo 113: La venganza es dulce. —¿Crees que no conozco a las mujeres como tú? —Me pregunta mirándome a los ojos. —¿Crees que no sé de lo que son capaces las mujeres como tú? —Tanto que hablas de las mujeres como yo, Dime, Rodrigo, ¿qué es lo que sabes de mí?¿Qué es lo que asumes que crees saber de mí? —No es lo que creo, es lo que es. Se muy bien como eres, Priscila. ¿Se te olvida que tengo toda una vida conociéndote? —No tienes toda una vida conociéndome, Rodrigo. Tienes toda una vida trabajando en mi casa trabajando para mi familia. Hay una diferencia en eso. —Pero igual te sientes atraida por mi, no es asi? Que incomodo debe de ser, no? —Jamas querria estar con alguien como ti, Rodrigo. Eres un jardinero. Por mas que hayas ido a la universidad...!Siempre seras eso! ¡Un simple jardinero corriente!—Le digo sonriendo, sé que eso le molestará, que es exactamente como darle al hecho de marcar un
Capítulo 113: Parte 2—Ya basta Rodrigo. No vas a hacer caso a esta loca que lo único que quiere es alejarte de mí. —Dice mi madre colocando una mano en mi pecho. —Siempre hemos sido tu y yo, eso no va a cambiar. Mientras mas rápido nos vayamos de aquí mejor será.—Entonces, dime, de qué está hablando. ¿Dime qué es lo que me ocultas? No me digas que no, mamá. Te conozco.—No te estoy ocultando nada, no dejes que ella te lave el cerebro, tú mismo lo has dicho, conocemos a las mujeres como Priscila y lo único que yo he hecho es protegerte. ¡Hablamos bien claro de esto antes!—Mamá, me estás ocultando algo y lo sé. —Le digo con un nudo en la garganta y con las manos temblorosas la coloco en su mejilla, le miro a los ojos, unos ojos verdes igual del color que los m&
Capítulo 114: Dulce y amargo.¿De qué documento está hablando? ¿Con quién está hablando?Demasiadas preguntas, me acerco a ella y le quitó el teléfono de la mano.Ahora mismo voy a obtener respuestas, ahora mismo voy a saber qué diablos está ocultando mi madre y qué es lo que ha descubierto Priscila.De repente, el estudio me parece sofocante, las paredes se ven como si quisieran abrazarme, tumbarse encima de mí hasta que dejes de respirar. Me abro un poco el botón de la camisa dejando que el aire entre a mi cuello, a mi pecho.Creo que estoy teniendo un ataque de pánico, mis manos están temblando y las meto en los bolsillos de mis pantalones para que Priscila no vea lo débil que soy.Para que no vea lo débil que me pone estar frente a ella, cuando ella es quien tiene el poder.Y