Desde el día anterior que le pedí que se fuera de la oficina, no veía a Vicky. Por su bien era mejor mantenerla al margen de todo. Que ella no se viese involucrada en nada mas profundo de lo necesario.
La familia Hossen y la Domert están teniendo inconvenientes que ninguna persona externa le conviene estar presente para no verse embarrada de sus mierdas.
Yo mismo temo por mi padre y mi madre.
Aunque ellos se han mantenido al margen de todo con este aprestamiento de Crisstoff Hossen, mi padre me ha dejado clara su posición.
—Procura no mezclarte mas de lo necesario. — Me dijo mi padre esa misma noche cuando le llamé desde el hospital. Entendía que debía saber por mi que su hermano estaba bajo custodia policial.
—Lo sé, papá.
—No. No tienes idea de lo que mi hermano es capaz.
—¿De que
—¿A dónde vas? — mi madre se acerca a mí de inmediato desde que ve que salgo de la habitación. Gert Román aún está aquí y Francheska está con él.Neny no.Al menos una de mis dos hermanas está siendo consciente.O quizá es solo por alejarse de Timotheo.Pretendo hablar bien serio con Neny. No creo que le convenga salir con Tim. Es un hombre muy maduro para ella.—¿Aun aquí? — Inquiero mirándole a los ojos. —¿No tienes ningún otro lugar en el cual te necesiten para luego abandonarlos?—¡Vicky! — exclama mi madre con los ojos llenos de lagrimas y me odio por tener que ser yo quien le haga poner los pies en la tierra.Pero alguien tiene que hacerlo.Al parecer ella ha perdido la noción de las cosas. Está sin rumbo.—Fue otra f
El silencio del lugar me abruma. Es como estar en lo mas bajo del inframundo. Siento los ojos encima de mi, las miradas de las personas detrás de las rejas. Son apenas unas seis celdas, no hay tantos presos, no hay muchos hombres aquí. Al parecer es una de las comisarias con menos delincuentes.Delincuente.A esto ha llegado Malcom con su obsesión.—Quédese aquí. — me pide la oficial y yo acato la orden de inmediato.Unos minutos después de dejarme frente a una columna de color blanco, tomo asiento en uno de los bancos de metal con asiento negro en leather.Huele a alcohol, hedor a suciedad y no sé qué más.Con el embarazo los aromas y hedores se han intensificados, como si esto fuese un super poder.—¿Qué diablos haces? — pregunta Timotheo y me levanto rápidamente del banco.—¿Qué-que ha
Horas antes. Casa de los Domert. La decisión está tomada.No puedo casarme con Priscila, no puedo hacerlo cuando amo a otra mujer. No es justo para ella que no ha hecho más que intentar cumplir con los deseos retorcidos de su padre.Tengo sensación de náuseas y cierro los ojos. Dejo las manos sobre el guía del carro, estoy estacionado justo frente a la gran mansión de los Domert en las afueras de la ciudad.Había tomado la decisión correcta cuando esta misma tarde, después de Vicky irse, le marqué a Domert para decirle que iría a su casa a verle.Tengo desde el día anterior sin hablar con Timotheo, y la verdad es que con la decisión que tomé esta tarde, después de haberme pasado el día con Vicky, después de vo
—No seas caprichosa. Priscila, hemos hablado de esto durante todo un mes. El tiempo ha llegado, tienes que casarte con Ernest. —Me siento un intruso viendo cómo ambos discuten sin siquiera tomarme en cuenta.Me dedico a observar el lugar mientras padre e hija se lanzan toda clase de cosas a la cara y Roll, sin levantar la voz, sin gritarle a su hija, deja bastante claro su punto de no cancelar el compromiso.Justo cuando creo que debo intervenir, las puertas de la casa vuelven a abrirse y por ellas atraviesa una mujer vestida elegante, con un vestido que le llega hasta las rodillas de color blanco y un sombrero de ala ancha de playa.—¡Mamá! ¡Estás de vuelta!Hacía mucho tiempo que yo no veía a la madre de Priscila, me la topé en un par de reuniones en la inmobiliaria, pero es un rostro muy similar a casi todas las mujeres que son esposas de magnates y empresarios, due&n
Capitulo 81: Enfrentarse. —¿Qué buscas aquí? —Pregunta la mujer nada más ver a Timotheo frente a ella. Habíamos llegado a su puerta en silencio, no pude decir nada más mientras las palabras retumbaban en mi cabeza.Esa mujer se acostó con el tío de Timotheo.¿Qué mujer puede hacer eso?Es que no es solo una infidelidad, es pasar la línea.Hay una línea un poco fina entre una infidelidad y acostarse con alguien de la familia.Supongo que es una ley intrínseca y transparente que está ahí, aunque no esté firmada. Es como acostarse con el mejor amigo de tu hermana.O con tu ex cuñado.Son cosas que jamás deben de suceder.—¿Fuiste tú, no es así? —Timotheo no se anda por las ramas y contrario a la expresión que él había
Capitulo 82: El dolor que llega después. Vacío. Puro y simple vacío. Mientras una deshecha Priscila se sienta a mi lado en el sofá del estudio de su padre. Ella me da más pena de la que puedo sentir por mí mismo. Tiempo de pensar que mi padre era una buena persona, un cambio. Ella recién se da cuenta que su padre quizás no sea igual de retorcida que el mío, pero está bastante cerca de serlo. Casarla con un hombre que es su medio hermano. Eso raya en la locura y la enfermedad. Coloco una mano en su espalda y la acerco a mí. Su cuerpo está frío y sus manos temblorosas están en sus rodillas. No me ve. No me presta atención. Su cuerpo esta vacío. —Priscila. —Le llamo, pero ella parece estar en otro planeta. —No dejes que esto acabe con tu estabilidad emocional. Saldrás de esto. Te lo aseguro. Cuentas conmigo. — le digo, no sé como aliviar su dolor. —no quiero que estes sola. No voy a dejarte
Capitulo 83: Fatalidad. —¿Por qué en la noche de bodas? —No me puedo imaginar lo desdichado que debió sentirse cuando se enteró de su mentira en la ocasión que debía ser la mas feliz de una pareja. —¿no pudiste haber esperado un mejor momento para decírselo? Creo que ustedes son expertos haciendo cagadas cada vez que se sienten presionados. Porque arruinaste su noche de bodas. —¡Porque tu padre fue a la boda! —Exclama ella. —Jamás creí que volvería a ver a ese hombre, desde que me levanté de la cama a la mañana siguiente noté que había amanecido con otro hombre que no era Roll, me senti avergoznada. —Me cuenta con la voz temblorosa, no sé si es buena actriz o si definitivamente se siente mal por lo que hizo. —Cuando le vi en la boda. Cuando mi esposo me lo presentó, Supe de inmediato cometido un error no contándole a Roll sobre mi noche con el. Debía de ser opción de él seguir con la boda. —Confiesa que agacha la cabeza. Sus mejillas y cuando
—No le pongas las manos, por favor. —Le digo a Eva cuando se acerca después de escuchar el tiro y los gritos de su hija. Unos gritos, ensordecedores que llenaron todo el lugar.—Lo mejor es esperar…—No me digas que no le ponga las manos a mi esposo. ¡Tú mismo, se las pusiste! —Me grita ella, arrodillándose al lado del hombre. —Mi amor, mi vida. ¿Por qué? — pregunta al cuerpo inmóvil de su esposo. — ¿Por qué lo hiciste? ¡Es aquí a quien amo y amare siempre!—Eva.. vamos…—¡No me jodas Ernest! —grita ella. — ¡Ten compasión! Tu le pusiste las manos y yo, que es mi esposo ¿no puedo ponérselas?—Se las puse porque tenía que confirmar si seguía con vida o no. —Le digo sonando mas crudo de lo que deseaba, agarrándola y